viernes, 24 de julio de 2009

CIRCO EN LA ESTANCIA



El circo de Moyano y de los gordos en la CGT

Las puestas en escena que ayer realizaron el camionero Hugo Moyano y los denominados gordos de la CGT tuvieron características de un espectáculo circense, que tranquilamente podrían haber sido parte de un skecht del genial Tato Bores.

Finalmente no hubo ruptura en la central obrera, pero ambos sectores demostraron que no tienen el más mínimo interés por la crisis que está causando estragos en el país.

Moyano, ayer, en un discurso pronunciado en el salón Felipe Vallese de la CGT, en Azopardo al 800, exhortó a “la unidad de la central obrera”, solicitó “disculpas” por si cometió “un error en el trato y algunos compañeros están molestos”, y les solicitó que “vuelvan porque los necesitamos”. Los “gordos” e “independientes” aceptaron la propuesta y aseguraron que “la central obrera no se fractura”. Este sector anunció esta postura en una conferencia de prensa ofrecida en la sede de la Federación Argentina de Trabajadores de la Sanidad (Fatsa), en la que participaron Armando Cavalieri (mercantiles), Andrés Rodríguez (estatales de la UPCN) y Gerardo Martínez (Uocra).

Moyano reclamó en la central obrera a los sectores de “los gordos e independientes” que “vuelvan a la central sindical”, y sostuvo que “si he cometido algún error en el tratamiento les pido disculpas, pero vengan a fortalecer al movimiento obrero”.

“La CGT no le niega la entrada a nadie y tiene sus puertas abiertas para todos aquellos que tengan buena voluntad”, dijo.

Agregó que “tenemos nuestra personalidad y forma de ser y, a esta altura, no podemos cambiar. Los trabajadores reconocen que nunca haremos nada en su contra y ésa es una de nuestras pocas virtudes. Estemos todos o solos, siempre los defenderemos”.

Varios líderes sindicales, que amenazaban hasta ayer con separarse de la CGT, le cuestionan a Moyano su forma personalista de conducción y que no les abriera el juego en las negociaciones con el Gobierno. También se le cuestionó la escasa participación gremial conseguida en el Congreso, pese al apoyo sindical al oficialismo.

Ahora los dirigentes “rebeldes” esperan que la convocatoria abierta, que ayer esbozó Moyano, se traduzca en acciones concretas pudiendo superar la crisis de los últimos días en la CGT.

De cualquier manera, habrá que ver cuáles son los próximos pasos del sector más duro de los gordos, encabezado por Oscar Lescano, titular de Luz y Fuerza. Ayer, Lescano había dicho que nada podía parar su salida del órgano directivo. “Me voy de la conducción. Moyano no tiene argumentos”, planteó en declaraciones radiales.

A excepción del titular de la Uocra, que planteó la necesidad de comenzar a definir planes estratégicos, los graves problemas que afectan a los trabajadores no fueron abordados por los dirigentes sindicales de ambos bandos. Ni siquiera muestran preocupación por los 14 millones de pobres que hay en el país, como así tampoco por los millones de desocupados ni por los compatriotas que ni siquiera tienen un techo.

Demostraron que la pelea es por sentarse en la mesa de negociaciones con el Gobierno kirchnerista que, luego de la derrota del 28 de junio, se encuentra en un proceso sin retorno de debacle política. Y la responsabilidad no sólo le cabe a Moyano que fue funcional con la Casa Rosada, sino también a los gordos que, en la década pasada, fueron aliados y genuflexos con las políticas neoliberales del menemismo.

No fueron pocos los que, ante esta situación, reflexionan que si el general Perón (fue el que convirtió al sindicalismo en la columna vertebral del movimiento peronista) se levantara de su tumba, lo primero que haría sería desheredar a estos dirigentes que nada tiene ver con la idea de que la riqueza de la patria debe servir para mejorar la calidad de vida de los trabajadores.

diario Hoy

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