lunes, 14 de mayo de 2012
TRELEW
TRELEW
La farsa de la supuesta “Masacre de Trelew”
Por Nicolás Márquez
Violentando los mas elementales principios constitucionales, el régimen populista de Cristina Kirchner lleva adelante una renovada parodia judicial, en este caso para juzgar (que en Argentina es lo mismo que condenar) a cinco personas (entre oficiales y suboficiales), que hace 40 años custodiaron un penal de alta seguridad[1], en el cual emblemáticos terroristas fueron abatidos tras dos intentos de fuga sucesivos y ahora se imputa a los militares en cuestión con el elástico argumento de que estos incurrieron en “delitos de Lesa Humanidad”.
Con el tiempo, los hechos fueron tergiversados y utilizados por la guerrilla marxista como propaganda política y hoy sus intelectuales asociados los levantan como estandarte demagógico.
¿Cómo fueron en verdad los episodios?.
En agosto de 1971, el connotado terrorista y líder del ERP Mario Roberto Santucho y otros guerrilleros de esa organización (entre ellos el homicida confeso Gorriarán Merlo) fueron detenidos en la ciudad de Córdoba, en donde se encontraban estableciendo contactos para afianzar la guerra revolucionaria y coordinar actividades con el contacto local Agustín Tosco. Santucho llevaba DNI falso bajo el nombre “Enrique Orozco”. Los terroristas fueron detenidos en la cárcel de Villa Urquiza. En represalia por las detenciones, el ERP asesinó de inmediato a cinco Guardiacárceles[2] y se fugaron 16 guerrilleros del establecimiento penitenciario. Algunos de los fugados fueron recapturados y para mayor seguridad Santucho y otros fueron trasladados a la Cárcel de Villa Devoto, en Buenos Aires. Durante su estadía en el penal, Santucho reforzó los vínculos políticos con miembros de otras organizaciones guerrilleras que también estaban encarcelados (como Montoneros, las FAR y las FAP). Muchos de los guerrilleros detenidos (entre ellos se encontraban la mujer de Santucho, Ana Villarreal) el 5 de abril fueron trasladados al Penal de Rawson (Provincia de Chubut), considerado el más seguro; sin embargo, Santucho encontraba auspicioso el traslado porque allí había unos 200 terroristas alojados y por ende, habría caldo de cultivo interno como para planificar una fuga en conjunto.
Lo cierto, es que tras varios preparativos y tareas coordinadas y pensadas, el 15 de agosto de 1972, se produce la rimbombante fuga de guerrilleros detenidos en el citado penal de Rawson, durante la cual asesinaron a un Guardiacárcel y escaparon a toda velocidad rumbo al aeropuerto con autos que los estaban esperando. Otros fugitivos no tuvieron igual suerte, pues fueron apresados la misma noche de la fuga. El ex guerrillero del ERP Pedro Cazes Camarero, quien participó de la fuga pero formó parte del grupo que no pudo escapar recuerda: “logramos lanzar la operación después de convencer a los compañeros, pero el marmota que estaba en la puerta con el camión con el que teníamos que huir se escapó creyendo que se había podrido todo y nos dejó a pie en medio de la Patagonia”[3]. El contingente de seis terroristas con mejor suerte, escapó en automóvil rumbo al Aeropuerto de Trelew, donde advirtiendo un avión comercial que estaba en la pista a punto del despegue, lograron frenarlo, asaltarlo con la tripulación dentro, e increpar al piloto para que tuerza el destino previsto y se dirija a Chile. El piloto del avión secuestrado, intentó resistirse. Dijo: “No hay combustible para llegar a Puerto Montt” (Chile). Encañonándolo, Santucho respondió: ´Pues habrá que llegar igual`”[4]. Los terroristas que huyeron, además de Santucho fueron delincuentes relevantes como Roberto Quieto (FAR), Marcos Osatinsky (FAR), Fernando Vaca Narvaja (Montoneros), Domingo Menna (ERP) y Enrique Gorriarán Merlo (ERP). Una vez en Chile, recibieron una afectuosa bienvenida (se hospedaron en dependencias gubernamentales) por parte del régimen marxista de Salvador Allende. Fue allí donde Allende le regaló un arma de fuego a Santucho, para que prosiga en su hidalga tarea de asesinar opositores[5]. El apoyo y devoción de Allende a los guerrilleros era tan enfático, que éste mismo “había dispuesto el suministro regular de fondos para las guerrillas argentinas y uruguayas”[6]. Incluso, el MIR (organización terrorista chilena que forjaría una alianza con el ERP y posteriormente enviaría tropas de apoyo a Tucumán), por pedido del dictador chileno formaría parte de su custodia personal en 1970[7].
Ya en Chile, los terroristas debieron pasar varias horas de incertidumbre, pues le solicitaron a Allende que los enviara a Cuba (país en donde el ERP y el MIR recibían entrenamiento y logística), mientras que el gobierno argentino había pedido al de Chile la extradición de los terroristas. El dictador Allende se vio en la encrucijada de apañarlos y afectar las relaciones bilaterales con Argentina, o entregarlos y contrariar sus simpatías ideológicas para con el terrorismo marxista. Pudo más lo segundo, y los fugitivos viajaron al totalitarismo de Cuba, donde los esperaba alborozado uno de sus principales aliados del orden local, el inefable Eduardo Luis Duhalde, que en los años 80` fuera fundador de la organización homicida MTP[8] (Movimiento Todos por la Patria) que atentara contra la democracia en 1989 asesinando a 12 soldados y hasta su deceso en el 2012 fue Secretario de DDHH. del kirchnerismo.
Lo cierto es que el día 22 de agosto de 1972 (una semana después de la mencionada fuga a Chile), 19 terroristas que seguían detenidos en Trelew pretendieron un renovado intento de huida, en cuyo contexto cayeron abatidos 16 de los 19 guerrilleros.
Sectores partidarios del terrorismo por su parte, fabricaron otra versión de los hechos y alegaron que no hubo tal intento de fuga sino que los “16 terroristas fueron ejecutados”. Relato curioso, dado que los presuntos “fusiladores” llevaron tres sobreviviente del enfrentamiento al Hospital Militar, y así estos pudieron salvar sus vidas tras quedar heridos en el combate. Vale señalar que de los 16 guerrilleros abatidos, 13 pertenecían al ERP y el resto a Montoneros y FAP.
Pero más allá de especulaciones historiográficas (o historietísticas), vale efectuar algunas consideraciones en torno a las irregularidades gravísimas del “juicio” que se impone contra los custodios del penal:
1) Es obvio que no hubo crimen de Lesa Humanidad alguno (por ende en el peor de los casos el hecho estaría prescripto desde hace décadas), entre otras cosas porque esa tipificación se da cuando el ataque es contra civiles[9] y no contra guerrilleros o integrantes de un ejército irregular, tal como ocurrió con estos 16 abatidos (dato que expresamente es reconocido por los mismos integrantes del ERP y Montoneros).
2) Las personas a las que hoy se intenta “juzgar” ya fueron exculpadas por la justicia en 1973 (de modo que se está violando el principio constitucional de “cosa juzgada”).
3) Se está violando además el principio de ley penal vigente o de irretroactividad (dado que no existía la tipificación de “Lesa Humanidad” en 1972 en el derecho argentino y solo cabría aplicar la de entonces).
4) Cuando se habla del hecho como “terrorismo de Estado”, es obvio que esta denominación le corresponde a los miembros del ERP y Montoneros que participaron de la embestida, puesto que como es público y notorio, contaron con apoyo y cobijo de los Estados de Chile y Cuba.
Los guerrilleros que escaparon y viajaron a Cuba apañados por Allende, tras entrenarse y conseguir respaldos, regresaron al país en noviembre de 1972 para proseguir sus planes revolucionarios y homicidas (entre 1969 y 1979 se computan 21.665 atentados o hechos terroristas por parte de ERP y Montoneros solamente[10]).
De esos 25 casos (entre los 6 que escaparon a Chile y los 19 restantes de los cuales murieron 16 en el segundo intento de fuga), al día de la fecha solo vive el ex terrorista montonero Fernando Vaca Narvaja, que no solo no está preso sino que fue indultado por Carlos Menem y hoy es funcionario kirchnerista.
En tiempos de tanto revisionismo y de tanto indagar en el pasado: ¿el Estado kirchnerista se ocupó por juzgar a los terroristas alguna vez?. Jamás!, solo persiguió con los atropellos jurídicos ya señalados a quienes los combatieron victoriosos.
Ocurre que en la Argentina se juzga y escribe la historia con el mismo rigor y la misma seriedad institucional con la que ese mismo Estado mide la inflación, imprime billetes con Amado Boudou, mantiene y controla el funcionamiento de los trenes, de las Aerolíneas o construye viviendas con Hebe de Bonafini.
@NickyMarquez1
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