domingo, 13 de mayo de 2012
DECADENCIA
-Decadencia sin precedentes - Por Alejandro Olmedo Zumarán
www.notiar.com.ar
La inconstitucional expropiación de YPF fue una confiscación sin ley de Utilidad Pública anterior a la ilegal intervención ni precio, como tampoco la explicación de las causas que justificasen tal acción, porque, convengamos, la explicación del incumplimiento es, prácticamente, inaceptable.
La ausencia de razones que justificaran tal medida ha conformado un escenario en el cual millones de argentinos y casi por completo el Congreso festejaban incomprensiblemente un hecho que puede convertirse en una futura desgracia en un tiempo tal vez no muy lejano.
Legisladores que criticaban la inconstitucional expropiación votaron a favor anteponiendo los antecedentes, espíritu y tradición de los partidos, sin comprender que este hecho constituye una nulidad absoluta.
Se confiscó la empresa, echando a sus directores, apoyando esta irracional medida en una ley de la dictadura, no obstante lo cual los legisladores, supuestamente opositores, votaron a favor, porque los recursos vuelven a pertenecer al Estado nacional, cuando, en verdad, nunca le dejaron de pertenecer, aunque dichos recursos pertenecen a las provincias donde estos yacen.
Repsol tenía una concesión para explotar los recursos, lo cual fue viciado por el Estado al intervenir este en el control de los precios, al tiempo que subsidiaba el crudo importándolo de otros países a los cuales debíamos pagar el precio internacional de mercado y aun, inexplicablemente, más caro todavía.
Todo lo hecho por el actual gobierno, en los últimos nueve años, tuvo como propósito acrecentar poder, incluso violando la ley, con el único objetivo de lograr sus propósitos, camuflados estos con fines puros, nobles y honestos, cuando la realidad indica todo lo contrario.
Propongo que tengamos en cuenta y valoremos esto y no si el fin anunciado bajo la cadena nacional es bueno, porque la cuestión pasa por otro lado.
Una gran mayoría de argentinos olvida los "fondos desaparecidos de Santa Cruz", "las valijas de Antonini Wilson y la causa Skanska", "la apropiación de los fondos de la Anses y de las AFJP", el cambio de normas y reglas del Banco Central, "la sanción de una nueva ley de Medios más democrática para impedir los monopolios", que nada ha hecho para impedir el monopolio de los medios oficialistas, "la toma de las reservas del Banco Central" y, como broche de oro, "la confiscación de YPF".
Las anteriores causas han sido siempre presentadas a los argentinos como algo que trasciende los intereses nacionales, aun la soberanía, con el propósito de mejorar la situación de los pobres de todo el país y la realidad ha demostrado todo lo contrario: los cientos de miles de millones apropiados para, supuestamente, repartir la riqueza e incluir a los más pobres han resultado un tremendo fiasco.
Hay más pobres, hay más analfabetos, hay más ricos, más desigualdad, más inseguridad y hemos alcanzado una casi inexistente división de poderes.
Salvo que estas mediciones las realice el INDEC en manos de Moreno, las cifras darán negativas para un gobierno que ha creído que puede erigirse en dueño de todo y de todos, hasta de la historia y el pensamiento de los argentinos.
Cuesta creer que tantos millones no adviertan esto y que, incluso, los legisladores contribuyan con su voto, abstención o retiro del recinto a que la Argentina se siga enterrando, víctima de sus propios errores y de un falso nacionalismo que no es más que una entrega a uno de los vicios más espurios, como es la adicción sin límites al poder absoluto y corrupto.
Fuente: La Nueva Provincia (Bahía Blanca)
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