lunes, 20 de octubre de 2014

CEPO Y CANDIDATO

El oficialismo hace oposición a un gobierno que aún no existe http://www.laprensa.com.ar/Note.aspx?&Note=428582 Por Sergio Crivelli La táctica es bizarra pero funciona: obligó a Massa y a Macri a respaldar el asistencialismo. Probó que controla la iniciativa y la agenda pública. La economía, no, pero la puso en el "freezer". La presidenta tiene por lo menos dos problemas y una virtud. Los problemas son el atraso cambiario y la falta de un candidato presidencial del oficialismo. La virtud, que lleva la oposición a la rastra. En cuanto a los problemas, como no quiere, no puede o no sabe resolverlos posterga las decisiones y, entretanto, crea cortinas de humo mediáticas con todo éxito. Hace oposición a la oposición, critica a sus críticos y lleva la voz cantante en un escenario que cada vez se parece más al mundo del revés: los que tienen el poder y lo ejercen discrecionalmente, lejos de dar cuenta de sus actos cuestionan a los opositores, cuyo rol institucional consiste, precisamente, en controlar al gobierno y exigirle explicaciones. Ese mundo del revés tuvo en los últimos días un episodio más surrealista que de costumbre cuando varios voceros del kirchnerismo alertaron de que un triunfo opositor provocaría poco menos que una catástrofe social. Empezó un empleado del Senado diciendo que los portadores de HIV morirían por falta de medicamentos y, cuando la mayoría pensaban que se trataba del exabrupto de un inexperto en política temeroso por añadidura de perder su puesto, otros voceros más calificados -incluidos gobernadores- insistieron con la idea de que un cambio de gobierno pondrá en peligro los "logros" del asistencialismo hipertrofiado y ya sin financiamiento: "planes", subsidios, pensiones, jubilaciones sin aportes, empleo público superfluo, etcétera, etcétera. Del surrealismo se pasó entonces a una doble paradoja. Primero, los opositores (Massa y Macri) que todavía están lejos del poder (si alguna vez llegan a él) debieron salir a rendir cuentas y se creyeron en la obligación de aclarar que continuarán con el clientelismo. Segundo, la maniobra no iba tanto contra ellos, sino contra los dirigentes peronistas que están impacientes y por lo tanto sospechados de "garrochismo", es decir, de pasarse en forma inminente al massismo. La demora en nombrar a un candidato "K" en momentos en que la oposición ya está lanzada provoca ansiedad en quienes apoyan aún a la jefa de Estado, que está al tanto de la situación, pero que también es conciente de que apenas designe un sucesor su poder se disolverá en el aire. Conclusión: los opositores debieron aclarar que seguirán con la receta kirchnerista y los kirchneristas a alinearse dando muestras de lealtad. Si se cree en la palabra de los políticos, entonces, nadie cambiará nada. Como resulta obvio esa promesa de preservar el "statu quo" es incumplible. En primer lugar, porque el grueso de la sociedad reclama un cambio, pero no menos importante, porque la realidad va a terminar imponiéndolo, aunque los políticos hagan piruetas. Los recursos para clientelismo se vuelven cada vez menos efectivos, porque la receta de emitir sin medida descontroló la inflación. En este marco la segunda lucha de la presidenta es contra la escasez de dólares. El "cepo" ha provocado un desastre en el sector externo y triplicado el valor de la divisa norteamericana, pero lejos de pensar en levantarlo, lo reforzó. Puso en marcha una ofensiva en tres mercados: 1) contra las "cuevas" donde se compra y vende el dólar "blue", amenazándolas con la policía; 2) contra el contado con "liqui" amedrentando a entidades de la bolsa con acusaciones penales, y 3) trabando importaciones. Estas medidas hacen más lenta la pérdida de reservas, pero al costo de aumentar la recesión. La desvalorización del peso podrá atenuarse, pero la actividad económica seguirá cayendo y sin dólares para importar insumos no habrá recuperación posible en el corto plazo. La única salida, por lo tanto, consiste en despejar el sector externo recuperando el crédito e importando dólares. Eso habría dejado trascender el flamante Presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, que según una versión periodística adelantó a banqueros neoyorquinos la intención presidencial de llegar a un acuerdo con los fondos "buitre" el año próximo desmentida después oficialmente. El Jefe de Gabinete Jorge Capitanich se apresuró a rechazar el trascendido, pero también había dicho que la salud de la presidenta era "extraordinaria" pocas horas antes de que le ordenaran reposo médico. En tanto Vanoli se tomó su tiempo porque no habría sido muy claro al respecto. Crece por lo tanto la expectativa de que el año próximo el gobierno vuelva a endeudarse en dólares, porque de seguir con el cepo no evitará la devaluación.

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