jueves, 20 de noviembre de 2014
LA INDUSTRIA DE LA “DIVERSIÓN”
por Carlos Berro Madero
carlosberro24@gmail.com
Tito Livio dijo alguna vez que en los momentos en que se atraviesan algunas dificultades que nos llenan de aguda desesperanza, los planes más audaces son los más seguros.
¿Cómo se ha apoderado el kirchnerismo de este principio deformándolo a su manera, sin haber leído probablemente al historiador romano?
Pues, dedicándose a “farandulizar” a sus principales figuras y metiéndonos por las narices a sus “partenaires”, de modo que perdamos el tiempo en descubrir si Jessica Cirio sabe cuándo cumple años Insaurralde o si Agustina Kampfer dejó a Boudou “en las malas” o “en las buenas”.
Ernest Hemingway, siempre agudo y ocurrente, solía decir que “lo que hace bueno a un perdedor, ES LA PRÁCTICA CONSTANTE”. Si estuviera vivo y viniera de visita a la Argentina, podría confirmar su sospecha viendo el comportamiento de una gran mayoría de nuestros políticos, pudiendo comprobar además que aquellos que se ejercitan lo suficiente abrevan en una surtida “biblioteca de oportunidades” para dominar la técnica de un fracaso perfecto.
Nuestra sociedad parece confirmar hoy los peores pronósticos de una extendida crisis: saborea y disfruta el amargo placer que encuentra en la llamada “betise bourgeoise” (estupidez burguesa) por los franceses.
En este caso, la compra de la vacuidad que se le ofrece, convertida en un analgésico que le permita olvidarse que mientras lo consume puede sucumbir bajo las balas de algún maleante que lo esté esperando en la puerta de su casa para asaltarlo.
Hay verdades tales que no están al alcance de las cabezas mediocres, PUES SON LAS MÁS CONFORMES A ELLAS, así como hay otras que SOLO POSEEN ATRACTIVOS Y FUERZAS DE SEDUCCIÓN PARA ESPIRITUS MEDIOCRES, dice Nietzsche.
En este momento existe una competencia feroz para producir el efecto de “diversión política” más ocurrente. Tinelli podría ampliar su convocatoria y tendría el éxito asegurado a perpetuidad si la costumbre se extendiera.
Todas estas tesis tan desagradables se compatibilizan maravillosamente bien con los innumerables representantes de la “clase media” que asisten a las marchas anti K, mientras registran sus automóviles de alta gama en el Municipio de Vaca Muerta, para pagar patentes de menor valor monetario (por dar un solo ejemplo actual de “corruptela” entre gente del común).
¿Que saldrán a dar explicaciones? Pues seguro que sí. Probablemente serán parecidas a las que da el séquito de Cristina Fernández cuando en sus viajes representando a nuestro país en el extranjero hace escalas “técnicas” en las Islas Seychelles.
“Mírate al espejo y sabrás quien eres” dicen los españoles. Quizá descubramos así que vivimos en medio de UNA DEJADEZ INMENSA Y ORGULLOSA, aprovechando la estupidez de nuestra banalidad y poniéndonos gafas negras que nos impidan vernos con nitidez, ausentes de valor para cambiar radicalmente nuestra actitud.
La corporación política es, al fin y al cabo, una asociación de intereses. Y necesita crear una algarada a su alrededor para evitar mirarnos a los ojos y disimular sus tropelías, tratando de “inocularnos” con acontecimientos triviales de diversión, para que demoremos en comprender que están siempre al acecho de nuestras distracciones para poder vivir así “al margen de nuestras necesidades”. Es una especie de individuos que “están en la altura y tienen despejada la vista, PERO NO MIRAN HACIA ABAJO” (Nietszche).
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