miércoles, 21 de octubre de 2009

EL PARTIDO DE LOS CRÉDULOS


María Zaldívar - 21-Oct-09 - Editorial

http://maria-zaldivar.blogspot.com/2009/10/el-partido-de-los-credulos.html

El Partido de los Crédulos

por María Zaldívar

Encuestas recientes afirman que el no kirchnerismo representa, en la actualidad, el grupo más voluminoso del espectro político nacional. Parece que siete de cada diez argentinos están desagradados con los K. Sin embargo, desde esta columna nos permitimos disentir con el dato y sostener que hay otra población aún más tupida que el anti-kakismo y que encabeza el ranking de popularidad: el partido de los crédulos.

Porque ¿cómo se le dice sino "crédulos" a los que sueñan hoy con que Eduardo Duhalde (quien manipuló en connivencia con Raúl Alfonsín la caída del presidente De la Rúa) va a salvarnos de lo que él mismo encaramó en la cúspide del poder? Crédulos cuando ni se preguntan por qué Duhalde no es sujeto de los típicos embates K como los sufre cada uno de los que realmente resultan molestos a los planes del gobierno.

Y ¿cómo se le dice sino "crédulos" a quienes padecen y rechazan los perjuicios estructurales del peronismo hace décadas y cuando votan eligen más peronistas creyendo que serán distintos a la filosofía que los alimenta? Crédulos los miles y miles de entusiastas del "peronismo disidente" que se comieron el amague y creyeron que "disidente" pesaba más que "peronismo" y ya empezaron a comprobar que importan más las raíces del engendro que la heterogénea estética de sus frutos.

Y ¿cómo se le dice sino "crédulos" a los que supusieron que los "dos puntitos" que el día de la elección legislativa le comieron la sonrisa a Néstor iban a determinar un cambio de rumbo, de conducta, de maneras y de planes? Crédulos los que se empujaban en la puerta de Balcarce 50 para entrar a debatir con uno de esos esbirros K con característica corbata de brillante acetato la reforma política y sacarse la foto correspondiente mientras el reloj corría a favor del "derrotado".

Y ¿cómo se le dice sino "crédulos" a los que se entusiasman con la popularidad de Julio Cobos, obviando que la alcanzó traicionando al radicalismo primero y a los Kirchner después? Crédulos de lujo los que no interpretan el uso que ambos damnificados, por distintas vías, están haciendo de su figura; crédulos hasta la ternura los que imaginan larga y fructífera vida política para el traidor en stéreo.

Crédulos, también, los que repiten como loros esa aburrida consigna sobre que "sin el peronismo no se puede gobernar"; falacia que está en boca de muchos, desde el taxista que opina de todo porque escucha radio el día entero, hasta el Jefe de Gobierno porteño que, a diferencia del taxista, casi no opina ni escucha pero adhiere al apotegma maldito. Crédulos porque el peronismo gobierna siempre, sea o no sea del partido el presidente de turno porque su filosofía está metida en todos lados; en las leyes, demagógicas y asistencialistas; en los jueces, dependientes y temerosos del poder político; en el adiposo aparato estatal que ellos engordaron y que nadie puso a dieta. Pero también está en el inconsciente colectivo que identifica derechos inexistentes y los reclama antes de responder por sus obligaciones.

Si los crédulos fueran simplemente optimistas equivocados y nadie padeciera las consecuencias de su mal análisis no serían relevantes. Pero el volumen los hace protagonistas. Que "metan la pata" de a tantos sí tiene trascendencia porque enfrente hay un astuto que capitaliza cada error y si algo tenemos en el panorama actual es un "capitalizador" de fuste o, más bien, de temer.

Duhalde fogonea la destitución de Cristina, lo que sería una salida exquisita para el matrimonio: zafan de conducir este polvorín en los próximos meses y la presidente se erige en una especie de Zelaya (mujer, para mejor) sufriente, débil y con todo el apoyo de los "hermanos" latinoamericanos. Dios nos asista y que no les salga la movida.

Mientras tanto, los piquetes, los asaltos, la delincuencia de gran porte (juego, narcotráfico y lavado de dinero), las tomas de fábricas, empresas, calles, tierras, escuelas y facultades por parte del troskismo y el maoísmo más radicalizado avanza sin prisa ni freno. No falta demasiado para que tengamos que salir a "bancar" a Hugo Moyano para evitar que ese otro sindicalismo expropiador y violento dé el golpe de timón que se está gestando desde hace meses y pase de minoría a conductor formal del movimiento obrero. Esa es la pulseada que asoma y ahí sí los quiero ver.

Entonces, a ver si los crédulos se avivan: ni Duhalde nos va a salvar de nada (ni aunque quisiera); ni Cobos aguanta un round a la maroma que se viene; ni el peronismo disidente va a enfrentar al autoritarismo kirchnerista ahora, después del 10 de diciembre ni nunca porque no puede, no quiere y no sabe. Mientras alguien encuentra para el "cobismo" una definición mejor que "cáscara vacía", para el "duhaldismo" una más ajustada que "más de lo mismo" y para el "peronismo disidente" una superior a "menos de lo mismo" hay una exclamación abarcadora que, como un himno, representa cabalmente a los pocos individuos que no militan en el partido de los crédulos: ¡Socorro

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