jueves, 9 de agosto de 2012
ARGENTINA TÓXICA
La Argentina tóxica y sus declaraciones altisonantes
Por JUAN SALINAS BOHIL
Es posible que leer diarios, revistas y escuchar radios y televisoras se haya convertido para algunos argentinos en algo tóxico. Peor, quizás, que el gas mostaza o el sarín. Pero no hay que exagerar porque al argentino medio todo le resbala y millones pueden aguantar, soportar y ¿gozar como masoquistas? que los subterráneos no funcionen por una semana mientras caminan y caminan por las calles o se apiñan en colectivos para deleite de carteristas que en estos días hacen su agosto precisamente en. agosto. Cansados, transpirados, mojados por la lluvia, quieren llegar a sus hogares para ver televisión. A Tinelli. Qué bueno.
Sean de derecha o izquierda, por una causa u otra, la población se encuentra aquietada y encapsulada mentalmente como si estuviese a la espera de un uniforme salvador. No entiende que esos tiempos han pasado y cómo han de solucionarse los problemas en la Argentina actual, porque basta armar una protesta pública para que por arte de magia las dificultades comiencen a remediarse, al menos temporalmente. Burócratas y políticos no le temen a la Justicia -ni a la terrenal ni a la divina- porque se ríen de todo y de todos, a tal punto que han perdido hasta el miedo al ridículo. Pero la gente en las calles o frente a sus lujosos y finamente amoblados despachos, les hace mover el culo más rápido que Usain Bolt.
Cerca de un mes atrás, un nuevo paro de los choferes de larga distancia dejó varados durante toda una larga y fría noche a cientos de pasajeros tickets en mano en la estación terminal de Retiro, y como empresarios y funcionarios sintonizan la misma frecuencia, fueron clausurados el bar, los baños, las oficinas del complejo, se cortó la calefacción, abundaron los robos y se quitó la atención médica. Luego de una espera de más de 12 horas y cansados de esperar, los damnificados realizaron un piquete en la explanada de acceso y egreso de los micros. Como era de esperar, mágicamente aparecieron los burócratas que habían dormido plácidamente durante la noche y a las pocas horas se solucionó el "inconveniente". Cabe señalar que ni el gobierno nacional, responsable del transporte automotor de pasajeros de larga distancia y de la terminal de micros, ni el gobierno comunal en donde se encuentra asentada dicha estación prestaron atención alimentaria, higiénica y de contención psicológica a los varados entre los que se encontraban numerosos menores de edad.
Más cercano es el caso protagonizado por mujeres pertenecientes a la Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos de Argentina (AFyAPPA) que durante años le solicitaron sin recibir respuesta una audiencia al presidente de la Corte Suprema para ponerlo en autos de "las violaciones a las garantías constitucionales y las pésimas condiciones en que se encuentran detenidos los hombres que combatieron al terrorismo en la década del 70" . Cansadas de no recibir respuesta, las mujeres se plantaron frente al despacho del ministro diciendo "Por eso, ahora nos vamos a quedar todo lo que sea necesario hasta que nos reciba ya que están en juego los derechos, la salud, la vida de más de mil presos que son evidentemente presos políticos, ya que el Estado le impone un régimen distinto al de cualquier ciudadano común". Y abracadabra, las puertas del blindado despacho se abrieron y el presidente de la Corte Suprema dijo enterarse de algo que no sabía que hace tiempo debía enterarse.
Pero hay que vivir en Argentina y ser capaz de soportar tanta basura oral y de la otra. No es fácil, no, qué va a ser. Así, un día la Presidente defiende en público a delincuentes rotulados como barrabravas y otro al Servicio Penitenciario que permite la salida de asesinos de las cárceles para asistir a mítines políticos de organizaciones que le son afines; la ministra de la Inseguridad estima que los robos en ingresos a viviendas continúan porque "la gente tiene más dinero en efectivo en su casa", aunque sin especificar, en el supuesto caso que así fuera, por qué los billetes no se guardan en los bancos; el ministro de Educación respalda -e incita- las tomas de los colegios por alumnos secundarios porque son "una cocina de participación democrática", un "reaseguro para el futuro", "un triunfo de la democracia y un triunfo de la educación", "Una demostración de madurez política y hay que celebrarlo"; el presidente del Comité Olímpico Argentino asegura que esperaba que la delegación argentina a los Juegos de Londres 2012 tuviera "una cosecha austera" de medallas (¿Por qué no lo habrá dicho antes?), y el jefe del Gabinete nacional expresó que la repetición de noticias de hechos delictivos responden a "una estrategia muy aplicada por la derecha" y "Uno ve el mismo hecho repetido las 24 horas como si ocurriese 24 veces, y así se va plasmando esta intención de generar el desánimo": Aunque el funcionario no explicó si esta última norma podría aplicarse a los cuantiosos discursos presidenciales, se ve que su juventud no le permite recordar que con la llegada de la democracia, la izquierda a la que él pertenece comenzó a fabular con que ex integrantes o retirados de las Fuerzas Armadas y de Seguridad eran los posibles autores de delitos contra la vida y la propiedad. A esa entelequia se la denominaba "mano de obra desocupada". Sería conveniente que el novel funcionario averiguase si en su área o en otras cercanas funcionan dependencias que cuentan con "mano de obra ocupada".
Por último, el juez Zaffaroni, adalid del garantismo planetario y la abolición del Código Penal, señaló que en el caso de las salidas promovidas por la agrupación kirchnerista Vatayón Militante "Pudo haber una imprudencia, un error político", y consideró que "los medios pueden hacer un escándalo de cualquier cosa y hay determinadas cosas que no se deben hacer para evitar el escándalo" y finalizó, "Hacer estas cosas significa de manera clara quemar las banderas". En buen cristiano le dijo al imberbe que maneja el Servicio Penitenciario Nacional y a quienes lo acompañan en su "gesta heroica": "Pibe, esas boludeces no se hacen, retardan la revolución".
Tiene razón el ideólogo. Hay que ir más despacio. No es momento de apresuramientos. Destruir a las Fuerzas Armadas, la policía, la clase media; apropiarse de campos, vacas, soja, medios de comunicación y de toda empresa sin pagar indemnización, impedir la salida del país a los argentinos, conocer a dónde viajan diariamente, impedir el librecomercio, ahogar económicamente a disidentes, coleccionar legisladores y gobernadores adictos, robarle dinero a los jubilados, saquear cuanta caja se encuentre, alterar la historia, ensalzar a terroristas que se alzaron en armas contra la nación, corromper la Justicia , financiar todo tipo de organizaciones "sociales", enriquecerse a manos llenas, lleva su tiempo. Mucho tiempo. Por ahora 29 años.
La actitud del jefe candado sacando presos sin ton ni son inmerso en una gran murga carcelaria pondría a gran distancia de las masas toda perspectiva revolucionaria. El destino de la revolución socialista va a decidirse en una lucha ardua y compleja. A la derrota armada de los 70 le han seguido estos magníficos primeros pasos progresistas pero hay que tener cuidado con los retardatarios que suelen avivar la primera oleada de la ofensiva fascista. Mientras llega el momento del triunfo, hay que hacer negocios con Aerolíneas, YPF y la ex Ciccone porque la militancia siempre requiere de fondos, hay que seguir pagando los intereses de la deuda y la petrobilletera de Chávez tiene sus limitaciones.
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