viernes, 7 de noviembre de 2014
PIRUETAS.....
Piruetas hacia el pragmatismo
http://www.lagaceta.com.ar/nota/614532/nacional/piruetas-hacia-pragmatismo.html
Por Sergio Berensztein
Una lectura "K" de las recientes elecciones en Bolivia, Brasil y Uruguay sostiene que los gobiernos populistas siguen siendo competitivos a la hora de elegir presidentes. Tal vez en elecciones legislativas, cuando sólo está en juego el equilibrio de poder en el Parlamento, las oposiciones pueden obtener alguna victoria pasajera. Pero a la hora de la verdad, cuando se pone supuestamente en juego la continuidad de las políticas más importantes impulsadas por esos gobiernos, las sociedades terminan respaldándolos ya sea por amplio margen (como el obtenido por Evo Morales y Tabaré Vázquez en primera vuelta), o bien por una ventaja mínima (como la que logró Dilma Rousseff sobre Aecio Neves hace más de una semana).
De acuerdo con esta visión edulcorada de las tendencias electorales de la región, el FPV estaría entonces en excelentes condiciones de retener el poder el año próximo.
Debería de este modo descartarse la idea de que gane una oposición ideológicamente bien diferente (como el PRO de Mauricio Macri), para luego intentar regresar al poder en el 2019.
Esto suponía dejarle una pesada herencia al próximo presidente, para que el costo político de sincerar la economía allanara el camino de retorno K a la casa Rosada. Esto no sería ahora necesario. ¿Para qué promover la alternancia, sano síntoma en una sociedad democrática, cuando se puede profundizar la hegemonía? Aunque el candidato deba ser un moderado pero leal como Daniel Scioli (vale decir, a pesar de que deban resignarse opciones más afines al "modelo" simplemente porque no miden bien en las encuestas), esta alternativa permite retener dentro del FpV a buena parte del peronismo y prepararse para una etapa diferente de la larga era del kirchnerismo.
Populismo tres cilindros
En la historia de los autodenominados movimientos populares pueden encontrarse varios antecedentes para alimentar esta hipótesis. Hipólito Irigoyen prefirió de sucesor a Marcelo T. de Alvear, que no era precisamente un plebeyo identificado con la causa. El PRI mexicano alternó presidentes nacionalistas con connotaciones anti imperialistas y hasta filo soviéticas como Lázaro Cárdenas o Luis Echeverría con desarrollistas como Miguel Alemán o tecnócratas como Miguel De la Madrid. Personalidades como las de Ricardo Lagos o el propio Tabaré Vázquez están mucho más cerca de Felipe González que de Hugo Chávez. Tal vez el kirchnerismo esté dispuesto a tomarse un respiro, a experimentar una etapa menchevique para luego regresar con nuevos bríos, profundizar finalmente el modelo y completar la gran transformación que dice haber hecho.
Si se descarta entonces la "hipótesis Bachelet" (que CFK vuelva al poder luego de un periodo gobernado por la derecha), podría optarse por "la gran Putin" (es decir, el destino de Daniel Scioli sería transformarse en una suerte de Dmitry Anatolyevich Medvedev criollo). Así se entendería mejor la lógica del reciente acercamiento al líder ruso. La Cámpora se encargaría de controlar bien de cerca el margen de acción de Scioli. ¿Marca a presión y Cristina presidenta de la Cámara de Diputados (cuarta en la línea de sucesión)? Es una de las especulaciones entre muchas otras en estas horas de creciente optimismo en el mundo K.
Aritmética electoral
Saben que para eso deben ganar en primera vuelta, lograr 40% o más de los votos y fragmentar el campo opositor. Los riesgos de que en una segunda vuelta se junte el espectro anti K en contra del FpV son demasiado altos. Si las fuerzas de izquierda lograsen un 57% de los sufragios y se mantuviera la actual situación con Massa, Macri y UNEN pugnando por atraer al fragmentado voto desencantado con el oficialismo, Daniel Scioli podría así beneficiarse y consolidar su victoria entre las PASO del 9 de Agosto y las elecciones presidenciales del 25 de Octubre. Ahí el gobierno debería desplegar una enorme ofensiva para retener el mayor número de voto independiente. Pero si en las derrotas de 2009 y 2013 el piso de votos K llegó al 30%, alcanzar el 40% no pareciera algo tan utópico.
Esto explica por qué el gobierno está otra vez dispuesto a dar una pirueta hacia el pragmatismo: necesita arreglar urgentemente con los fondos buitres, para conseguir financiamiento y lograr que la economía vuelva a crecer el año próximo. En el 2014 se espera una caída de 3% del PBI; los salarios sufrirán este año por primera vez en toda la era K una importante pérdida en términos reales (de entre el 8 y el 10%). Está creciendo geométricamente el déficit fiscal y es financiado con emisión monetaria. En otras palabras, con suerte la inflación de este año no superará el umbral del 40%, a pesar de la pesada recesión. Si el gobierno no logra cambiar rápidamente las expectativas, y para eso es imprescindible que solucione la crisis de la deuda y salga del default, será imposible revertir las tendencias y en consecuencia el año próximo las perspectivas para los candidatos de la oposición serán mucho mejores de las que tienen hoy.
Al acuerdo con los buitres no solamente es indispensable para modificar las expectativas y evitar otro año de caída en el PBI. También, el gobierno se quedaría sin los dólares suficientes para financiar las importaciones, el "dólar ahorro" y el pago de la deuda. En otras palabras, se auto infligiría un daño irreparable, alimentando la corrida contra las reservas del Banco Central. El fantasma tan temido podría finalmente precipitarse por los errores no forzados que comete el oficialismo.
El giro pragmático podría también explicarse analizando el frente externo. Los términos del intercambio se han deteriorado significativamente, a punto tal que algunos desconfían ahora de las perspectivas reales de la explotación no convencional de gas y petróleo. Para colmo, se viene devaluando el real en Brasil y en general el mundo espera un dólar más fuerte para los próximos años. Paradójicamente, justo en el momento en el que podría justificarse una política anti cíclica para sostener el crecimiento y el empleo, Argentina se ve obligada a implementar un ajuste dado el irresponsable incremento del gasto en el período en el que lo razonable hubiese sido ahorrar.
La mayoría de los candidatos considera que dicho ajuste podrá hacerse de manera gradual. Algunos incluso están todavía preocupados por el supuesto aluvión de dólares que experimentará la Argentina tan pronto quede claro que habrá cambio de rumbo a partir del 2015, y que podría entonces precipitar una apreciación del peso, con la consecuente pérdida de competitividad.
Sin embargo, ¿qué ocurriría si el oficialismo tuviese razón y la influencia de CFK se mantuviera más firme de lo originalmente esperado durante la próxima administración? Al margen de la pesada herencia que va a dejar su gobierno, cuyas consecuencias deberán ser naturalmente afrontadas incluso si el oficialismo se mantuviera en el poder, ¿cómo reaccionarán los agentes económicos ante la perspectiva de que el fenómeno K, lejos de finalizar, podría estar mutando hacia una conformación todavía incierta, pero de cualquier manera menos amigable a los mercados de lo que era de esperar?
Los dilemas devenidos del proceso electoral y del nuevo tiempo económico generan un cuadro complejo, lleno de interrogantes que le agregan dramatismo e incredulidad a un país en el que la certidumbre constituye una descarnada fantasía.
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