Acorralado, Moyano pidió disculpas y evitó el quiebre de la CGT
Sobre el final y ante las amenazas de ruptura de "gordos" e "independientes", el titular de la CGT tuvo una actitud inédita en la gestión kirchnerista y pidió disculpas públicas. En un marco de debilidad inusitado para el camionero, reclaman cambios en su modelo de conducción personalista.
La Política Online
Martínez, Rodríguez y Cavalieri
Los "gordos" e "independientes" sindicales aseguraron esta tarde que "no hay ninguna fractura en la CGT", pero advirtieron que aguardan un "gesto de grandeza" de Hugo Moyano a fin de realizar "un cambio en la metodología personalista" y avanzar en una "conducción colegiada".
Todo responde a una lógica. MIentras hace dos días el camionero los apuraba, diciendo que se hacían "los rambos", hoy ante las renovadas amenazas de ruptura -principalmente en boca del secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza, Oscar Lescano-, hoy llevó a cabo un hecho inédito en la historia del modelo kirchnerista: pidió disculpas públicas. Sólo así evitó la ruptura de la CGT.
"Ojalá Dios ilumine a aquellos compañeros que se han sentido un poco molestos, si alguna cosa hemos cometido, les pido disculpas, pero vengan a la CGT", fueron las emotivas palabras de Moyano, quien mientras se daba la cumbre de los Gordos en la sede de Sanidad, la cual duró más de tres horas, convocó a una movilización de auto apoyo que apenas juntó a 500 trabajadores.
Por primera vez desde que asumió el control de la central obrera, a Moyano se lo vio debilitado. Según trascendió, emcumbrados funcionarios del gabinete nacional mantuvieron llamados telefónicos con los dos frentes -el moyanismo y los rebeldes- para tratar de acercar posiciones. No hay que descartar que estas presiones oficiales hayan bajado la letra para que Moyano pase de las amenazas a pedir perdón.
Recién después de este gesto de Moyano, los Gordos levantaron la sesión y salieron a aclarar que finalmente no se irán de la CGT. Pero lejos de haber hallado una solución definitiva, lo que se desprende de lo acontecido hasta ahora es que la pelea recién empieza. Y mal que le pese a Moyano, y siguiendo un lineamiento típico de la pelea peronista entre sindicatos, a la amenaza de ruptura reaccionó retrocediendo. Los gordos, a partir de esto, ya le tomaron el tiempo.
Como muentra de esto, basta con leer las declaraciones del "gordo" Armando Cavalieri, del gremio de Comercio e históricamente enfrentado con Moyano: "Acá no hay una cuestión de disculpas o no. Moyano tiene que recapacitar porque él no está conduciendo a los camioneros, sino a toda la CGT".
"Hemos tomado esta resolución, pedir una nueva conducción. No hay ninguna fractura, ni nosotros nos vamos salir de la CGT,
porque tenemos una larga lucha y una pertenencia absoluta" a la central, afirmó el titular de UPCN, Andrés Rodríguez, tras una
cumbre en la sede del gremio de Sanidad.
Y agregó: "Lo que hemos cuestionado es la conducción y es lo que queremos cambiar. Esperamos que haya una grandeza para que esta situación pueda ser subsanada y que la agenda se resuelva a través de la decisión colegiada". Por último, dejó en claro que esta medida no es el final de nada sino el primer paso de una lucha. "Queremos un cambio en la metodología personalista de la conducción, mientras tanto nos vamos a mantener en permanente debate", explicó.
"Si hay una crisis es porque algo pasó. Si Moyano hace una gestión personalista y favorece a todos está bien, pero acá siempre es favorable para los camioneros", subrayó Cavalieri y dijo que se sentarán a hablar con el titular de la entidad, para saber "qué va a hacer". Según dijo, "hay mucha historia de hombres que condujeron teniendo en cuenta a todos los sectores".
En tanto, el líder del sindicato de la construcción, Gerardo Martínez, evaluó como "importante" la convocatoria y el pedido de
disculpas que elevó Moyano, y resaltó la necesidad "de respeto mutuo entre los dirigentes sindicales". "Hay que lograr que la CGT sea la voz de los trabajadores. Creo que es importante esta etapa de diálogo, para llegar al Consejo Económico y Social", analizó Martínez.
Además, detalló que la intención de su sector es alcanzar "una conducción colegiada, una mesa chica", en la que estén incluidas las principales fuerzas sindicales. Esto, hoy, existe. La CGT cuenta con un Consejo Directivo. El problema es que, siguiendo el modelo de Néstor Kirchner, Moyano toma las decisiones él mismo, sin consultar ni a sus asesores y dirigentes más cercanos
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