viernes, 2 de octubre de 2009
LOS KIRCHNER..EL BANQUITO....
Los Kirchner, el banquito y el cuadro de Videla
Algunos socios del Gobierno han puesto todos sus enseres en calles y rutas para demostrar cuántos pares son tres botas. Piqueteros, eternos desocupados del subsidio generoso y la repartija desigual entre oficialidad y tropa (¡troskismo si, plusvalía también!; ¡la mayor tarasca es para quien la consigue!; ¡minga de distribución de la riqueza!), tomando como excusa un conflicto gremial han ocupado una gran fábrica en el conurbano bonaerense, cortado una y mil veces por igual precio de liquidación calles y accesos a esta ciudad capital, y resistido desalojos acariciando bombas molotov con los dedos de sus manos. Ya lo dijo un inmortalizado asesino serial en la Conferencia Tricontinental realizada en La Habana en 1966: "Una ex Terrabussi, dos Criollitas, tres Lincoln".
La piqueteril armada troska es acompañada directa o indirectamente por otros grupos similares como la CTA, cariocinados corpúsculos políticos sin representación legislativa, crónicos oligarcas universitarios, los Solanas con sus economistas que apoyan a la pareja real tapándose la nariz cuando avalan las estatizaciones de los fondos jubilatorios, Correo, Aguas, Aerolíneas y demás tropelías matrimoniales, Castels y su reaparecida mujer o ex mujer, Néstor Pitrola o la enfermera Vilma Ripoll (de licencia gremial de por vida) que no se pierde una y puede estar desgañitándose junto a la Sociedad Rural en el Monumento a los Españoles, frente a la embajada de los Estados Unidos (está ahí nomás, al toque) o a la misma hora, como Blumberg en su momento, en todos los canales de televisión, cuestión ésta tan extraña para la ínfima cantidad de votos que obtuvo en la elección del 28 de junio pasado.
Así, la pregunta que se hace el mortal común, aquél que aún no ha sido contagiado por el virus bolivariano A1, al plantearse este interrogante que se le escapa de la profundidad de su hemisferio cerebral derecho (obvio) y que recorre el hipotálamo para instalarse por unos instantes en las cuerdas vocales para explotar finalmente con el grito desgarrador de un Tarzán enamorado de Chita mientras se bambolea de liana en liana, momentos antes de estrellarse contra un corpulento árbol, o como aquel Exocet haciendo Patria al derretir la cubierta del Sheffield: ¿De qué carajo vive toda esta gente?
Pese a todo hay que reconocer que los manifestantes son coherentes porque en mayo pasado la Ripoll presentó por mesa de entradas en la Cámara de Diputados de la Nación un proyecto de ley de Defensa del Empleo que en su artículo 1º prohíbe despidos y suspensiones y penaliza a las patronales que no cumplan la ley. Sus tres primeros artículos dicen:
Artículo 1º. A partir de la sanción de la presente ley quedan prohibidos los despidos y suspensiones en todo el territorio nacional.
Artículo 2º. La presente ley se aplica: a. A todo el sector público nacional, incluidos los organismos descentralizados y desconcentrados, y las sociedades del Estado. b. Al sector privado de todo el país, con excepción de las entidades sin fines de lucro.
Artículo 3º. En caso de incumplimiento de lo establecido en el artículo 1º, se procederá del siguiente modo según la categorización de empresas vigente:
a. Gran empresa. Pasará a manos del Estado nacional, sin pago alguno de indemnización y bajo el control de sus trabajadores.
b. Empresa mediana. Se le aplicará sanción en base a criterios de progresividad. Las sanciones van desde multa, con obligación de reintegrar al trabajador, hasta la nacionalización descripta en el inciso a. c.
Pequeña empresa. El Estado nacional implementará un programa de subsidios reintegrables a fin de preservar los puestos de trabajo. En caso de despido, la empresa deberá reintegrar al trabajador y abonar una multa. Si una empresa quiebra, cierra o amenaza con hacerlo, se procederá del mismo modo que en el inciso a.
En realidad este es el pensamiento uniforme de todos los manifestantes que estás últimas semanas asolaron la ciudad capital. Se diferencia del Rosado y el de otros que manifiestan ser "opositores" debido a que aceleran la revolución socialista provocando una contrareacción por parte de aquellos individuos que aún siguen captados por el imperialismo neoliberal. Por eso son, a sabiendas, fanáticos agentes de la contrarrevolución. No vaya a ser que la teoría llegue al éxito y tengan que ir a trabajar.
Ideologizados por izquierda y empleados del Gobierno por derecha través de los aportes que generosamente brindan los contribuyentes, su ira se entiende porque en el día de hoy uno de los Kirchner dio comienzo a la repartija de fondos para la creación de miles de cooperativas que dependerán directamente del ejecutivo nacional, emprendimientos que saltarán sin paracaídas por encima de gobernadores, intendentes, partidos políticos y por supuesto de. piqueteros, quienes hasta el momento se hacían cargo de la distribución de la "ayuda" a los sectores más necesitados y. a los que no. En la movida debió hacerse presente Luis D'Elía, el piquetero oficial y con más prestigio dentro del largo elenco kirchnerista, pero él apoya a rajatablas al Gobierno que le ha permitido otear otros horizontes de mayor placer que los que suele brindar el magisterio.
Es de esperar que cierto grado de descomposición que se advierte en el país no sea desmentida por el juez supremo Zaffaroni y otros como él que piensan que los medios de prensa "bombardean con noticias rojas y crean una realidad en que el enemigo principal es la inseguridad urbana". Claro que la es. Será porque él es rojo y tiene entre ojos a ese color, pero la ocupación y posterior desalojo de la planta de la ex Terrabussi, la represión a quienes se vio con molotov encendidas en la mano prestas par ser arrojadas a la policía en la capital del Chaco, los balazos que recibieron dos jóvenes por parte de delincuentes que hacen las veces de "cuida coches" en la vía pública o el nuevo arrebato de un enajenado que a pesar de haber disparado tiempo atrás contra la policía con un M16, el fusil de asalto estándar de los estados Unidos todavía está libre, es de color rojo. ¿O es una campaña de prensa para desestabilizar a quién?
A esta situación se ha llegado gracias al "progresismo" de tantos como este juez que tuvo activa participación en la redacción de la Constitución Nacional y la de esta Ciudad cuyas implementaciones parecen premiar a premiar a los que infligen la ley y castigan a quienes la cumplen. Sorprende entonces que en las últimas horas la Presidente, dando una vuelta de campana espectacular sobre una de las convicciones más acentuadas del matrimonio del que forma parte, refiriéndose a los cortes de calles y rutas, haya expresado: "Tenemos que terminar y esto se lo digo desde aquí, desde Embalse, desde este lugar emblemático e histórico, se lo digo a todos los argentinos, debemos terminar de promover la organización para impedir el ejercicio de los derechos de los otros, tenemos que organizarnos para ejercer nuestros propios derechos, que nunca puede pasar por impedir que el otro circule, que el otro estudie, que el otro trabaje, que el otro haga, porque hace a la libertad, porque hace a la libertad".
Sorprende, decimos, porque según palabras de su antecesor en el cargo, a quien ella debe conocer muy bien, y el hoy jefe del Gabinete nacional y ayer ministro del Interior, alentaron la protesta a través de los cortes como en el caso del puente de Gualeguaychú. Y al mismo tiempo que consideraban a ese tipo de hechos como de entidad superior al de circular libremente repetían una y otra vez con que no iban a reprimir (criminalizar la protesta). La represión de los ocupantes de la ex Terrabussi y la que se dio en la provincia de Chaco a manos de una de las espadas más atildadas del kirchnerismo que acaba de decir que "todos los días se producen operaciones de prensa en su contra" (¿?), señalan un brusco cambio de dirección a 300 kilómetros de velocidad con peligro de que el Gobierno se estrelle contra el guardarrail.
La Presidente yerra el tiro cuando les dice "a todos los argentinos" que deben dejar de cortar rutas porque ese mensaje tiene que estar encaminado a algunos pocos, poquísimos pocos, a quienes por años ella y sus funcionarios conocen muy bien: igual que toda la ciudadanía. Los violentos cambios de dirección en las políticas gubernamentales pueden compararse con los que ejecuta Maradona con su equipo que pasa de jugar con bajitos presumiblemente hábiles a altos presumiblemente torpes. El cambio de actitud con el FMI después de haberlo denigrado hasta el hartazgo marcó un comienzo. Mañana, si a ambos Presidentes les cuadra políticamente bien, podrían reprivatizar empresas recientemente estatizadas, divorciarse de Chávez o colgar, como dijimos en más de una oportunidad, el cuadro de Videla en el Colegio Militar, sin banquito y sin Bendini. ¿Hacia ahí nos dirigimos? Que todo sea por la subsistencia del modelo nacional y popular con inclusión social.
SALINAS BOHIL
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario