domingo, 14 de septiembre de 2014
-Almorzando con el compañero Bergoglio
Por Humberto Bonanata
-www.notiar.com.ar
“Si no los queréis educar por caridad, al menos hacedlo por miedo”
-Domingo Faustino Sarmiento
El peor de los homenajes al Maestro de todos nosotros lo brindó la provincia de Buenos Aires a través de uno de los dos candidatos peronistas a la presidencia de la Nación en 2015, Daniel Scioli, (el otro sabido que es Sergio Massa), al exponer parte de la letra de “Cambalache” para calificar a los pobres niños que sufren los aplazos neoliberales de los “trabajadores de la educación”.
“No hay aplazados ni escalafón, lo mismo un burro que un gran profesor” nos repite Julio Sosa a medio siglo de su muerte física.
Y como fiel reflejo de la degradación social que nos dejará esta infame década, la educación marca los parámetros de nuestro atraso que llevará más de una generación –y varios gobiernos incluso- restablecernos en el concierto civilizado de naciones. Ya no sirve “el ingenio argentino” porque desde la base nuestros niños parten en inferioridad a la mayoría de los países, para tomar en cuenta a uno populista por fuera pero inteligente por dentro: Ecuador.
Allí gobierna el doctorado en Harvard Rafael Correa, que sí puede exhibir sus títulos a diferencia de Cristina Fernández que en más de once años aún no nos demostró ser abogada.
En el meridiano del mundo sólo ingresan a la Facultad –con mayúsculas- aquellos que obtuvieron meritorias calificaciones durante el secundario y además pagan por recibir conocimientos superiores que los demás no tienen por qué sufragar.
Aquí se premia la promiscuidad educativa y se quita la voluntad de progresar por mérito y sacrificio a quienes desean recibir como premio al esfuerzo las mejores calificaciones.
En kirchnerlandia se cumple más que nunca “el decálogo de Lenin”: embrutecer para dominar a la masa.
Frente a ello el régimen elige autoflagelarse en la “matinée de diciembre” que podría comenzar cuando CFK se embarque el próximo jueves en el Tango 01 para almorzar con el Papa Francisco tras la invitación recibida a través “del postino” Eduardo Valdez.
Bergoglio, por años sin ser escuchado, supo “olfatear” el clima social que transmitía el postrer kirchnerato en decadencia. Desde el golpe cívico empresarial contra De la Rúa –de lo que nunca nada dijo-, pasando por la embriaguez de la “diosa soja” hasta la reces-flación que hoy nos agobia.
Antes que Luís Barrionuevo preanunciara el “clima veraniego de diciembre”, Su Santidad –jesuita al fin- la convocó a Santa Marta a escuchar las palabras del sucesor de Pedro al que no sólo lo ocupa la Argentina sino las once guerras desatadas que hoy padece la humanidad.
Por algo el sábado habló de que “estamos transitando la tercera guerra mundial” (sic), quizás en un tono de resignación humana.
Ante la futurología vernácula, el dirigente de la Coalición Cívica de Buenos Aires, Toty Flores supo decir: “El gobierno tiene la responsabilidad de denunciar con nombre y apellido a quienes lo promueven, y si no lo hace será tan responsable y tendrá que responder ante la Justicia por ocultamiento de información ante la posibilidad de hechos tan graves como los que fueron denunciados, a no ser que la presidenta minimice las consecuencia de un estallido cuya característica principal es el reguero de violencia y muerte de personas inocentes” expresó.
También, Flores expresó que esta pirotecnia verbal “Esconde en realidad la huida de Cristina del gobierno, mediante la promoción de las condiciones necesarias para un autogolpe, como cobarde salida ante imposibilidad de manejar el desastre que hicieron en el País y como venganza ante la pérdida de apoyo a su gestión”.
Todos mensajes basados en la realidad, que al decir de Aristóteles-Perón, es la única verdad…
Barrionuevo no es ni sabio, ni profeta ni golpista. Sólo es un “viejo lobo con olfato” que sólo conoce la realidad.
El “cuiden a Cristina” que el Papa supo mensajear a todo visitante argentino –debo ser uno de los pocos de los cuarenta millones que no lo visitó- lo lleva a invitarla para tratar de abrirle los ojos ante la ebullición subterránea que yace en la sociedad soterrada durante once años de mentiras constantes.
La invitación no sólo trasluce su caridad episcopal, es el último aviso antes de lo que nadie desea…
Dependerá de la bipolaridad presidencial saber comprender la realidad que su entorno le impide vislumbrar.
Hasta su hijo Máximo se animó a hablar en público ayer en Argentinos Juniors.
Los preparativos de la superficial convocatoria parecían un acto de Scioli por los centenares de micros naranjas que rodeaban las manzanas del pacífico barrio de La Paternal.
"Se ven las declaraciones de dirigentes sindicales devenidos en empresarios que, agotada su representación política en la sociedad, vuelven a apostar por la violencia y el miedo", pero "no hay que tener miedo sino conciencia, y como decía Néstor, no entrar en su juego, porque es lo que ellos quieren, mientras acá hay un pueblo con gente que quiere llevar adelante el país", sostuvo Máximo para ennegrecer el panorama social camino a un ¿diciembre negro?
Todo dependerá de ellos.
De quienes gobernaron a destajo durante once años excedentarios desperdiciados por error, omisión y latrocinio colectivo.
De quienes nos llevaron al default por desacato a través del voto de la mayoría kirchnerista parlamentaria.
El pueblo deberá decidir entre maquillaje o cirugía.
Si ellos gobiernan es porque la mayoría culposa los llevó al poder por su voto soberano.
Que nadie trate de quitarle el traste a la jeringa.
Humberto Bonanata
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