jueves, 23 de julio de 2009

MEJOR QUE DECIR ES HACER


Diálogo sí, pero "Mejor que decir es hacer".

"Como decíamos ayer". dio comienzo en la Casa Rosada el desfile de gobernadores en busca de financiación para sus crónicos déficits que deberían ser pagados por ellos mismos y no por los contribuyentes. Mañana, pasado o en cualquier momento, se hará presente el regente del virreinato mayor para exigir más de lo mismo, dinero, mucho dinero. Ambos Buenos Aires quieren, además, emitir un bono que palie su angustia existencial porque, ¿adónde iremos a parar si no se pueden pagar sueldos y realizar obras sustentables que otorguen a la población la adecuada calidad de vida en un mundo que está en permanente cambio y que la globalización, George Bush, el calentamiento global, el terrorismo internacional, el dengue, la gripe porcina y, en las últimas horas, la nieve, atacan la nacionalidad desde derecha e izquierda, impidiendo que Argentina pueda salirse de la mano única bolivariana para insertarse, adecuadamente, en el doble carril de la modernidad con barbijo y alcohol en gel incluidos.

Había manifestado el Gobierno que el adelantamiento en cuatro meses de las elecciones se debía al hecho de querer tener las manos libres para solucionar los problemas presentados al hacer eclosión la crisis financiera internacional, de la que se dijo en forma pública una y otra vez, con el engreimiento que caracteriza a los dos Presidentes en ejercicio, que no alcanzaría a rozar a esta gran y nueva nación bolivariana por estar "blindada". Pues bien, habría llegado de honrar la palabra empeñada y comenzar a solucionar las dificultades que se presentan en todos los distritos del país, que incluyen, lógicamente, al más importante de todos, la República Argentina.

En la última elección, como es costumbre, se votó "en contra de". Por ejemplo, en los dos Buenos Aires se fue al cuarto oscuro con esa decisión para perjudicar, por un motivo u otro, a Néstor Kirchner y Mauricio Macri, que, curiosamente, tuvieron idéntica cantidad de votos "no positivos": 70%, y la pérdida de sus mayorías legislativas. Esa costumbre horrenda es una de las tantas causas que llevan a partidos políticos y candidatos a ignorar el hecho de que deben ofrecer a los electores propuestas de fácil realización una vez instalados en el gobierno. Muchas son las especulaciones que se han blandido en aras de analizar las motivaciones que llevaron a Balcarce 50 a llamar al "diálogo político". Creemos que obedece a una única causa: la falta de dinero y financiación para los numerosos desvaríos gubernamentales. Lo demás, como la enésima fractura de la CGT cuando las papas comienzas a quemarse, el juego de la pobreza, las posibles modificaciones del INDEC, es para los autistas de la tevé.

Como expresáramos en nuestra entrega anterior, el Gobierno necesita ampliar su base de sustentación para amortiguar el déficit de gestión y la ausencia de dólares. Visto y considerando la situación, las corporaciones gremiales-empresarias que hasta ayer batían palmas a rabiar en el quincho de la Quinta de Olivos ante la presentación de planes para la adquisición de patinetas han comenzado a tomar distancia a toda velocidad. Los políticos, salvo excepciones, aún no han visto el peligro que significa recibir "el abrazo del oso", porque sufren de problemas visuales o porque, seres humanos al fin, necesitan plata.

El Poder Legislativo fue votado para legislar; el Ejecutivo para ejecutar las políticas que se aprueben en el Congreso, y el Judicial es elegido a imagen y semejanza por los dos primeros para administrar Justicia. El Ejecutivo no debe perder tanto tiempo hablando ante las cámaras de televisión ni viajar con desmesura al exterior. Debe Ejecutar sin que las políticas que aplique ejecuten a los contribuyentes. De eso, cuando se postergan aumentos paulatinos en los servicios, hay mucho.

Por su parte, la oposición debe considerar la importancia de analizar y emitir opiniones acerca de los múltiples conflictos que obvió durante la campaña electoral. Debería decir cómo se van a pagar los próximos vencimientos de los intereses de la deuda externa y si tienen un plan para pagar el capital; si están de acuerdo en mantener el actual sistema de sindicato único por actividad; si prefieren la devaluación o el aumento de la productividad; si desean que continúen los juicios a los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad que combatieron en los 70 sin que sean juzgados los guerrilleros contra los que se actuó; si debe disminuir el IVA en los alimentos y el tope del 21% para los demás artículos; si el puente internacional Guleguaychú-Fray Bentos va a seguir cortado; si a la pesca y minería se les aplicaría iguales retenciones que a los productos agrícolas ganaderos; si los fiscales podrían ser electos mediante el voto popular; si el sufragio va a continuar siendo obligatorio.

Por supuesto que existen infinidad de temas que deberían analizar los políticos en el seno de sus partidos y luego en el Congreso. Para eso están y está. Esa es su responsabilidad. Hablar en tiempo y forma en el lugar adecuado y ser responsables de sus accionar. A cada uno lo que es de cada cual y a no justificar después que el otro es culpable del fracaso de la conversación. Menos bla, bla, en donde no corresponde y más acción donde sí.
SALINAS BOHIL
CORREO DE BUENOS AIRES

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