viernes, 5 de septiembre de 2014

PENSAMIENTO

NUESTRO PENSAMIENTO ALCANZA SU NIVEL MÁS ELEVADO CUANDO RESPONDE NO A CIERTA RAZÓN INDIVIDUAL Y ABSTRACTA, SINO A LA COMPROBADA Y VINDICADA RACIONALIDAD DE UN GRUPO SOCIAL. La política es creatividad hacia delante, sin ignorar lo que nos ha pasado y COMO NOS HA PASADO, pero sin alinear a los protagonistas del presente respecto de aquel pasado. Por no tener en cuenta la ciudadanía este principio, las sombras de ayer, a las que todavía no se les ha encontrado una solución que pacifique los espíritus, no permiten que amanezca, y a esta realidad se la debe tener muy presente porque generalmente a la anarquía de los espíritus le ha sucedido la anarquía de los hechos, y hacia allí nos dirigimos mientras sigamos acumulando odio. Los entusiastas de la falsa democracia, jóvenes de espíritu revolucionario de los años 70, cuyos ecos siniestros aún retumban (y que tan buenos resultados les dio a partir del 2001 de la mano de Duhalde, al que después, como no podía ser de otra forma, ningunearon y traicionaron deliberadamente) se estremecen hoy y sienten pánico ante la sola idea de que la Justicia pueda considerar como delito de lesa humanidad las violaciones a los derechos humanos cometidas por las distintas organizaciones terroristas armadas que intentaron destruir de la forma a que diera lugar tanto a los hombres como a las instituciones que se opusieran a la violencia del brazo armado de algunas organizaciones políticas de aquella época (F.A.L, F.A.P, E.R.P., Montoneros, P.C.M.L.A.) Hoy por hoy, nadie está a salvo de esos maestros de la iniquidad, en donde la perversidad se regocija acosando y acusando tanto a militares de ayer, a los que se los vilipendia hasta el escarnio, como a la iglesia, a la que impugnan y combaten solapadamente, haciendo a ambas instituciones objeto de la mayor injuria del odio de esa cenagosa y pestilente fuente desde donde brota tanta turbulencia de ánimos y corrupción. ¿Así vamos a “superar una historia de desencuentros y fracasos...” y lograr la concordia y la conciliación nacional?. Mmmm, me parece que no Mis amigos, estoy convencido de que no hay una profesión ni persona que pueda ser más noble que otra, porque la nobleza no consiste en vestir hábito talar o en llevar tal o cual título, sino en las acciones que desde ellas se puedan realizar para lograr la prosperidad y la felicidad de una Nación (aunque hoy no estén haciendo prácticamente nada). Particularmente siento un orgullo casi insolente de haber podido soñar lo que quise ser, y haberlo sido, pero no por ello puedo darme el lujo de dejarrne ganar por el pasado, porque la sociología del conflicto actual es muy distinta a la de ayer, pero el resultado final será exactamente el mismo si nos desentendemos de las circunstancias que generan tantas asimetrías. ¡Cuidado!. Tengamos presente que cuando los bolsillos de la gente, como la conciencia popular, llegan a estar tan lejos de los tradicionales canales de participación política (partidos políticos, sindicatos, etc.); cuando las instituciones madres son deslegitimadas sistemáticamente tanto por unos como por otros, y los hechos no concuerdan con el compromiso social de no hace mucho y nuestra Presidenta afirma sin ponerse colorada que “Pagamos todas las deudas, pero principalmente la deuda interna en lo social y en materia de infraestructura y de servicio...”, afirmación esta que no condice con la realidad, es que evidente nos estamos debiendo un debate profundo, abierto y esclarecedor. LA ESPERANZA SOCIAL NECESITA ALGO MÁS QUE BUENAS IDEAS, CONSEJOS, Y DESEOS; LA ESPERANZA NECESITA UN CONSENSUADO PROYECTO NACIONAL QUE LOGRE MOTIVAR Y MOVILIZAR HASTA A LOS INDIFERENTES DE CUANTO NOS ESTA PASANDO. Y ESO ES POSIBLE, ¡ SUÉÑELO, PIENSELO Y JUNTOS, CON LOS MÁS IDÓNEOS, LO PODREMOS HACER. Ahora bien, si podemos hacerlo y queremos hacerlo, ¿qué nos lo está impidiendo ahora, nosotros mismos...? En azul y blanco HUGO CESAR RENES

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