domingo, 21 de septiembre de 2014

MITOS DE LA CHIRUZA

Del Vaticano a la ONU: Un épico tour K para consolidar el derrumbe Cristina Fernández de Kirchner se aferra a los mitos. Por ejemplo, que ella es la política profesional con mejor imagen pública individual. Ya no es cierto. Otro mito: que los Kirchner desendeudaron al país. Otro mito: que reforzar la demanda agregada permitirá la recuperación argentina. Otro mito: que la inflación no le importa a casi nadie. Otro mito: que hay una conspiración global contra ella porque lidera un cambio de paradigma. Otro mito: que el Estado argentino no se encuentra otra vez en default, y que la situación no generará consecuencias graves. Otro mito: que puede volver en 2019 porque los argentinos la extrañarán. En fin, Cristina y sus mitos fueron de viaje al Vaticano, y luego a New York City mientras la economía se sigue desplomando en la Argentina. Y la verdad, poco importa lo que tengan para decir otros personajes cuando el bolsillo anda vacío. Al respecto, algunas reflexiones. por CLAUDIO M. CHIARUTTINI (Sin Saco y Sin Corbata). Máximo Kirchner tuvo su presentación en sociedad. Cristina Fernández protagonizó su almuerzo con Francisco, consiguió la Ley de Pagos Soberanos y la nueva Ley de Abastecimiento y se prepara para su puesta en escena en las Naciones Unidas. Sergio Berni se tomó la semana luego de ser padre. Amado Boudou sumó una nueva causa y cumple su tercer paso como Primer Presidente de la Nación procesado. Guillermo “Lassie” Moreno prepara sus valijas para volver. Juan Carlos Fábrega recibió los primeros yuanes de China. Axel Kicillof presentó su obra de ciencias ficción llamada: Presupuesto 2015. Y, por fin, el dólar blue rompió la barrera de los $15. Parece que todo está igual que antes, pero no es así. Detrás de las demostraciones de fuerza del kirchnerismo y del control de la agenda de los medios que tiene Casa Rosada, la situación económica empeora, la interna peronista se calienta y las dudas sobre el futuro político de la Argentina comienza a ganar espacio en los análisis de los operadores económicos y es tema de conversación central en el mundo político. No es casual que Francisco enviara a monseñor Guillermo Karcher, oficial de Protocolo del Vaticano, a decir que al Papa le preocupa “la gobernabilidad en la Argentina”. Y tampoco es casual que Cristina Fernández armara una conferencia de prensa en Roma luego de almorzar con el pontífice de los católicos apostólicos romanos aclarando que no se habló de gobernabilidad. Tan endeble se torna la situación política que el Gobierno sigue creando la ficción de un complot internacional contra Cristina Fernández. Esta semana se sumaron American Airlines, el Banco Mundial (por el informe donde advierte sobre el impacto social que tendría una crisis económica en la Argentina) y Carlos Gutiérrez (un reconocido lobbista que trabaja para los holdouts) a la lista que ya tiene a los “fondos buitres”, al juez Thomas Griesa, la Cámara de Apelaciones de New York, la Suprema Corte, parte del Congreso de los Estados Unidos, Barack Obama, periodistas y medios. Para entender cómo se arma la “Teoría Conspirativa Kirchnerista de Fin de Ciclo”, nada mejor que analizar los 5 puntos del supuesto plan que están llevando adelante los holdouts para desestabilizar, supuestamente, al Gobierno de Cristina Fernández y cómo cubre todos los errores cometidos, los problemas que se ignoran y los culpables que se seleccionan para cubrir cada crisis que se pueda producir en las próximas semanas o meses. Que el punto N°1 del supuesto “plan” sea esmerilar y desgastar la figura de Cristina Fernández confirma que el kirchnerismo se sostiene por una sola persona. No es un movimiento político, ni una fuerza política, ni una nueva ideología, sólo es una dinastía familiar que no tiene futuro ni heredero y que enfrenta una previsible derrota electoral el año que viene. El punto N°2 consiste en que los holdout propician rumores para generar e inestabilizar, supuestamente, la economía y, sobre todo, el tipo de cambio. Aquí ya tenemos un culpable para la suba del blue, justo lo que el Gobierno ha demostrado una incapacidad manifiesta para controlar. En forma más o menos desembozada, el Jefe de Gabinete, Jorge Milton Capitanich, viene sugiriendo que es ilegal que los medios hablen o publiquen noticias sobre el blue. También ha categorizado al negocio cambiario paralelo como ilegal y, ahora, han creado la imagen de “Los Barones del Blue” para caracterizar a los operadores de este segmento. De esta forma, el Gobierno no tiene responsabilidad de la devaluación de la moneda nacional, cuyo valor debería defender porque es una forma de garantizar la estabilidad social. En realidad, para el kirchnerismo, el peso no se derrumba por la inmensa emisión de moneda, por el creciente déficit fiscal o por la caída de precios de los bienes que exporta la Argentina, sino por una “troupe” de protagonistas internacionales y asociados locales que conspirar. El punto N°3 del supuesto “plan” es una política agresiva en los mercados internacionales que afectará la capacidad del Gobierno argentino y de las empresas (sobre todo YPF) para conseguir crédito externo. Y otra vez, no es que el Gobierno llevó a la Argentina al default quién sacó al país y a los privados del sistema financiero mundial, sino un complot mundial. El tema no es menor dado que en el Presupuesto 2015 se prevé colocar en los mercados internacionales deuda por US$16.000 millones y que YPF ya no encuentra fondos baratos en la Argentina (tanto es así que la próxima colocación de la petrolera será en forma cuasi compulsiva en el mercado asegurador). Al tener un culpable internacional, una conspiración a escala planetaria, los funcionarios quedan liberados de culpa y compromiso (o por lo menos, eso es lo que creen que sucederá). El punto N°4 acusa a los holdouts de buscar ganar tiempo para poder negociar con el futuro Presidente de la Nación. Aquí es un ataque a 4 flancos: culpan a los “fondos buitres” de postergar cualquier arreglo (no al Gobierno que nunca quiso acordar), los señala como buscando un acercamiento hacia los candidatos opositores, da por un hecho de que una vez que el kirchnerismo deje el poder habrá una negociación y, por fin, que cualquiera que gane la elección el año que viene logrará llegar a la Casa Rosada por el apoyo y aporte financiero de los holdouts. Hay un 5to. y muy tenue mensaje dentro de esa acusación: es un reclamo del voto para el Gobierno, partiendo desde el sentimiento nacionalista, al prometer, repito, muy sutilmente, que mientras el kirchnerismo esté en el poder, no habrá acuerdo con los acreedores externos que no ingresaron en los canjes de 2005 y 2010. Por fin, el punto N°5 descalifica a todos los periodistas y medios de comunicación críticos de la Administración K de ser financiados por los holdouts, dado que en la lógica kirchnerista, un medio o un periodista sólo puede tomar una posición si son financiados por alguien. Por eso, la inmensa pauta publicitaria que maneja la Casa Rosada, sabe que si no tiene voceros pagos, nadie los defendería. Y, de esta forma, la mesa está servida para crear un relato de la decadencia kichnerista, una historia de la futura derrota electoral del Gobierno. El “cuentito” que arma la comunicación de la Casa Rosada no está dirigida a asegurar un triunfo electoral en 2015, en realidad, busca dejar un registro para la historia pensando en un supuesto regreso en el 2019, tal como fue la presentación pública de Máximo Kirchner: todo pensando en una hipotética vuelta con gloria. Pero la realidad va creando un marco de referencia muy diferente de la que “dibuja” el Gobierno. Por ejemplo, el Presupuesto 2015, que ha sido caracterizado como “papel para hacer un asado”, por ser absolutamente inservible para realizar cualquier planeamiento económico, tiene un dato que demuestra cuál es el verdadero pensamiento kichnerista sobre el futuro. En al capítulo social, el Presupuesto 2015 prevé llegar con beneficios sociales a 20.027.654 personas (casi 1 de cada 2 argentinos), que incluyen 2.277.645 beneficiarios de la Asistencia Universal por Hijos, el reparto de 14.600.000 libros y equipos escolares, 177.100 beneficiados del Plan Remediar, 45.337.600 tratamientos médicos a suministrar, 5.500.000 personas incluidas en el Plan Argentina Trabaja y se espera reforzar la alimentación a casi 1.880.000 personas. ¿Cómo se entiende que, si la economía va a crecer según el Presupuesto 2015, se necesita tal aumento de la asistencia social? Porque el Gobierno sabe que el año que viene, si quiere dejar una fuerte bancada de diputados y senadores, a nivel nacional y provincial; y de intendentes y gobernadores que expresen al kirchnerismo; requerirán de todo el clientelismo que pueda financiar el Gasto Público. El Gobierno sabe que la presentación de Máximo Kirchner en sociedad tuvo un efecto muy negativo dentro del peronismo. Por fin, luego de ser usados por más de una década, los peronistas comienzan a entender que serán arrasados si se mantienen dentro del Frente para la Victoria. Por eso los contactos entre gobernadores han crecido, en el sciolismo creen que es el momento de que Daniel Scioli aparezca como la figura aglutinante del nuevo reordenamiento interno peronista y las 2 CGT han comenzado a conversar, en serio, de reunificación. Que Hugo Yasky y Antonio Caló enfrentaran al Ministro de Trabajo y a Axel Kicillof, y les expresaran su preocupación por la situación del empleo, es el primer signo de que el sindicalismo, tanto peronista como pseudo “progresista”, han comenzado a repensar si conviene ser socios de un kirchnerismo que se retira dejando una crisis económica con fuerte impacto en el mercado de trabaja y en los bolsillo de los trabajadores. El Gobierno registra la crisis social que se avecina y tiene en claro que no puede incentivar el consumo como hizo en 2008 (ProCreAr se “cocina a fuego lento”, ProCreAuto no impacta en el mercado automotor y el “Ahora 12” sabe que tiene alcance limitado a una clase media que puede endeudarse en cuotas). El poder del Estado, está mostrando sus limitaciones. Cristina Fernández buscó el almuerzo con Francisco para exhibir en las Naciones Unidas el supuesto apoyo del Obispo de Roma a sus reclamos sobre la renegociación de las deudas soberanas y sociales que realizará en las Naciones Unidas. La Presidente de la Nación quiere presentarse como vocera del G77 + China, del Unasur, del Mercosur y del Vaticano. Es un intento por mostrar una intervención épica en la ONU. Cristina Fernández debería recordar lo que decía Néstor Kirchner: la política externa no suman votos; sirven cuando se usan para hacer marketing político interno. Y eso mostrará la Casa Rosada esta semana; un viaje épico. Pero, también, Cristina Fernández fue a Roma con una esperanza: quiere mostrarse “amiga” de Francisco. Que el Papa la apoya. La Casa Rosada cree que, con un “aliado” de tal peso, la crisis por venir puede minimizarse y la gobernabilidad, asegurarse. Pero eso, son sólo intenciones, la realidad se impone más cruda y en el sentido contrario que quiere el Gobierno.

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