sábado, 21 de mayo de 2016

LA CRISIS DE BRASIL

Buenos Aires, Argentina sábado 21.05.2016 ALERTA GENTE LA CRISIS NO CESA Un largo purgatorio: El juicio a Dilma no absuelve a Brasil de sus pecados El 12/05, el Senado brasilero votó en favor de dar curso al juicio político contra Dilma Rousseff. La Presidenta suspendida estará fuera de funciones durante 180 días y mientras tanto, ejercerá el cargo presidencial el vicepresidente Michel Temer, “un político de carrera, que tiene la reputación de ser un habilidoso negociador” que sabe manejar los hilos suavemente desde detrás de escena, afirma el periódico Washington Post. Si el Senado vota por una mayoría de dos tercios condenar a Rousseff, Temer sería el Presidente hasta 2018. (Hoy parece casi inconcebible que este no sea el resultado del impeachment). Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), promete conducir a Brasil en una dirección más amiga del mercado, algo bienvenido por los inversionistas, que ya dieron señales de gustar del cambio (mientras Temer asumía, la bolsa de valores subía levemente y el real se fortalecía frente al dólar). La realidad es que la salida de Dilma no libera a Brasil de su agudo presente: el país sufre su peor recesión desde 1930, advierte el semanario británico The Economist. Importante tenerlo en claro para entender lo que vendrá: ¿qué Brasil le da la bienvenida a Michel Temer? El del gasto público fuera de control, el del déficit, la corrupción galopante y el embotellamiento político, describe la revista estadounidense especializada en relaciones internacionales, Foreign Policy. El Presidente interino es hijo de inmigrantes libaneses católicos maronitas, que llegaron a Brasil en 1925. La aldea de 200 habitantes en el norte del Líbano, Btaaboura, de donde salieron los padres de Temer, mira con fascinación lo que sucede en Brasil, y sus habitantes ya piensan en cambiar la calle que nombraron en honor a Temer, de “Vicepresidente de Brasil” a “Presidente de Brasil”, relata la BBC. Quien no está tan contento es el pueblo brasilero: a pesar de que una gran parte de los ciudadanos del país celebra la partida –al menos momentánea- de Dilma Rousseff, menos del 3% tiene una imagen positiva de Temer y el 58% piensa que él también debería ser sometido a juicio político. El Presidente interino deberá enfrentar > la desconfianza popular (un sentimiento que se agudizó luego de que se diera a conocer que más de la mitad de los ministros que eligió para conformar su Gabinete, ha recibido donaciones de empresas involucradas en la trama de corrupción de Petrobras) y > la profunda fragmentación política, si quiere que se aprueben las reformas que podrían salvar la economía brasilera y bajar la tensión social. Un botón de muestra ¿Cómo es el elenco que Temer desea para superar la crisis de Brasil? Profesionales con experiencia, de buena relación con el ‘establishment’ y con algún pasado en la Administración pública. Por ejemplo, Pedro Parente, flamante presidente de Petrobras. Padre de 4 hijos y casado 3 veces, nadador 3 veces por semana, él es ingeniero de la Universidad de Brasilia (UnB), trabajó en el estatal Banco do Brasil, el Banco Central, el Ministerio de Hacienda, y el de Planificación, fue consultor del FMI, pasó por la aerolíneas TAM, por la empresa de logística ALL (America Latina Logística), y fue vicepresidente ejecutivo del grupo de medios de comunicación RBS, expresidente de la filial en Brasil de la cerealera Bunge, él dirigió una reforma que "produjo impactos transformadores", según el CEO mundial de la empresa, Soren Schroder, cuando Parente se jubiló, en 2014. Parente se ganó el título de "ministro del apagón" cuando, durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (PSDB), gestionó los racionamientos eléctricos en la crisis de 2001. Él vuelve 15 años después para sacar a Petrobras de la oscuridad. En un perfil que publicó en 2001 la revista Istoé Senhor lo llamó "dueño de la luz", cuando fue apartado temporalmente del Ministerio de la Casa Civil -la jefatura del gabinete- para ocuparse de la "Cámara de Gestión de la Crisis de Energía", organismo creado para enfrentar la emergencia eléctrica de julio 2001 a febrero 2009 y que llevó a la necesidad de cortes programados de luz, los "apagones". La crisis se enmarcó en una fuerte sequía, que afectó la generación hidroeléctrica, y a la falta de planificación e inversiones en el sector: gobierno fue sorprendido por la necesidad de cortar 20% del consumo en todo el país, y el fiscalizador Tribunal de Cuentas dijo en 2009 que el "apagón" le provocó pérdidas al Tesoro por 45.200 millones de reales (US$ 12.600 millones). También fue el coordinador de la transición entre el gobierno de Cardoso y el de su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva, a fines del 2002. Pero hay excepciones en el modelo de Temer, que no se encuentra exento del peligro de conflictos. Por ejemplo, el caso de su alumna dilecta Flavia Piovesan, profesora de la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo. Piovesan ha expresado: "Es consenso que el aborto debe ser visto como caso de salud pública u no como caso policial. Es lamentable la muerte de mujeres en razón de la práctica de aborto ilegal". Temer la designó secretaria de Derechos Humanos de Brasil y dijo haber recibido “carta blanca” del Presidente interino para actuar en el área. Marco Feliciano, diputado por el Partido Social Cristiano (PSC), denunció: "Temer puso a una abortista. No va a durar ni una semana". El bloque de pastores evangélicos/pentecostales suma 70 votos en el Congreso. ¿Podrá sobrellevar ella, de sólida formación jurídica, el combate por delante? “Temer dijo que no tiene intenciones de presentarse a la reelección y que apoyará una reforma constitucional que cierre esa posibilidad. Pero cuesta creerlo”, escribió Paulo Celso Pereira, de O Globo. Solo el 8% confía en Temer Además, el descendiente de libaneses todavía corre el riesgo de que la autoridad electoral que lo investiga, determine que fueron coimas relacionadas con Petrobras las que estuvieron detrás de su campaña preelectoral con Dilma. En ese caso, sería anulado el resultado, y Temer sería removido de su cargo. Pero, el principal riesgo que enfrenta el Presidente interino, es no conseguir las mayorías necesarias para llevar a cabo las reformas que Brasil necesita con urgencia. Apenas el 8% de los brasileros piensa que Temer y su equipo harán un mejor trabajo que Rousseff. “Temer podría hacerlos cambiar de opinión, si consigue promulgar las controversiales reformas a las que adhiere y los brasileros sienten los beneficios económicos. La pregunta es si el recientemente promovido vicepresidente tendrá esa chance”, dejó abierto el semanario británico, The Economist. ¿Cuál es uno de los principales asuntos que Temer deberá tomar en sus manos desde el principio y de manera urgente? El rescate de la reputación del país de cara a los Juegos Olímpicos de Río 2016. Mientras que la epidemia del zika sigue en Brasil, el crimen resurge tras un plan fallido por “pacificar” las favelas, advierte el The Washington Post. Parte de una bicisenda construida para los Juegos colapsó hacia dentro el océano en abril, matando a 2 personas y disparando temores sobre obras de construcción mal hechas. Un tren subterráneo que conectaría el área a donde se harán los Juegos con el resto de la ciudad no ha sido inaugurado. Y las aguas de la bahía de Guanabara, a donde se jugarán las carreras acuáticas, no han podido ser limpiadas. Debilidades estructurales de larga data Temer deberá luchar con debilidades estructurales de larga data, advierte Foreign Policy, lo que le hará difícil implementar las medidas necesarias para estabilizar la economía. Y aún implementadas, estas no producirán resultados inmediatos. Ya que el 85% del gasto federal está garantizado por la Constitución, los cambios necesarios requerirán enmiendas aprobadas por el Congreso. Otra vez más, por si no estuviera en claro: el mayor desafío de Temer es conseguir suficiente apoyo político de los legisladores que, durante meses, no han tenido el estómago para aprobar un paquete muy necesario de medidas de austeridad sumamente impopulares. El crecimiento, mientras que se efectúa el requerido ajuste presupuestario, podría mantenerse esquivo, advierte Foreign Policy. Por otro lado, el sistema político del país, muy fracturado, en el que abunda la corrupción, es un desafío serio a una reforma estructural. Hasta que el país no recupere la estabilidad política, no podrá llevar a cabo las reformas económicas necesarias. Golpeado por la ralentización china y el fin del superciclo de los precios de las commodities, el PBI de Brasil se contrajo un 3,8% en 2015, el más bajo en 25 años. Y el Fondo Monetario Internacional espera una caída similar este año. Sin embargo, para el partido político que preside Temer, el PMDB, ambiguo y centrista (aunque siempre mirando más a la derecha que a la izquierda), la situación, dentro de lo que cabe, parece propicia: nunca hubiese llegado a la Presidencia por otro camino. Es la 2da. vez en su historia que que el PMDB alcanza la Presidencia y tampoco en la otra ocasión fue una elección directa. A pesar de que el PT nunca legitimará la posición de Temer, este ya ha conseguido aliarse con los mercados y poco le importa el rechazo de los ciudadanos o haber forjado un gobierno que levanta polémica (e imputaciones). 17/05/2016: Una mezcla de militantes del PT con feministas enojadas porque no hay ministras en el gabinete de Michel Temer armaron la primera protesta en Sao Paulo. / AFP PHOTO / NELSON ALMEIDA Sin embargo, Temer se enfrenta ahora a > el Legislativo más fragmentado de la historia de Brasil, > una economía que comienza estancarse, > una fuerte oposición ciudadana y > las voces que lo acusan de corrupción por el caso Petrobras. A su favor, "la falta de presión de quien ya ha rechazado presentarse a las elecciones de 2018. Y la satisfacción de quien llevaba meses planeando alcanzar el poder”, escribió el portal Política Exterior. “Construir consenso mientras evita el suicidio político” A pesar de que los analistas dicen que Brasil ha pasado lo peor de su crisis económica, el declive en los ingresos del Gobierno y la deuda creciente llaman a un gran ajuste fiscal. El generoso sistema de pensiones brasilero, por ejemplo, es uno de los muchos factores que imponen una gran carga sobre las cuentas estatales. Según publicó el Bank of America el 13/04, las expensas del Régimen de Seguridad Social General constituyen la máxima fuente de presión sobre el gasto público. ¿Cuánto afecta el sistema de pensiones a la salud económica general de Brasil? El déficit primario de 2015 –una forma de calcular el déficit que no incluye el pago de intereses sobre préstamos tomados para financiar la operación de Gobierno- de 1,9% del PBI hubiese sido 0,4% sin el déficit de seguridad social, según el Bank of America. El déficit de seguridad social del país podría llegar a 13 puntos del PBI para 2060 si no se toman medidas, alertó el banco. Arreglar el déficit fiscal también requerirá más recortes en el gasto y subida en los impuestos, un plan que no le funcionó al ex ministro de Finanzas, Joaquim Levy. Sus intentos por ajustar el gasto público se encontraron con la oposición de los legisladores que bloquearon la mayoría de sus reformas el año pasado. Lo que es más, durante sus últimos días en funciones, Dilma anunció una serie de medidas para obstruirle el camino a los ajustes a Temer. El 01/05, Rousseff lanzó recortes tributarios, expandió la vivienda pública e incrementó un 9% el plan mensual Bolsa Família, el programa de bienestar más popular. “Temer, por lo tanto, debe encontrar una manera de construir consenso político mientras que evita el suicidio político”, recomienda FP. “Temer, hombre de leyes, poeta, y muy poco querido en Brasil” “Un académico en leyes y poeta ocasional, Temer, de 75 años, es famoso por sus trajes impecables, cabello plateado alisado hacia atrás y por su esposa –que cumplirá 33 el lunes (N de R: el pasado 16 de mayo)-, quien era solo un niño cuando la democracia brasilera retornó en 1985, tras 2 décadas de gobierno militar. Es el autor de ‘Intimidad Anónima’, un libro de versos sensuales inspirados por su esposa, Marcela, quien era una aspirante a reina de belleza de 20 años cuando se convirtió en la tercera esposa de Temer en 2003”, describió el periódico estadounidense The Washington Post. Fuentes cercanas revelaron al Post que Temer cuenta con las habilidades políticas para poder deslumbrar a un público escéptico. El Presidente interino dijo que sus objetivos principales son reformar el código impositivo de Brasil, llevar a cabo una muy necesaria reforma en las pensiones e implementar otras políticas amigas del mercado para estimular el crecimiento. Pero, para eso, él deberá vencer la desconfianza popular que una vez le ganó el apodo de “el mayordomo”, en referencia al papel que suele desempeñar esta figura en las películas de terror: alguien que sabe mucho y dice poco, según relata el Post. Y además debe enfrentar las acusaciones de que su camino al poder fue ilegítimo. “Cuanto más intente Temer revertir las políticas desastrosas de Rousseff, más sus seguidores lo acusarán de ir en contra del veredicto de los votantes que la reeligieron en 2014”, apunta en la misma dirección el semanario británico The Economist. Algunos de los brasileros que están indignados con la asunción de Temer, ya dejaron su opinión manifestada llenándole el muro de Facebook el pasado jueves (día en que asumió) con emoticones vomitando. Temer ya ha dicho que no planea presentarse a elecciones en el 2018, pero algunos analistas brasileros desconfían del Presidente interno. “En las últimas semanas, Temer dijo que no tiene intenciones de presentarse a la reelección y dio señales de que apoyará la aprobación de una reforma constitucional que cierre definitivamente esa posibilidad. Pero cuesta creer que un político de larga trayectoria que eventualmente logra apoyo popular vaya a desprenderse así como así de la Presidencia. En ese escenario, se abre la posibilidad de que en Brasil se produzca una reorganización tras 22 años de polarización entre el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB)”, escribió Paulo Celso Pereira, de O Globo. El liberalismo económico de Temer “salió de placard” La realidad es que la salida de Dilma, justa para algunos y “un golpe de Estado” según ella y los seguidores del Partido de los Trabajadores (PT) al que ella pertenece, no libera a Brasil de su agudo presente: el país sufre su peor recesión desde 1930, advierte el semanario británico The Economist. La economía probablemente se contraiga un 7,5% en 2015 y 2016; el desempleo y la tasa de inflación están en alrededor del 10%. El déficit presupuestario es más de un décimo del PBI. A nivel político, el esquema de sobornos en torno a petrolera estatal, Petrobras, ha ensuciado tanto al PT de Dilma y Lula como al PMDB de Temer. “A pesar de que Temer rara vez desafiaba el intervencionismo económico de su jefa, él cree en una mezcla de liberalismo económico y social que es inusual en Brasil. Como uno de los que delineó el borrador de la Constitución adoptada en 1988, él se oponía a protecciones para los trabajadores que ahogaran el empleo. Estaba en contra de la pena de muerte (que estaba prohibida para crímenes civiles) y a favor de los abortos legales (que todavía están prohibidos en la mayoría de los casos)”, explica The Economist. Cuando la alianza de 13 años entre el PT y el PMDB comenzó a desmoronarse, el liberalismo de Temer “salió del placard”. “Las reformas rápidas, especialmente recortes al gasto público, conseguirían, a pesar de la recesión, aumentar la confianza, frenar la inflación y permitirían al Banco Central comenzar a reducir su tasa de interés de 14,25%, que aplasta el crecimiento”, explica el semanario británico. El prospecto de que todo esto se haga realidad ha despertado euforia en los mercados financieros, que de lo contrario estarían deprimidos por el miserable estado de la economía. Pero ya está en claro el límite entre lo que se promete y lo que se concreta. El peligrosamente verborrágico ministro de Relaciones Exteriores, José Serra, destacó que las tasas de interés son responsables por 90% del déficit nominal (cuasifiscal, un pasivo que genera el pago de la deuda del Banco Central), y dijo que la situación de la deuda pública empeorará mucho antes de mejorar “porque en períodos de depresión, no hay ajuste fiscal posible".

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