domingo, 10 de julio de 2016
RELATO AMARILLO
DEBATES SOBRE MACRI
A La Rosa: "¡Un relato urgente, por favor!"
Todo gobierno tiene un 'relato', afirman los consultores de imagen que asesoran a dirigentes políticos, en especial a jefes de Estado. Desde Barack Obama a Juan Manuel Santos, pasando por el declinante David Cameron o la diligente Angela Merkel, hay un 'relato' que resulta el eje del discurso de un líder y su proyecto. En la Argentina, Mauricio Macri no ha esbozado su 'relato'. Curiosamente, él tampoco presentó su plan económico ni tan siquiera sus programas monetario y fiscal. Pero hay quien sostiene que eso no sólo no es necesario sino que es mejor que prescinda del 'relato' propio. Carlos Salvador La Rosa, columnista político del diario Los Andes (ciudad de Mendoza), escribió explicando su punto de vista. Urgente24 cuestiona todas y cada una de las afirmaciones del artículo de La Rosa, pero le pidió un a reflexión a Diego Dillenberger, director de la revista Imagen y conductor del programa La Hora de Maquiavelo, quien precisamente había subido a YouTube un debate muy interesante sobre el desperdicio que hizo Macri del Bicentenario como oportunidad para establecer un eje de su propuesta a los argentinos. El resultado es tan recomendable como elocuente:
Mauricio Macri el 09/07/2016, día del Bicentenario.
"Muchos analistas políticos sugieren que el gobierno de Mauricio Macri, si de verdad quiere superar al de Cristina Fernández, aparte de mejorar sus logros económicos o revertir sus fracasos, deberá poseer un relato propio, porque -en última instancia- la victoria política solo se consolida si también se gana la batalla cultural.
En mi opinión las dos ideas son erróneas: no es imprescindible ni poseer un relato ni ganar la batalla cultural. E incluso puede ser mejor que ni siquiera existan. Porque en ambas se esconde un contenido sectario.
La batalla cultural se gana meramente obviándola, no librándola en los términos que pretendían los ideólogos K. O dicho de otro modo, la mejor forma de ganar esa batalla es abrir las puertas del Estado (sobre todo de sus medios de comunicación e institutos culturales) y dejar ingresar mil ideas, bajo un contexto plural.
Que todas las ideas valgan por igual. Y que ninguna pueda imponerse sobre la otra, al menos permanentemente. Simplemente hoy es el turno de unas y mañana lo será el de otras. O a veces puede ser el turno de más de una a la vez. (...)"
Carlos Salvador La Rosa,
Los Andes (Mendoza).
por DIEGO DILLENBERGER (*)
Estimado Carlos Salvador La Rosa, ¿por qué será que tantos analistas políticos insisten en que el presidente Mauricio Macri necesita generar su propio relato?
El editorialista político del diario Los Andes, de Mendoza, sostiene en un insólito alegato contra “el relato” que quienes le piden a Macri que tenga el suyo, serían antirrepublicanos y antidemocráticos; y que por eso el Presidente debe convencer a la opinión pública con sus logros de gobierno y no tener ningún relato. Mientras tanto, no debe existir ninguna clase de batalla cultural para ganar las mentes y los corazones de los argentinos, hoy colonizados culturalmente por el estatismo y el facilismo, sino simple pluralidad de voces: los argentinos se convencerán solos y con el tiempo, por los éxitos del gobierno.
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El problema es que para debatir con La Rosa antes tenemos que ponernos de acuerdo sobre los términos de qué estamos discutiendo, y el problema es que La Rosa confunde “relato” con ideología y hegemonía cultural fascista.
Es evidente que La Rosa es víctima de la gran patraña que fue el relato kirchnerista del INdEC manipulando estadísticas y los discursos truchos de la “década ganada”, la inclusión y el blablablá de Cristina. El kirchnerismo le hizo mal a una herramienta de comunicación moderna que se denomina “relato” o story telling, en inglés, y que para muchos en Argentina es –comprensiblemente- puro verso, pero es imprescindible.
Antiguamente se llamaba mitología a una historia fundante fantasiosa.
Hoy todos los expertos en comunicación política modernos (probablemente Jaime Durán Barba, el asesor de Macri, sea la excepción) insisten en que si no te armás tu relato, te lo arman, y eso no es bueno.
Relato no tiene nada que ver con lavado de cerebros antirrepublicano, tal como postula La Rosa: es una forma de sintetizar las metas complejas de gobierno para que la opinión pública lo “compre” en medio de tanta sobredosis de comunicación. Darle un Norte a la cotidianeidad, que a veces es ardua, compleja y hasta ininteligible para el ciudadano de a pié.
La gente tiene que entender de manera simple qué es Cambiemos y a dónde aspira a llevar a la Argentina en el mediano y largo plazo, como lo planteó Antonio Sola en una reciente entrevista en La Hora de Maquiavelo.
Macri tuvo 3 grandes oportunidades para hacerlo, y las dejó pasar:
> el 10/12/2015,
> el 01/03/2016, y
> el 09/07/2016.
Pero siempre está a tiempo. En otra edición del programa, un grupo de expertos le sugería a Macri aprovechar el Bicentenario de la Independencia para lanzar un relato convocante y de largo plazo en el sentido de que la Argentina recupere el nivel de vida y la prosperidad relativa del 1er. centenario: estaba en el top ten mundial del PBI per cápita, y los emigrantes europeos debatían si irse a Estados Unidos o venir a la Argentina.
Hasta ahora el único “relato” que se instaló –consciente o inconscientemente- del gobierno de Macri es una suerte de épica bastante poco ambiciosa de “2do. Semestre”. Más allá de que es posible –y deseable- que antes de que termine el 2do. semestre se note alguna mejoría económica coyuntural, la idea del relato es entusiasmar a la opinión pública con una visión de largo plazo y prepararla para sacrificios en el corto plazo.
Winston Churchill demostró que la opinión pública necesita que le sepan dar malas noticias: “Solo puedo prometerles sangre, sudor y lágrimas”, dijo bajo una lluvia de bombas nazis, y lanzó la apelación de “jamás nos rendiremos”.
El demócrata británico Churchill tenía su relato en oposición al nazi Hitler.
¿Le faltó comunicación al tarifazo? Más allá de su torpe implementación, imaginemos esta situación: las bombas nazis llueven sobre Londres y Churchill manda a explicarlo al secretario de Guerra.
Un “Sir Aranguren” británico sale a decir: “por ahora no podemos parar las bombas, así que joróbense”. El tarifazo –además de implemetarse mejor- debía formar parte de ese relato. Quizás hoy no estaría frenado por la justicia y no habría dañado tanto la imagen del gobierno.
A veces el relato puede caber en un eslogan. Pero la complejidad hace que se necesite algo más de story telling que un lema fácil. Hoy la oposición K -o los jirones que quedan de ella- le logró instalar a Macri con nada un relato negativo: “gobierna para los ricos”.
Como respuesta, el equipo de comunicación de Macri también apeló a una suerte de relato, por más que diga que no quiere relatos. Dudo que ese relato sea suficiente: el del spot de la empanada. La idea fuerza es “necesitamos a todos” en oposición al “nosotros contra ellos” clásico del belicoso kirchnerismo.
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Pero falta más: falta desarrollar el relato de futuro, afirmativo y no en oposición a los K, que no tiene nada que ver con antirrepublicanismo ni con hegemonía ideológica, ni lavado de cerebros –que es lo que procuraba el kirchnerismo-, porque los logros tardan en verse, y cuando nos queramos acordar, podría ser tarde. La estrategia comunicacional que funcionó en la comunicación de la ciudad de Buenos Aires no alcanza para gobernar un país en crisis.
Dos ejemplos de la historia: el expresidente Arturo Frondizi construyó un relato de “desarrollo industrial” y “batalla del petróleo”. En oposición, el radical Arturo Illia, tenía por único relato que era “un hombre honesto”. Le resultó fácil a la oposición peronista y militar instalarle a Illia en los medios un contrarrelato falso de “tortuga”, a pesar de que la economía no paraba de crecer.
Los que le recomendamos a Cambiemos desarrollar un relato convocante y con visión de futuro –misión y valores, le dicen en la teoría del management empresario moderno- no aspiramos a ninguna hegemonía ideológica antirrepublicana, sino a que el gobierno logre el cambio cultural indispensable para que la república democrática y plural que reconquistamos el 22/11 sea sustentable en el tiempo.
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Editor de la revista Imagen y conductor de La Hora de Maquiavelo.
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