sábado, 20 de abril de 2013

PARA PENSAR Y DEBATIR

Compatriotas: Anoche, luego de metabolizar, que ya ninguna luz de gallardía habrá de iluminarnos, para empujar hacia el barranco a esta Kretina, comencé a releer algunas citas, para graficar esta nueva desazón, este nuevo refrito del 13S y del 8N. Y encontré en mi biblioteca, un pequeño compilado de las cartas de Vincent Van Gogh a su hermano Theo. Revisándo sus amarillentas páginas, advertí un subrayado, que en su momento hice acerca de la tortuosa vida de este adalid de los Impresionistas. Que dice: "cuando un ciego guía a otro ciego ¿no caen ambos en la misma zanja"?. Esa breve cita, encuentro que puede sintetizar este período tan doloroso como estático de nuestras vidas. Todos los que pronosticamos, con una marcada ingenuidad, que ayer el Pueblo iba a entonar la tonada de su hartazgo, de sus reivindicaciónes para deshacernos de esta murga gobernante, no hicimos más que acendrar nuestro fracaso, como impulsores de la voluntad de las mayorías. Pude observar a Gil Lavedra, que con el tono y suavidad, similares a los de un pediatra, escenificaba el diagnóstico a una Madre sobre las anginas de su criatura. Con esa energía, describía lo que acontecía en su derredor. Ése fue, entre otras, bastante análogas, el trueno oratorio y apodíctico de la oposición. Que de alguna manera, fue compatible con la irritante mansedumbre de la concurrencia. Siempre, antes de ahora, tuve mis reservas acerca del curioso inmovilismo popular de nuestros tiempos. De la ajenidad que el Argentino promedio, acentúa, incluso cuando se alista para corporizar el repudio social. Una muchedumbre, siempre silente, salvo por el lacónico sonar de algunas cacerolas abolladas. Incluso me anticipé en señalar, que si estas mareas humanas, no estaban dispuestas a corear una consigna destituyente, de poco ó nada serviría otra marcha y así, linealmente se produjo este nuevo resultado de la inercia. Y si mal no recuerdo, adicioné que las concentraciones multitudinarias huecas, agudas y sin melodías atemorizantes, terminarían por fortalecer los siniestros y malsanos planes de los K, para eternizarse en el poder. Bueno, con lo de ayer alcanzamos ese objetivo. Porque la Presidente, que con cierta pero infundada sospecha, abandonó el país, ahora sabe que nada ni nadie la detendrá en su olimpíada desfalcatoria de los dineros públicos. Ni siquiera, las secuelas de las inundaciones recientes, motivaron a los victimizados Platenses, para aprovechar esa autoridad del número, y disponerse a iniciar la cacería del "manco" para hacerle palpitar en su propia anatomía la fuerza justificada del escarmiento. El tiempo ha transcurrido y nuestra "venezualización" es hoy más elocuente que nunca antes. Maduro, que es a Chávez, lo que Kretina a Néstor, demuestra que la voluntad popular, es una suerte de recuerdo de un pasado remoto. A lo largo de estas ¿demócratas?décadas de probiosa quietud, paulatinamente hemos perdido la fuerza del expresionismo, porque nos adherimos como en tantas otras latitudes, al conformismo, a la molicie. Y éste es el dantesco resultado, de tal vez, eternizarnos en la comodidad de poder adquirir un corte de lomo -filete- a menos de seis dólares el kilo. Acaso en esas pequeñas y absurdas trivialidades, deberemos de indagar acerca de nuestro comportamiento colectivo "bovino". Al parecer, tanta ingesta de carne vacuna, nos ha inoculado el fatalismo de esos animales, criados para el sacrificio. Metáforas aparte, debemos aceptar aunque nos duela hasta los tuétanos, que carecemos de referentes legislativos e infortunadamente también judiciales confiables y valientes, como para abordar esta mofa gobernante y hacerla pagar por su sevicia. Todavía aarreamos en nuestro inconsciente el "sindrome Menem", que inauguró el desenfado y la mecánica para cargarse el Código Penal y ejercitar "la justicia para los amigos". Estos K, no son más que disciplinados discípulos de quien inauguró la era de hacer de la Cosa Pública, una propiedad privada. Y lo que los animó a copiar descaradamente esa forma de gobernar, de corromper con dinero del Pueblo, a todos los que atisbaron a oponerse en un principio, se mantiene inalterable, por la ausencia de los resortes ejemplarizadores de la cárcel, como contramedida de los crímenes contra el Estado. Lo de anoche es otra muestra, del desinterés cívico y peor aún, de la continuidad pacífica del "modelo". El "turco", con ese inefable espertíz arábigo, que el tiempo todo lo olvida y desdibuja, nos decodificó, al demostrarnos que el común de la gente, no reprueba la corrupción, sino la imposibilidad de acceder a ella. Ésa es la única ideología que gobierna a las masas. Jorge Lanata, a sueldo de los fascinerosos de Klarín, que solo anhelan volver a compartir el poder, no a destituir a la Presidente, es el más claro ejemplo de lo precitado. Conciencias Muertas, es el efecto residual de lo acontecido anoche. Lo he mencionado hace ya tiempo, cuando esta cuestión de los cacerolazos se tornaron en las armas de la protesta democrática, y juzgo pertinente reiterarlo. Cuando en 1973, las amas de casa chilenas, suplantándo a los hombres, salieron a las calles de Santiago, para reclamarle al gobierno de Allende, sobre la ausencia total de la oferta de comestibles, agotaron con esa presencia multitudinaria un objetivo. Diez días después, el socialismo chileno se transformó en una utopía. Nosotros hacemos de esa práctica, una habitualidad, ya demasiado descolorida y anacrónica, porque como vimos, se agotó hace mucho en su propio contenido. La situación de las cuentas fiscales, es bastante similar a las de 1976; la ignorancia de Isabel muy parecida a la de esta barriobajera. Los que atentaban contra la población, son los mismos de antes, solo que más viejos y mucho màs pròsperos, pero con los mismos principios. La política de alineación con esa absurda política de "los no alineados", y el odio visceral a occidente también. La única diferencia sustantiva que nos separa de aquélla fatídica época, es solo una. Que por entonces, las Fuerzas Armadas, eran un inocultable factor decisorio del poder. Hoy son un pálido recuerdo de esa década setentista. Porque no cuentan con armamento pesado, ni nada de lo requirente para restaurar el órden. Pero tienen algo más efectivo, que es la falta de motivación para honrar un uniforme que nadie respeta. Por ello habrá Kretina para rato, fundamentalmente por EL RUGIDO DE LOS BORREGOS.

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