domingo, 5 de mayo de 2013
BINORMAS DE LA BIPOLAR
Desde la prensa K, afirman que tanto Daniel Scioli como Sergio Massa nunca irán contra Cristina Fernández de Kirchner y todo su discurso es cosmético. El columnista K Mario Wainfeld hasta los llama "candidatos binorma" pero termina afirmando que lo que consiga organizar la oposición, afirman, tendrá que hacerse prescindiendo de ambos. En tanto, la columnista platense Marisa Álvarez explica que a Daniel Scioli le falta muchísimo dinero:
El Frente para la Victoria afirma que ni Daniel Scioli ni Sergio Massa participan del juego 2013.
Mario Wainfeld en el diario paraestatal Página/12:
"(...) Dilema para los binorma: el gobernador Daniel Scioli y el intendente de Tigre Sergio Massa son figuras destacadas en las mesas de arena. Hasta acá fungen de candidatos virtuales y binorma: pueden jugar con el oficialismo o para “la opo”, en los papeles. Los poderes fácticos y mediáticos los chucean para que crucen el Rubicón, ya. Pero el Rubicón es hondo y frío, la otra orilla queda lejos. Tal vez los dos privilegien no empaparse del todo este año. Sería bastante sensato de su parte porque jugarse todo antes de tiempo puede ser un viaje hacia la derrota.
Scioli sabe que ponerse de punta con la Casa Rosada le dificultaría aún más su floja gestión provincial. Conserva una sorprendente imagen pública que ha conseguido evitando pelearse con nadie. Sus enemigos, proclama el gobernador, son el delito y la droga: en ese combate no le va muy bien que digamos. Por añadidura, las encuestas le sugieren cautela. Con los colores del FpV, Scioli es un candidato expectable. Si se permite una comparación con un tema menos árido, no será el Bayern Munich pero sí quizás algo así como Lanús, un aspirante con perspectivas en las ligas locales. Si se pasa de bando se parece más a cualquier equipo, que brega por no irse del Nacional B.
El cronista reconoce que no le cierran las altas perspectivas que le otorgan muchos encuestadores a Massa. Respeta los saberes de éstos, pero deja a salvo que su olfato le dice otra cosa sobre todo cuando de la escena nacional se habla.
En “la provincia”, Massa divulga que pide pista para la interna del FpV en agosto. En el kirchnerismo, las opiniones se dividen: una minoría prefiere “dársela”, la mayoría mociona negarle esa chance. Se habla de las opiniones de quienes no deciden, así sean dirigentes de rango alto, que podrían encabezar o embellecer listas. La decisión descansa en las exclusivas manos de la Presidenta. (...)".
En lo que se refiere a Scioli, complementa el enfoque cierto comentario de Marisa Álvarez, en el diario El Día, de La Plata:
"Ni un colchón. Ni una chapa. Ni un paquete de arroz. Hace un mes, la devastadora y trágica inundación que afectó a La Plata encontró vacíos los depósitos del ministerio de Desarrollo Social de la Provincia. Un dato que era apenas el símbolo más contundente de la insuficiencia de fondos que afronta la administración de Daniel Scioli para un funcionamiento básico eficiente. Es que esa realidad se esconde también en datos menos visibles, como los números de ejecución de partidas de programas, obras y acciones de las más diversas áreas de gobierno, que muestran que en esas tareas no se ha utilizado en lo que va del año un solo peso, en la medida que la casi totalidad de los recursos disponibles se han derivado hasta ahora para pagar los sueldos del personal de la Provincia.
La asfixia financiera que sufre la Provincia no es, por cierto, una novedad. Pero ha recobrado trascendencia en las últimas semanas, reactualizada por los reclamos de asistencia, trabajos y obras generados por los daños y pérdidas que les dejó la inundación a miles de bonaerenses. También, por la citada acumulación de servicios sin prestar, bienes sin adquirir y trabajos sin hacer. Y porque el año sigue avanzando sin que aparezcan señales del posible acceso de la Provincia a recursos extras que permitan aliviar en parte el déficit original, que marcó -según el Presupuesto- una previsión de necesidad de financiamiento del orden los 20 mil millones de pesos sin contar el aumento salarial, que superará los 10 mil millones de pesos.
La situación financiera provincial recobró actualidad, asimismo, por la promocionada autorización “a endeudarse” por 1.700 millones de pesos que la Nación emitió en favor del Estado bonaerense, y que incluyó un comunicado de “agradecimiento” del gobierno de Scioli puesto en boca de la ministra de Economía, Silvina Batakis.
Se trató, en realidad, de un aval de la Administración nacional para que la Provincia refinancie -a un plazo que exceda el actual ejercicio y que, por lo tanto, debe tener autorización federal- vencimientos de las Letras de Tesorería que, de lo contrario, habría que saldar en los próximos meses.
Antes de tener precisiones técnicas sobre la operación, algunos funcionarios bonaerenses imaginaron que, con esos 1.700 millones de pesos se podrían hacer obras, entre ellas algunas vinculadas a la inundación de La Plata y su zona de influencia.
Pero no se trata de “nueva deuda”, de mayores fondos a los previstos, ni mucho menos de recursos con asignación específica a obra pública. Obviamente, en las cuentas de la Provincia figura la obligación de saldar esos 1.700 millones cuyo pago ahora podrá ser postergado para el año que viene, generando la disponibilidad de esa previsión para otros fines. Pero no se trata, por cierto, de una real apertura del grifo -vía autorizaciones del gobierno nacional- para que la Provincia pueda salir al mercado a tomar fondos prestados que alivien las estrecheces de sus cuentas.
El gobierno provincial viene gestionando esas autorizaciones desde comienzos de año, pero el aval para refinanciar parte de los vencimientos de las Letras de la Tesorería bonaerense es el primer y único “permiso” conseguido hasta ahora.
El tema, más allá de esa refinanciación de los vencimientos de Letras -el gobierno de Scioli aspira que se concrete la misma operación en el segundo semestre por un monto similar-, es qué volumen de fondos frescos, vía nuevos endeudamientos, estaría necesitando la Provincia.
La reelaboración de los cálculos a esta altura del año en base a la definición de los aumentos salariales y la tendencia efectiva de la recaudación impositiva, señala, según algunas fuentes, que para un funcionamiento básico y la realización de unas pocas obras clave, ese financiamiento extra debería rondar los 18 mil millones de pesos. Y advierten que un ajuste que obligaría a postergar algunas erogaciones importantes pero facilitaría un cumplimiento “normal” de los servicios básicos de educación, salud y seguridad, ubicaría esa cifra en no menos de 12 mil millones de pesos. (...)".
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