miércoles, 10 de octubre de 2012

RESPETO

El respeto a nuestros mayores Iride Isabel María Grillo Una sociedad que no respeta a sus mayores es una sociedad de poetas muertos, que no honra su historia, su cultura, su memoria, su identidad, que no se honra así misma... La vida si bien es la realidad nuestra de cada día, lo que nos toca, nos aturde, nos apura y nos exige, es también una conjunción de espíritus, es Dios,es ruaj, es empatía, por eso al mismo tiempo es creación,es sueño y es poesía. La vida es un aprendizaje ininterrumpido que nos entrena y compromete frente a contínuos desafíos.Es atraverse, es no tener miedo a los cambios, porque los cambios siempre son posibles, pero es también no tener miedo al reencuentro con nosotros mismos. Es tener memoria individual y colectiva, tomando conciencia de que muchas veces a medida que adquirimos mayores conocimientos paradojalmente nos alejamos del primer gran conocimiento,el de nosotros mismos. Es tomar conciencia de que justamente, nosotros estamos y somos hoy, por los que ayer fueron y ya no están y también por los que ayer fueron y hoy siguen estando,con sus aciertos y errores, aunque nos cueste entenderlo y más aún reconocerlo. Es aprender la sabiduría de la Creación en esa mirada, rasgada, doliente, a veces tierna y otras en apariencia, sólo en apariencia, dura, que pese a todo todavía cree y espera.Espera nuestro reconocimiento, privado y también público, porque los reconocimientos hay que hacerlos aquí y ahora en esta vida. El respeto a nuestros mayores nos exige revalorizar el tiempo calendario, el tiempo biológico, pero sobre todo el tiempo de enseñanza y de coherencia, el tiempo de aprender y de saber, reflejándonos en ellos,como referentes, de lo que debemos sentir, pensar, decir, hacer y ser. Mirarnos al espejo del alma, que nunca envejece sino que se enriquece con los años. El respeto a nuestros mayores requiere de la dosis infinita de paciencia, para escuchar lo que muchas veces no queremos escuchar, esa voz temblorosa o firme, ese lenguaje locuaz o a veces monosílabo pero que siempre, aún desde el silencio, nos habla y nos enseña. El respeto a nuestros mayores nos pide la cuota necesaria de amor, para dar lo que alguna vez quizás merezcamos recibir el día que también seamos mayores. (*) Jueza en lo Civil y Comercial de la Sexta Nominación de la Ciudad de Resistencia, Provincia del Chaco,Docente Adjunta de la Cátedra A de Derecho Constitucional,de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas de la U.N.N.E.

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