miércoles, 3 de septiembre de 2014
DECADENCIA Y ABISMO
FRENTE A LA DECADENCIA Y EL ABISMO SIMULTÁNEAMENTE
por Carlos Berro Madero
carlosberro24@gmail.com
Intolerante, contradictorio e incapaz de soportar que exista algo fuera de él, el kirchnerismo tiene una extraña manera de actuar que parece totalmente opuesta a sus propios intereses, sin que existan evidencias de que tenga miedo a traicionar su "relato" cuando le conviene. El ejemplo más claro al respecto es el oscuro contrato celebrado con Chevron por Vaca Muerta.
De ese modo, condujo a nuestro país a la decadencia que hoy exuda la sociedad a través de sus poros: inflación galopante, delincuencia desembozada, corrupción política, hacinamiento social, falta total de respeto por las normas vigentes y, finalmente, una violencia desatada horizontalmente en todos los niveles sociales que es producto de miles de necesidades insatisfechas que han terminado provocando un inédito nivel de intolerancia y enfrentamiento entre personas.
Mientras tanto, encerrado en su torre de marfil, se ha metido más y más en un verdadero berenjenal, y sus repetidos fracasos económicos no lo han llevado a reconsiderarlos, sino que lo incita por el contrario a radicalizarlos. Las propuestas para salir del pantano en que nos hallamos sumergidos, consisten en acentuar controles y castigos para quienes no hagan "los deberes" porque todo lo que importa para ellos es vestirnos con el mismo uniforme.
Usando una frase de moda: pretenden que el país entero se convierta en la "escribanía de Cristina". O de Kicillof. Tanto da. Algo imposible que pueda ocurrir porque la falta de información fidedigna sobre los verdaderos desastres que han causado, ha generado una desconfianza que hoy se traduce en multitud de "mini" rebeliones que fulminan el adocenamiento con que quisieron alinear a la sociedad.
A pesar de ello y manteniendo una fidelidad pasmosa a su heterodoxia "sui generis" manifiestan una absoluta indiferencia -casi enfermiza-, por los mentís que les inflinge la realidad todos los días y han arribado a una situación que Raymond Boudon denominó alguna vez como EL COMIENZO DE LA IDEOLOGÍA SUICIDA.
Lo que no advierten es que su insistencia en recurrir a los mismos métodos de encierro con que fabricaron sus insensateces estructurales, los ha puesto al borde de la esquizofrenia, volviéndolos ineptos para el salvataje imprescindible de una nave totalmente escorada.
El drama de la nueva crisis de la deuda externa -que nunca terminaron de arreglar convenientemente por impericia-, y las consecuencias del final de una historia "soja dependiente" los sacude hoy con una fuerza brutal que ha perforado su charlatanería.
En efecto, haber permanecido impermeables durante los últimos dos años frente a informaciones fidedignas de lo que se "cocinaba" en los tribunales de Nueva York -que incorporaron mentalmente a su habitual sistema interpretativo delirante-, les quitó todo margen de maniobra al caer sobre su cabeza varias sentencias adversas que siempre creyeron poder "cuerpear".
Probablemente, esta pared que no pueden sortear, ni por izquierda, ni por derecha, resulte a la postre el comienzo de un declive imparable de pronóstico totalmente incierto.
Para Néstor, Cristina y sus "militontos" el mundo fue siempre en verdad una réplica de Santa Cruz con lente de aumento. Ese sitio donde "mataba" las tardes el ex Presidente tomando café con sus primitivos amigos cadetes de Banco y choferes, o la oportunidad "dorada" para hacer dinero (juntado "con pala" merced a la ejecución de deudores insolventes de la recordada circular 1050), o las obras públicas donde el ¿30%? quedaba -por lo que hoy se sabe-, en los bolsillos de sus testaferros, fue moldeando su carácter de "reyezuelos de frontera".
Es archisabido que Duhalde, en su lucha despiadada para hundir a Menem, les sirvió en bandeja la puerta de entrada a un mundo que desconocían y ni siquiera habían intentado recorrer, abroquelados en los estrechos límites de su provincia. De no mediar esta ayuda providencial, quizá hubieran sido hoy émulos de Zamora o De La Sota sin sobrepasar los estrechos límites de su provincia. O habrían desaparecido del escenario político.
Un buen ejemplo de su rusticidad de origen, ha estado constituido recientemente por Carlos Zanini, quien frente al portazo de la oposición negándose a acompañarlos con el voto de la ley de cambio de jurisdicción de pago a los "hold outs", haya dicho con un desplante digno de los tiempos de prepotencia del sur: "les depositaremos el dinero" (de los próximos intereses devengados) "si quieren cobrarlo, que vengan; se los pagaremos AQUÍ y si no, que hagan lo que quieran" (sic).
¡Linda manera de pretender cerrar un asunto de esta envergadura dando un portazo cuasi rufianesco! Todo esto lleva a pensar que se va acercando el momento en que el kirchnerismo quedará definitivamente atrapado en su identidad cultural primitiva, esa que le sirvió para manejarse en el sur distante durante un tiempo, pero que HOY Y AHORA, ha comenzado a provocar un rechazo generalizado.
Volvemos a recordar una vez más aquí las concluyentes expresiones de Jean Revel al respecto de hechos semejantes, cuando dice que "la capacidad del hombre para construir en su cabeza más o menos cualquier teoría, para demostrársela y creer en ella, ES ILIMITADA".
De eso se trata en este caso. La ideología los ha separado TANTO DE LA VERDAD, COMO DE LO CONCRETO, y no atinan a solucionar cuestiones elementales que en el mundo entero se resuelven mediante el diálogo.
Lo concreto, además pasa hoy por el hecho de que su gobierno debe emitir más de ¡CIEN MIL MILLONES DE PESOS! antes de fin de año para poder subsistir.
¿Quién se hará cargo de las consecuencias?
A pesar de todo ello, el kirchnerismo sigue apelando, en medio de la debacle, a su propio estatuto de justificaciones falaces e ilusorias que han demostrado carecer de eficacia para resolver problemas que nunca acertaron a enfrentar DEL MODO DEBIDO, EN EL TIEMPO OPORTUNO Y DE LA FORMA ADECUADA, como decía Aristóteles.
No resulta ilógico pensar entonces que su arrogancia para ignorar cualquier solución viable para los conflictos que los agobian, pueda empujarlos -contra sus deseos-, a abandonar el gobierno antes de tiempo. Han perdido la confianza de la gente y la sociedad está que arde.
¿Qué más puede agregarse de una turbamulta que corre por los pasillos que vinculan sus oficinas tropezando unos con otros sin llegar a tiempo a ninguna parte?
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