martes, 25 de noviembre de 2014

CARRIÓ : LA FUNCIONAL K

A 366 días del ballotage: Carrió funcional a Cristina Más allá de las virtudes de Elisa Carrió para erosionar a los Kirchner (tal como antes lo hizo con Carlos Menem y con Eduardo Duhalde), en esta oportunidad el problema central fue la oportunidad que ella eligió para marcharse del Frente Amplio UNEN: le permitió a Cristina Fernández de Kirchner avanzar en su intento de imponer, como eje de su estrategia política, que todas las fuerzas políticas no kirchneristas son débiles, no construyen alternativa, sólo sirven para pelearse y no son capaces de frenar al Gobierno y, menos, de hacerle dañarlo. No es cierto, pero toda la estructura K apunta en ese sentido. Sin duda, un concepto muy interesante que desarrolló Claudio Chiaruttini en su editorial dominical, a 366 días de la eventual 2da. vuelta electoral 2015. Algo más: la lectura de la política que tiene Carrió es válida, probablemente, para Ciudad de Buenos Aires pero no responde a lo que ocurre en el resto del país, comenzando por el Gran Buenos Aires. Cada jefe de la UCR quiere ganar en función de las tendencias electorales en su ciudad o provincia, ya que no le encuentra posibilidad de éxito a la estrategia nacional: "(...) El grave problema de la decisión de Elisa Carrió es el impacto que tiene en la percepción que tiene la opinión pública sobre la oposición. Según los trabajos más profundos que se han pedido desde la Casa Rosada, desde el Frente Renovador, al sciolismo y pasando por el macrismo, hay una consideración ea de que todas las fuerzas políticas no kirchneristas son débiles, no construyen alternativa, sólo sirven para pelearse y que no son capaces de frenar al Gobierno y, menos, de hacerle dañarlo. Son muchos los votantes de la oposición que creen que si llegan al Gobierno serán como la Alianza, con peleas internas, con un Presidente de la Nación condicionado y sin capacidad de acción, con denuncias internas y trabas de todo tipo. La frase "bolsa de gatos" se repite una y otra vez. También se destaca la falta de liderazgo. (...)". por CLAUDIO M. CHIARUTTINI (Sin Saco y Sin Corbata). En 366 días, si es necesario, los argentinos estaremos votando la segunda vuelta para elegir un Presidente de la Nación que reemplace a Cristina Fernández el 10/12/2015. El camino hasta ese momento, como era de esperar, será muy intenso, con grandes cambios y sorpresas, con algunas pocas alegrías y muchas desilusiones, pese a que todos pronostiquen el "fin de ciclo" kirchnerista. Por eso, y sólo quizás por eso, que Elisa Carrió haya dejado el Frente Amplio UNEN, lejos está de ser el fin de las oportunidades de la oposición de ganar las elecciones. Sacudones como los vividos en el escenario político la semana pasada habrá muchos hasta el 10 de Junio de 2015, fecha límite para constituir alianzas electorales. Lo que la oposición debe demostrar aún es si los 7 meses que quedan para esa fecha servirán para construir un proyecto alternativo al kirchnerismo o si seguirán haciéndole el juego fácil a Cristina Fernández, al Frente para la Victoria y al desmembrado peronismo. Demasiadas veces se ha dicho en este espacio: la mayor fortaleza de Cristina Fernández es la incapacidad de la oposición para articularse en una o dos alianzas que arrebaten los votos que todavía dudan si deben confiar en una versión "light" del kirchnerismo conducida, en la sombra, por la viuda de Néstor Kirchner y su hijo, Máximo Kirchner. ¿Es una sorpresa la salida de Elisa Carrió del Frente Amplio UNEN? No. Al contrario, desde hace meses la líder de la Coalición Cívica tiene en claro un conjunto de consideraciones políticas que le ha confiado a sus más cercanos que sirven de guía para sus dichos, para sus acciones. Ellas son: 1. El kirchnerismo no está derrotado. Es una fuerza política poderosa, con gran capacidad para construir poder, que pese a dejar la Casa Rosada, tendrán muchos gobernadores, intendentes y decenas de legisladores que serán fieles a Cristina Fernández esperando que vuelva en 2019. 2. Se necesitan una o dos alianzas políticas, que se comprometan mutuo apoyo para la que ingrese en el balotaje, para evitar que Daniel Scioli, el seguro "heredero" de Cristina Fernández, gane las elecciones. 3. El oficialismo, en el fondo, también es una alianza conformada por peronistas y kirchneristas, organizaciones de derechos humanos y grupos piqueteros, intelectuales rentados y colectivos clientelares que se nutren de fondos públicos que puede romperse y disolverse si se asegura que no mantendrán esos privilegios en el futuro. En el fondo, sin dinero, no hay clientelismo, ni fidelidad. 4. El Frente Amplio UNEN no tiene posibilidades electorales reales de alcanzar el poder en 2015 dado que carece de un candidato carismático, de dinero para solventar una campaña electoral que será agotadora y porque no usa las herramientas del marketing político para seducir votantes. 5. Elisa Carrió eligió como "Némesis del Mal" a Sergio Massa y considera que el ex intendente de Tigre puede ganarle, con facilidad a Daniel Scioli en la 2da. vuelta. Por eso debe evitar que el tigrense aproveche los votos opositores para llegar a la Casa Rosada. 6. La UCR tiene, por primera vez en muchos años, la posibilidad de ganar muchos municipios y provincias si logran tejer buenas alianzas locales que le permitan sumar votos; algo que aseguraría la supervivencia de la Unión Cívica Radical como partido político y daría un golpe muy fuerte al peronismo, en sus sueños hegemónicos de volver; y al kirchnerismo, en sus fantasías de supervivencia. 7. La Unión Cívica Radical tiene un despliegue territorial importante, que un candidato como Sergio Massa o Mauricio Macri pueden sacarle más provecho que Hermes Binner, Ernesto Sanz o Julio Cleto Cobos. Lo que una alianza radical con el Frente Renovador o el PRO redundarían en suma de votos para ambas partes. 8. Mauricio Macri no es una figura que le guste a Elisa Carrió, pero no lo encuentra relacionado con la droga, tal como ella dice que sí ocurre con Sergio Massa. Ella tampoco cree que Macri sea una continuidad del kirchnerismo, como Daniel Scioli. 9. Elisa Carrió hubiese preferido como candidato a Presidente de la Nación a Ernesto Sanz, pero el mendocino no "levanta" en las encuestas, pero puede colocarlo en un lugar de privilegio, como VicePresidente de la Nación, para poder catapultarlo hacia la Casa Rosada en 2019. 10. Elisa Carrió sabe que no puede ser candidata presidencial con posibilidades y que, si se presenta, en el fondo, le hace el juego al kirchnerismo, dado que atomiza el voto opositor, en vez de concentrarlo, como se debe hacer para derrotarlo. El resultado de estas consideraciones es la fuerza que está poniendo Elisa Carrió en una alianza entre el PRO y el radicalismo, sabe que el socialismo y grupos menores del Frente Amplio UNEN, no "mueven el amperímetro" en una posible integración de listas y, en algunas provincias o ciudades, pueden hasta ser un problema; y el apuntalamiento de la figura de Ernesto Sanz, con su consecuente ataque a Julio Cleto Cobos. Las alarmas saltaron en la "mesa chica" de Elisa Carrió cuando Sergio Massa logró un acuerdo con Gerardo Morales. El massismo ha demostrado ser mucho más rápido y efectivo a la hora de construir alianzas en el interior, dado que recurre a quienes tienen poder territorial y estructura, mientras que el macrismo prefiere figuras y pacto con partidos provinciales que no tienen dinero y, en muchos casos, están desprestigiados. En la reunión de San Fernando, la Unión Cívica Radical reiteró que libera a intendentes y candidatos a gobernadores a realizar alianza en sus territorios sin afectar los planes nacionales. Justo lo que Elisa Carrió necesitaba para que muchos alcaldes radicales, que no confiaban con tener el apoyo de su partido, puedan avanzar en alianzas con el PRO... pero es muy probable que vayan hacia el Frente Renovador... Entonces, en este marco, Sergio Massa y el Frente Renovador también tienen un "guiño" para avanzar, como ya lo han hecho en Jujuy y Tucumán y negocian en otra media docena de grandes ciudades o provincias donde los radicales tienen buenas estructuras y posibilidades de ganar. Sin embargo, Elisa Carrió cree que con sus denuncias relacionando Nordelta, la Intendencia de Tigre y el narcotráfico generarán tanto rechazo que las bases radicales que no aceptarán pactos con massistas. ¿No estará exagerando Carrió y para cumplir su profecía autocumplida terminará siendo funcional a los K? ¿Es tan importante Elisa Carrió como para "diseñar" el escenario electoral para 2015? No, sin duda no, pero ella tiene la capacidad de hacer política cuando otros sólo hacen declaraciones en programas de radio o televisión. En menos de un mes, la creadora del ARI y la Coalición Cívica hizo tambalear al Frente Amplio UNEN, esmeriló a todos sus presidenciables, "calentó" la interna radical y obligó a la Unión Cívica Radical a tener que tomar decisiones que esperaba postergar en el tiempo. A decir verdad, el Frente Amplio UNEN no existiría si no fuera por la construcción que logró Elisa Carrió en la Ciudad de Buenos Aires, uniendo radicales, lilistas, a Fernando Solanas y los pocos socialista porteños que no son kirchneristas; y que su rotundo éxito electoral en 2013, desplazando al kirchnerismo a tercera fuerza política, no hubiese ilusionado a socialistas y radicales para repetir el modelo en todo el resto del país. Si no fuera por Elisa Carrió, 'Pino' Solanas no sería senador nacional, y Graciela Ocaña y Adrián Pérez, entre otros, no existirían. Así como la chaqueña ha sido una constructora maravillosa de fuerzas políticas y ha creado "figuritas" de la política nacional, también es una destructora serial de agrupaciones y termina por ser traicionada por sus creaciones. Además, con su anuncio de salida del Frente Amplio UNEN, no hay analista que considera que la fuerza tenga chances electorales. Es más, Hermes Binner repetirá lo mismo que le ocurrió a Elisa Carrió que, en 2007, fue la segunda más votada, con 24% de los votos; y, 4 años más tarde, salió octava (con menos de 2%). El ex gobernador de Santa Fe, que en 2011 sumó 18% de los sufragios, hoy no llega a 10% de intención de sufragio; y en baja. El Frente Amplio UNEN se maneja con una mesa nacional integrada por 2 representantes por partido que lo integra (la Unión Cívica Radical, el GEN de Margarita Stolbitzer, el socialismo de Santa Fe, la Coalición Cívica, Proyecto Sur, Libres del Sur, el Socialista Auténtico y el Frente Cívico de Córdoba de Luis Juez). Luego de la declaración de los radicales y la renuncia de Elisa Carrió, esa mesa de conducción no tiene prevista una reunión. Tan escasa es la capacidad de reacción de la agrupación. El grave problema de la decisión de Elisa Carrió es el impacto que tiene en la percepción que tiene la opinión pública sobre la oposición. Según los trabajos más profundos que se han pedido desde la Casa Rosada, desde el Frente Renovador, al sciolismo y pasando por el macrismo, hay una consideración de que todas las fuerzas políticas no kirchneristas son débiles, no construyen alternativa, sólo sirven para pelearse y que no son capaces de frenar al Gobierno y, menos, de hacerle dañarlo. Son muchos los votantes de la oposición que creen que si llegan al Gobierno serán como la Alianza, con peleas internas, con un Presidente de la Nación condicionado y sin capacidad de acción, con denuncias internas y trabas de todo tipo. La frase "bolsa de gatos" se repite una y otra vez. También se destaca la falta de liderazgo. Los K imponen su concepto de que casi todas las figuras de la oposición están "desgastadas", no generan entusiasmo y reciben la intención de voto casi por descarte. La oposición no seduce, no enamora, no "calienta". Es sólo un instrumento para evitar que el kirchnerismo siga en el poder. Las peleas son buenas para definir posiciones e identidad, pero en algún momento hay que terminar con el internismo. La gente quiere "cambios con continuidad", pero no hay definición sobre qué cambiar y qué continuar. Quién resuelva eso, se queda con la Presidencia de la Nación. Y los presidenciables opositores están lejos de poder alcanzar esa meta. Hoy, ni se acercan a ello.

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