sábado, 21 de mayo de 2016
AVATARES AMARILLOS
AVATARES DE LA ADMINISTRACIÓN MACRI
Del Gorrión Supremo al ecolástico ecuatoriano
162 días de la Administración Macri, con éxitos y traspiés. Durante el fin de semana se festejará el fracaso de la oposición en imponer una emergencia laboral. Sin embargo, la coyuntura no debería provocar el menosprecio por lo estructural. Luego, ¿quién define la medida del triunfo? El tema es más complejo.
Con la moral como bandera, Elisa Carrió intenta competir con Jaime Durán Barba, a quien llamó "demonio" y éste le respondió con su experiencia en Escolástica.
por EDGAR MAINHARD
No se encuentra en discusión ni la imagen positiva del presidente Mauricio Macri ni las dificultades que su gestión encuentra como herencia de los 12 años K. El Presidente sigue siendo el político más popular y los errores acumulados durante los años K fueron enormes. Pero esa realidad no cierre el debate. Los interrogantes se refieren a si es necesario pagar tanto costo político-socioeconómico durante la estabilización o si es posible reducirlo. Aquí algunos apuntes que aporten al debate.
1. Antes de su doctorado en Derecho y su doctorado en Historia y su maestría en Sociología, el ecuatoriano Jaime Rolando Durán Barba fue licenciado en Filosofía Escolástica, estudio que incluye las corrientes teológicas, y del que egresó agnóstico. Pero la Escolástica también es un método de trabajo intelectual: todo pensamiento debe someterse a una estructura esquemática del discurso que debe exponerse a refutaciones. Sin embargo, han resultado pobres hasta ahora sus argumentos acerca de que Mauricio Macri es fortalecido por el veto al proyecto que unos llaman Cepo Laboral y otros Ley Antidespidos.
Es cierto que hasta Cristina Fernández de Kirchner se opuso en su momento a una iniciativa sindical semejante. También lo es que los líderes gremiales utilizaron esa idea que tanto apoyó el kirchnerismo legislativo para sentarse a negociar con Macri. Pero no es cierto que las inquietudes vinculadas al empleo no se encuentran entre las principales preocupaciones de los trabajadores formales, cuentapropistas y trabajadores informales. Y tampoco es verdad que habrá respuestas satisfactorias a sus interrogantes durante el 2do. semestre de 2016.
Por lo tanto queda el interrogante acerca de si Cambiemos no pudo dar una batalla más eficiente sobre la cuestión del empleo antes que oponerse de plano al proyecto que emergió del Senado. En especial cuando dentro de Cambiemos es motivo de debate el incumplimiento de los empresarios -a quienes se dice proteger con el veto de la legislación- de sus compromisos con la oportunidad que representa el presidente Macri.
Luego, a nadie puede escaparle que la iniciativa sindical prosperó en el Senado, que fue la cámara legislativa de inicio del proyecto, porque el Ejecutivo no estaba honrando compromisos previos con los gobernadores que influyen sobre los senadores. El vínculo fue vuelto a atar el mismo miércoles 18/05 cuando comenzaba a sesionar la Cámara de Diputados con el Cepo Laboral/Ley Antidespidos entre los temas a tratar. Es decir que pudo haberse evitado el inicio de toda la polémica.
Algo más: se rechazó de plano negociar con Massa un proyecto pro-pymes separado del texto ríspido. Unos podrían afirmar que los $ 50.000 millones de costo fiscal que supone atender a las iniciativas que expuso el Frente Renovador es mucho dinero cuando hay una promesa de ajuste fiscal. Pero otros podrían afirmar que no es tanto dinero para una Administración que se ha comprometido bien poco hasta ahora con el ajuste fiscal, y le hubiese permitido a Macri arrebatarle al Frente Renovador una bandera que Massa seguirá enarbolando en el futuro, tal como ya se podrá comprobar en el curso de las próximas semanas.
2. Desde el inicio del debate sobre el Cepo Laboral/Ley Antidespidos, la Administración Macri afirmó que, de perder la votación en el Legislativo, impulsaría el veto presidencial y se fundamentó en privado que la pérdida posible del empleo no era una cuestión que preocupara al elector de Cambiemos sino al elector o de Cristina Fernández de Kirchner o de Daniel Scioli, que hoy día se considera un universo del 25%. El argumento es contradictorio con el inicio anticipado del año 2017 propuesto por la propia fuerza política gobernante, y que tendrá un capítulo decisivo en Provincia de Buenos Aires.
El tema irrumpió a través del Frente Renovador, cuando Sergio Massa -presionado por sus contertulios- tuvo que poner un plazo límite a su apoyo condicional al gobierno de Cambiemos. Luego, Massa lo ratificó en diálogos privados, que nunca son privados, en los que deslizó su interés en que lo acompañara en su lista la diputada nacional Margarita Stolbizer.
En el oficialismo, la prisa excesiva fue responsabilidad de Elisa Carrió, una dirigente política que repite su error una y otra vez: inicia su ofensiva con anticipación, período durante el cual obtiene una positiva medición en las encuestas de opinión, y luego comienza a caer a medida que se acerca la fecha del comicio y se acelera la campaña.
Carrió, una dirigente de la Provincia de Chaco vinculada a la UCR, se reconvirtió en Ciudad de Buenos Aires como fundadora de sus propios partidos políticos, y ahora intenta una experiencia en Provincia de Buenos Aires. Su arranque apresurado a su vez arrastró al alcalde de Vicente López y presidente del Grupo Bapro, Jorge Macri, quien también quiere ser senador nacional por el mayor distrito electoral argentino.
Jorge Macri comete un error al tomar nota por anticipado de la postulación de Carrió, con quien nunca podría compartir la oferta electoral (Carrió menosprecia al primo del Presidente) porque lo convierte en un blanco tanto de las verdades como de las fábulas de la diputada nacional.
Pero si aparece ya el proselitista tema electoral 2017, Cambiemos no puede estar especulando con los votantes posibles propios vs. los del Frente para la Victoria porque esa restricción no le suma. Es suficiente con fundamentar el veto de Macri en la autoridad presidencial para sostener sus convicciones.
Tampoco le sumará interrogarse si el Operativo Clamor que parece iniciar el Frente para la Victoria para conseguir que el papa Francisco incluya a la Argentina en su agenda 2017 goza de algún guiño del Vaticano, tal como si el pontífice fuese una bandera K. En ese caso es un problema de los allegados al clérigo quien, si deseara entablar una negociación definida con el Presidente tiene un embajador argentino en el Vaticano que fue estudiante suyo (es muy sugestivo que quienes se dicen 'voceros' del Papa insistan en público que es un error del Presidente no entablar una relación directa con Francisco, comparándolo con Cristina Fernández de Kirchner).
3. En los 162 días iniciales de Macri Presidente aparece como una limitación la capacidad de 'operación política' de la Administración. Hasta ahora carece de personeros que avalen y respeten sus interlocutores. Es evidente que Rogelio Frigerio está improvisado como ministro del Interior, y aún para las especulaciones dentro de Cambiemos sobre modificaciones (improbables) en el gabinete Frigerio sigue siendo un economista. La política y la negociación indispensable tampoco es la especialidad del jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña. Ningún integrante de la llamada 'mesa chica' presidencial podría desempeñar esa tarea que el PRO menospreció en el pasado, agitando la gestión como contrapeso cuando, en verdad, no son opciones alternativas sino complementarias, ni son opuestas sino con ciertas coincidencias.
La ausencia del 'operador político' -un rol que bien podría desempeñar Ernesto Sanz, pero él prefiere interesarse en las cuestiones domésticas del Ejecutivo Nacional y, en todo caso, ser un consultor del Presidente durante los 4 días que permanece visible- incrementa el protagonismo de Elisa Carrió, avalada por su condición de también cofundadora de Cambiemos.
En el caso de Carrió, quien mejor podrían comprender la situación son los 'fans' de la serie de HBO, "Game of Thrones" o "Juego de Tronos", la preferida de la ex Presidente de la Nación.
En la trama de la ficción hay una suerte de sacerdote cuyo cargo es Septón Supremo y es considerado un representante de los dioses pero habitualmente manipulado por los gobernantes. De pronto hay un nuevo Septón Supremo, que escapa de control, es ascendido a la categoría de Gorrión Supremo y pone en jaque tanto a sus aliados como a sus mandantes, en nombre de una cruzada moral que le es encomendada.
Jonathan Pryce, el actor que hace de 'Gorrión Supremo' no se parece físicamente a Elisa Carrió, pero puede utilizarse la analogía entre el personaje y la realidad argentina. Carrió ha logrado presionar a la Administración Macri autotitulándose 'conciencia moral', y todavía no está definida ni la autonomía ni el límite del concepto.
La mayoría del PRO teme a Carrió pero confían en que Macri pueda contenerla, repitiendo el procedimiento que ellos esperan del Presidente para con su ministro de Energía, Juan José Aranguren, el otro 'outsider' de la Administración.
4. En la Administración Macri persiste una extraordinaria necesidad de Cristina Fernández de Kircher como contracara, en especial para licuar a Massa y otros. Esta dependencia lleva hasta a necesitarla como candidata a senadora nacional por Provincia de Buenos Aires en 2017, con la excusa de que ella necesitará fueros, que luego hasta se negociarían, tal como fue el reciente caso de Julio De Vido, en ocasión de bloquear la negociación posible entre el Frente para la Victoria y el Frente Renovador por el Cepo Laboral/Ley Antidespidos.
Se ignora si Cristina cometería la torpeza de aceptar el desafío que irá incrementando Cambiemos durante las próximas semanas. De aceptar, ella enviaría otro mensaje contradictorio acerca de su legado porque cuando era Presidente promovía a las nuevas generaciones K mientras que, de aceptar, las lideraría hacia una derrota segura. En el mejor de los casos, la Era Macri no es el tiempo propicio para que los K ensayen un regreso porque, más allá del Presidente y su grupo político, hay una sociedad que, en forma mayoritaria, apoya la alternancia, y sufría de un hartazgo K.
Además de Cristina, la Administración Macri precisa que repunte la actividad económica, que será la verdadero barómetro electoral en 2017. Sin duda que el año 2016 ya se encuentra perdido a los efectos de la ejecución de inversiones directas privadas, que llevan un plazo que excede el 2do. semestre para su análisis y ejecución. Los meses que vienen, que serán excluyentes del capítulo antiinflacionario y el blanqueo de capitales, apuntan a definir la agenda de negocios 2017. El Presidente ha sido aconsejado que comience a hablar más del año próximo que del próximo semestre, para darse un plazo más prudente que el explicitado ante las urgencias del comienzo.
5. Hay quienes afirman que 2016 terminará con más gasto público, más déficit fiscal y más inflación que 2015. El gran debate será acerca de cómo quedan las expectativas para 2017. La Administración Macri imagina, por ejemplo, que con una inflación mensual de 2% durante el 2do. semestre, demostrará que se cumplen sus promesas de descenso de la variación de precios. En cuanto al déficit fiscal, los colaboradores de Alfonso Prat-Gay subrayan los dichos del flamante canciller brasilero José Serra acerca de que en recesión no se prioriza reducir el desequilibrio del Tesoro, un enfoque heterodoxo que no goza de unanimidad ni en la Argentina ni en Brasil.
Los críticos de Prat-Gay afirman que, luego del acuerdo financiero externo con los acreedores, él se quedó sin agenda porque delegó todos los esfuerzos de estabilización en los otros ministros del gabinete económico y, en especial, en el presidente del Banco Central.
Los defensores de Prat-Gay le atribuyen mucho trabajo presente, junto al jefe tributario Alberto Abad, en el diseño del próximo blanqueo de capitales, y en la elaboración del proyecto de Presupuesto 2017 que prometen ingresar en tiempo y forma al Legislativo.
Pero es evidente que los debates internos en la Administración Macri acerca de la performance de la tarea de gobierno incluyen 2 conceptos:
> "relanzamiento" y
> "reordenamiento".
Acerca del "relanzamiento" hay un debate sobre rotaciones de ministros, antes que cambios de ministros, ya que Macri no es partidario de los despidos, al menos en de sus colaboradores. La gran excusa para las rotaciones sería que o Susana Malcorra sea elegida próxima secretaria general de Naciones Unidas o Malcorra pida licencia para enfocarse en esa tarea (desde ya, un imposible).
Acerca del "reordenamiento", hay algunas carencias en la gestión de información y de tareas, responsabilidad primaria de Marcos Peña. El caso más notable fue la sorpresa gubernamental cuando la multinacional Monsanto anunció su "decepción" con la Administración Macri y la ejecución de sanciones.
Nada de esto por ahora amenaza a Macri porque hay una férrea voluntad de la mayoría de los ciudadanos de apoyar la expectativa de éxito. Luego, la vapuleada comunicación gubernamental no es un problema, todo lo contrario, hasta podría considerarse exitosa la tarea de Peña al respecto. El problema se encuentra en la gestión, tarea que Macri le delega por completo.
6. ¿Tiene algún sentido que el Presidente empeñe su autoridad y prestigio en imponer su modelo de negocio para la Asociación del Fútbol Argentino? ¿Ha dejado de ser, en los hechos, el presidente de Boca Juniors que ambicionaba erosionar a Julio Grondona para reenfocar la AFA? (Deberían tomarlo en cuenta quienes dudan que Daniel Angelici sea una extensión de Macri)A menudo la política es comandada por los imprevistos, y aventuras como las del fútbol son escenarios propicios para los imprevistos.
Por ejemplo, siempre puede aparecer un Carlos Bianchi que realice un desplante en público a la autoridad, una situación que le provocó más de 1 año de terapia al entonces jefe de Boca Juniors, hoy Presidente de todos.
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