jueves, 30 de julio de 2009
LA IMPORTANCIA DEL TODO.....
La importancia del todo y el axioma del descuartizador
El ser humano es una totalidad donde sus diversas partes se encuentran íntimamente relacionadas. Agregar algo más a esta realidad sería redundar. Alimentarse, dormir, socializar, aprender, procrear, son actos de la vida que, en general, se producen al unísono con las diferencias lógicas que pueden marcar las diferentes edades, los estados sanitarios o el interés del individuo en determinado momento. Así, la terapia Gestalt considera que la raíz de algunos trastornos de tipo psicológico podría encontrarse en cierta incapacidad que tienen las personas en integrar acertadamente las partes de su personalidad en un todo saludable. Refiriéndose al tema, en el ámbito popular se dice "Que el árbol no impida ver el bosque (el todo)", mientras que en política o intelectualmente se entiende que "Hay que mirar la película para entender la foto (un cuadro)". Negando este orden de cosas, el Gobierno acude al axioma del descuartizador y dice "vayamos por partes": primero el "diálogo", y la oposición, que parece no haber vivido en el país desde el 25 de mayo de 2003, presta, aceptó el convite.
El todo de un país involucra la Seguridad, Salud, Educación, Justicia, Defensa, Relaciones Exteriores, Trabajo, empresarios, sindicalistas, trabajadores, profesionales, contribuyentes y toda actividad o sector social que esté involucrado entre los cuarenta millones de argentinos (y extranjeros) que habitan este suelo. Que las más altas cabezas de la República ocupen todo su tiempo en "dialogar" significa que no se están ocupando de los otros aspectos del todo, de lo contrario deberían estar en conocimiento a través de la infinidad de ministros, secretarios, subsecretarios, directores, subdirectores y apuntadores varios que en el ámbito de la inseguridad reinante, acaban de ser asaltados dos bancos y un cuartel del Ejército del que se llevaron armas de grueso calibre, los supermercadistas chinos denunciaron que sufren diez robos semanales, aumentó un 17% el robo de automóviles, y los asesinatos y secuestros continúan a la orden del día.
¿Crea CORREO DE BUENOS AIRES una falsa sensación de inseguridad por repetición como afirma uno de los cerebros de la izquierda argentina desde su sitial de juez de la Corte Suprema? ¿Debería destacar una vez más el estado de los hospitales, la manera en que se viaja en el transporte público, el feroz aumento de los servicios públicos y expensas, el fantasioso manejo de las estadísticas oficiales, el fracaso de los viajes presidenciales al exterior, la falta de financiación de los empresarios a tasas juiciosas, el parate comercial e industrial o el hecho de que Brasil acaba de colocar un bono al 6% anual contra el 15% argentino con el amiguísimo Chávez? ¿Afirmar lo anterior es una actitud destituyente? Se ve y se mira; se oye y escucha lo que se quiere y la libertad, como verdad de Perogrullo, sigue siendo libre.
La situación argentina es difícil. Por el momento puede teledirigirse con el "diálogo político" que entretiene más que la televisión por cable, la verdadera y única "diversión de los pobres". Pero hay un límite que es marcado por la realidad. El Gobierno ha creído ganar un mes de espera después del 28 de junio esperando, sin lograrlo, que por arte de magia, las manecillas del reloj se detuviesen. Tarde o temprano hay que pagar la fiesta y los billetes para el papel picado y los globos de color siempre son puestos por los mismos. Ahora, para aumentar la confusión general, han salido a dictar consejos radiales y televisivos los ex titulares de Economía Miceli, Lavagna y Lousteau, que han olvidado su militancia en aras del "proyecto nacional y popular bolivariano con inclusión social" y su responsabilidad en lo que sucede y se permiten dar consejos al Gobierno y al nuevo ministro del área para encarar los acontecimientos que se precipitan. Falta Cavallo y el vaso rebasaría por lo lleno.
No deja de llamar la atención los pases de facturas, abandonos leves y huidas precipitadas de personajes que hasta ayer nomás militaban en el ámbito Rosado, algunos de ellos, considerados como kirchneristas de la primera hora o de "paladar negro". Como los tres economistas citados, los fugados se lamen las heridas producidas por la "incomprensión" de su Jefe que no hizo las "correcciones" necesarias en el "plan de gobierno", cuando no dudan directamente de la honorabilidad del dúo mayor en la manera de hacer negocios particulares con bienes del Estado. Es posible que la dedicación de tiempo completo que insume la política les haya impedido a estos nuevos personajes de la oposición leer al gran poeta canario Francisco Tajarano que en una de las estrofas de "Carroñeros" dice:
-¿Como está Usted, Presidente?
-Bien servido y adulado.
-¿Y sus hijos y parientes?
-Toditos bien colocados.
Si bien se conoce que al "enemigo que huye, puente de plata", también la vida enseña que "aquel que traiciona una vez, traiciona siempre", y la política no está exenta de esta clase de borocoteadas plateadas cuyo mejor exponente es el renunciante vicepresidente de la Alianza que goza desde hace un tiempo de las mieles diplomáticas del MERCOSUR.
La oposición política deberá decidir si lo es o prefiere seguir bailando al son del tango que marca el Gobierno; los economistas deberían referirse alguna vez a los problemas concretos que tienen Argentina y sus habitantes en vez de apoyar a la Casa Rosada en busca de financiación internacional que no se encuentra en condiciones de pagar; los integrantes de sector campo deberían tener más cuidado en sus expresiones en público teniendo en cuenta que el grupo ha reemplazado a la oposición política y es el único sector industrial que tiene un plan de aumento de la producción y no como piden otros sectores, de devaluación.
Habrá que ver cómo los diferentes pedidos de juicio político presidencial se estrellan contra la barrera legislativa y se acentúan los puentes de plata y dobleces de personajes conocidos. Los déficits provinciales apuran y apuntalan la crisis y se necesita dinero fresco para seguir malgastándolo. Las culpas serían atribuibles al Gran Bonete, el reloj del Canciller, la oligarquía y los gorilas (¡qué antigüedad!), el FMI, las Fuerzas Armadas, George Bush o el capitalismo internacional. Las soluciones aún no aparecen: pero habemus diálogo.
SALINAS BOHIL
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