domingo, 24 de julio de 2016

RELANZAMIENTO

RELANZAMIENTO PRESIDENCIAL Ay Joaquín, lo que hay que 'bancar': de Poliarquía a Mauricio economista... Mucho trabajó la Casa Rosada durante las 2 semanas anteriores para limitar en extremo la difusión de encuestas de opinión pública que reflejan el deterioro de la imagen positiva del presidente Mauricio Macri. En simultáneo, se inició un relanzamiento de la gestión de Macri al frente del Ejecutivo Nacional. Sin embargo, no habría que exagerar: es poco creíble la idea de Macri leyendo, con idoneidad, los gráficos y estadísticas macroeconométricas. Casi casi es un absurdo. Spezzapria: "El discurso oficial se choca de frente con una realidad de bolsillos flacos." Mauricio Macri tiene virtudes, pero no es el hombre perfecto. Por ejemplo, de Derecho conoce bien poco y es una disciplina que hasta le aburre, según cuentan quienes lo conocen. No hay abogados en su círculo íntimo. A Macri le fascina el fútbol y también tanto la ingeniería civil como los negocios de la energía. En tiempos recientes también se ha interesado muchísimo por la meditación que proponen algunas escuelas budistas. A Macri no le resulta interesante la ciencia económica. Él considera que para esos avatares se encuentran los economistas, a los que se contrata tal como si fuesen gerentes. Entonces, ¿por qué se empeña Jaime Durán Barba en intentar exhibir a Macri al frente, personalmente, de la economía argentina? Es más: en el relato de Joaquín Morales Solá para el diario La Nación, Macri aparece en un rol de superministro de Economía, función que le niega a Alfonso Prat-Gay (lo bien que hace el Presidente en esto). Es evidente el objetivo de Durán Barba: utilizar a Macri para reforzar la credibilidad en la política económica, que padece una crisis de confianza, según las encuestas de opinión pública. Pero ¿cuál es la autoridad de Macri para interpretar la información econométrica? Él sólo conoce la interpretación que le hacen llegar sus ministros. Hay un problema en la estrategia comunicacional de Durán Barba. De paso, muy esforzada la tarea de Morales Solá, columnista del diario La Nación, ambos de la confianza extrema del PRO: días antes tuvo que darle veracidad al dato de la consultora Poliarquía (la misma que fue la preferida de Daniel Scioli) sobre incremento de la imagen positiva de Macri en junio, pese al 'tarifazo' (irreproducibles los comentarios de otros encuestadores), y ahora presenta al inverósimil Macri economista: "(...) Al Presidente no le gusta que le disputen la propiedad intelectual de sus mejores logros. Subraya: "Aquí, en esta oficina, yo decido la estrategia. Yo dije que del cepo al dólar había que salir inmediatamente después de asumir y entonces me criticaron hasta mis amigos. Salimos muy bien. Yo dije que había que arreglar cuanto antes con los holdouts. Una vez lo bajé de un avión en Nueva York a Luis Caputo (secretario de Finanzas) y le ordené que no volviera al país sin el acuerdo en la mano. Fue así. Salimos bien. Yo dije que no podíamos vivir como país ni un minuto más consumiendo energía gratis. Y ahí estamos". Aunque nunca lo nombra, es más que obvio que está refutando la teoría de que Prat-Gay debería ser un superministro de Economía. "Si todos moderaran sus egos, la política sería mucho mejor", concluye sin dar ningún nombre. ¿Se equivocó Juan José Aranguren con las tarifas? "Es probable que se hayan cometido errores. Pero no es culpa de Aranguren. Yo les digo siempre a mis ministros que prefiero que se equivoquen haciendo diez cosas a la vez que no haciendo nada por temor a equivocarse." ¿Hablamos de energía? "Hablemos. ¿Quiero un cambio cultural en el consumo de energía? Sí. ¿Era necesario salir de la lógica perversa de que la energía es barata y se puede consumir sin límites? Sí. Pero hay algo más grave que todo eso: ¡no tenemos energía! La producción del país es insuficiente y, lo que es peor, también la estructura para la importación es insuficiente. El gobierno anterior hizo una estructura pequeña para la importación para salir del paso. Si el consumo domiciliario se disparara, la única salida que tendremos sería el corte de energía a la industria. Y entonces tendríamos fábricas paradas, empleados suspendidos y la economía produciendo menos. No es una solución lógica para un país que aspira a reactivar su economía" (...). (...) "El déficit fiscal bajará este año al 4,8%. He revisado los números", asegura. Parece contestarles a los economistas que no creen en su promesa de llegar a ese número. Heredó un déficit de casi el 7%. Le encantan los pronósticos de economistas privados que indican que el país podría crecer el año próximo entre el 4% y el 5%. "Son los que más acertaron en los últimos años", se entusiasma, pero prefiere la modestia: "Le dije a Alfonso que firmemos un crecimiento del 3,5%. Con eso me conformo", agrega. Es el porcentaje que anduvo anunciando en los últimos días. ¿Qué necesita la inversión? "Dos cosas. Primero, una justicia laboral más equitativa, no tan volcada a encontrarle siempre la razón a una parte. Y, después, que el peronismo se muestre racional, más comprometido con políticas permanentes de Estado. La pregunta que más me hacen en el exterior es ést a: ¿y después de usted qué? La respuesta la tiene la oposición, no yo, porque todos saben qué hará mi partido y la coalición que integramos." (...)". El déficit fiscal Mauricio Macri está anticipando la idea de modificar las leyes laborales, luego desafía al peronismo sin haber propuesto un acuerdo amplio tal como le aconsejaron algunos. Y es interesante su afirmación de que él le aconseja a Prat-Gay cuál es la tasa de crecimiento para 2017, afirmación voluntarista que sólo provoca más escepticismo sobre cómo se gestiona el gobierno. Sin embargo, ¡qué tema el del déficit fiscal! En días cuando Rogelio Frigerio era opositor, era interesante seguir la involución de las cuentas públicas a través de su consultora Economía & Regiones. Si bien Frigerio afirma no estar en E&R porque es ministro del Interior, la consultora ya no entrega información tan interesante como antes, como para contrastar con el comentario del Presidente. Sin embargo, el periodista especializado Ismael Bermúdez investigó la involución 2016 del déficit fiscal y escribió en el diario Clarín, refutando a Macri: "Para mostrar un déficit más bajo, el Ministerio de Hacienda sigue computando como ingresos propios las transferencias del Banco Central y del Fondo de la ANSeS al Tesoro Nacional, una práctica muy común de la gestión K que, de ese modo, “maquillaba” el déficit de las cuentas públicas. Sin embargo, como explica la consultora Ledesma, la “ayuda” de la entidad que comanda Federico Sturzenegger es “simple emisión monetaria” y la “ayuda” de la ANSeS es “deuda no registrada en el sistema”. “Es decir, son emisión y deuda y, como tales, no son ingresos, sino fuente de financiamiento”. Los malos números de junio abultaron el déficit del primer semestre que, nuevamente sin el BCRA ni la ANSeS, fue de $ 217.039 millones, un 39,5% superior al rojo de enero-junio de 2015, en línea con la inflación. En cambio, Hacienda informó que el déficit en el semestre fue de $ 133.124 millones porque computa como ingresos $ 45.000 millones del Banco Central (un 80% más que en el mismo lapso de 2015) y $ 38.817 millones de la ANSeS (un 65,4% más que un año atrás). Los ingresos por impuestos y Seguridad Social en el semestre aumentaron 26,8% y los gastos primarios incluidos los intereses se elevaron un 31,4%. Aún así, este rojo de las cuentas públicas se alcanzó con menores gastos de capital, que descendieron en términos nominales un 4,1%, por lo que “está claro –dice la consultora Ledesma— que por ahora el ajuste se centró mucho más en la obra pública que en el gasto corriente, en particular, el rubro capital”. El déficit se disparó en junio. Sin contar las transferencias o ayudas del Banco Central y del Fondo de la ANSeS, el rojo fiscal sumó $ 83.934 millones, un 96,7% superior al déficit de junio de 2015, de acuerdo a las cifras del Ministerio de Hacienda. Y ese resultado tan adverso se produjo a pesar de que continuó la retracción de los fondos con destino a la obra pública, que se redujeron en términos nominales un 17,5% con relación a un año atrás. (...)". Ahí aparece, negro sobre blanco, la realidad del déficit fiscal: o Macri miente o Macri no consigue interpretar la información estadística o al Presidente lo han engañado. Recreando expectativas Sin duda, que la economía es clave en el acontecer de la Administración. Y lo corrobora Mariano Spezzapria en el diario El Día, de La Plata. Él afirma que los posibles inversionistas están disconformes con la inflación, que sigue elevada, y el nivel de actividad, que continúa muy bajo. Y esto deberá resolverlo Macri cuanto antes porque él mismo había afirmado que era la agenda del 2do. semestre, ahora trasladada al 1er. semestre de 2017: "Más allá de lo que dijo o lo que dejó de decir, la irrupción de Mauricio Macri en la discusión pública sobre la marcha de su propia gestión fue sintomática en los últimos días. En una serie de entrevistas televisivas que le aseguraron llegada a una audiencia masiva y por ende repercusión garantizada, el Presidente desplegó una estrategia tendiente a la recreación de expectativas. Esto es, a reforzar el envión inicial de su administración, frenado en parte por el flagelo de la inflación y sobre todo por medidas contraproducentes como el tarifazo aplicado en forma indiscriminada a los servicios de gas, luz y agua. “Tengo que hacer un esfuerzo por explicar”, se sinceró el jefe de Estado, que pareció repetir de manera literal el consejo de sus asesores. Las explicaciones de Macri fueron sólidas en términos macroeconómicos: la ecuación energética no cierra desde hace una década, provoca gran parte del déficit fiscal de las cuentas públicas y obliga al país a gastar cada vez más dólares por las importaciones , ya que el kirchnerismo no realizó inversiones en el campo energético, que antes generaba divisas. El gobierno anterior no sólo no se preocupó por abordar los problemas de fondo, sino que los profundizó. Su visión de la política y la economía basada sólo en el corto plazo resultó claramente perjudicial. Si bien Macri logró transmitir esa situación -en buena medida porque la sociedad ya se percató del sesgo oportunista del kirchnerismo-, no logró convencer a la hora de justificar el traslado del costo a las familias argentinas. En ese punto, el discurso oficial que señala que el país vivió una fantasía y que ahora hay que afrontar la verdad, se choca de frente con una realidad de bolsillos flacos. Esa realidad hace que la ciudadanía sea poco receptiva a los argumentos superestructurales. Y Macri es naturalmente proclive a esgrimirlos, por su formación personal y dirigencial. El jefe de Estado tiene más éxito cuando se dirige a los sectores económicos, que anotaron su promesa de que la inflación estará debajo del 20% anual en 2017 y que el nivel de actividad crecerá 3,5%. Esas dos variables, más las proyecciones sobre el tipo de cambio, son las que necesitan las empresas para diagramar sus planes futuros. Es más que probable que el próximo sábado las reafirme cuando brinde su primer discurso ante la Sociedad Rural en el cierre de la tradicional muestra de Palermo. Allí, el Presidente hablará ante un sector al que considera su aliado. La quita de las retenciones mejoró la actividad, pero los exportadores no son lo mismo que los productores. Por caso, en el Alto Valle rionegrino un productor cobra $4 el kilo de manzanas, que se vende a $40 en los comercios de las principales ciudades del país. El Presidente y su equipo deben saber que los costos de intermediación siguen siendo enormes. Los gobernadores provinciales dan cuenta de esta situación y la utilizan como un argumento para oponerse al centralismo porteño. Por eso no sólo demandan que la Casa Rosada ratifique la devolución del 15% que tomó la ANSES –lo que sucederá el 02/08 en Puerto Madryn- sino que se resisten a que el descongelamiento del Fondo del Conurbano afecte la masa coparticipable. (...)".

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