TABLA RASA

La Nueva Provincia - 31-Jul-07 - Opinión

Editorial
Superpoderes


Muchas personas han celebrado la anunciada supresión de los superpoderes del Ejecutivo como si se hubiese puesto en fuga a un enemigo invasor y como si adelantase con ello gran cosa el arte de gobernar en Argentina.
La verdad es que esos superpoderes estuvieron vigentes desde 1997. Lo cual, la luz de lo que ocurrió en el país estos últimos 12 años, es claro que con superpoderes se puede gobernar bien y también mal. Y que la inescrutable madeja argentina obedece menos a que se impongan siempre los malos que a que nadie termine de imponerse nunca.
De todas maneras, en este caso, siempre será bienvenida la caducidad de los superpoderes porque a diferencia de lo que sucedía con el menemismo, la Alianza y el gobierno de Eduardo Duhalde, el kirchnerismo ha demostrado una inocultable vocación de utilizar esas facultades para hacer tabla rasa con las pocas instituciones que quedaban en pie, utilizar en beneficio propio los dineros públicos, atropellar a la oposición, satanizar a sus adversarios y controlar de manera hegemónica la política argentina.


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