viernes, 13 de enero de 2012
CONCEJOS AL BOLUDOU
Los 15 consejos que le dio la Presidenta a Boudou
Por Carlos M. Reymundo Roberts | LA NACION
Aunque no lo parezca, la Presidenta tiene buen humor. Poco antes de operarse le dijo a Boudou: "No te preocupes con mi reemplazo. Soy irreemplazable". El se rió de buena gana. Ella no.
Ese fue el final de una larga lista de consejos de la señora a su vice, que no puede creer lo generosa que ha sido la vida con él. Cómo podía imaginar que su temeraria propuesta de saquear el dinero de los jubilados, que debía custodiar, iba a llevarlo, de la noche a la mañana, a la cumbre del poder.
Tan generosa como la vida fue la señora, que con esos consejos le dio una verdadera lección de ingeniería política. Y de administración de la autoridad. También -digámoslo con todas las letras- le marcó el terreno. Yo, que amo al kirchnerismo más de lo que lo entiendo, me sigo preguntando por qué Cristina le advirtió en público al hombre que se aprestaba a reemplazarla: "Guarda con lo que hacés". ¿De qué tiene miedo? ¿No era la lealtad de Amado su mayor atributo? Me encanta: el Credo K se basa en no creer mucho en nadie. En desconfiar de todos.
El martes, Boudou llegó a Olivos contento y orgulloso. Lo había convocado para una larga conversación. En rigor, casi no pudo abrir la boca. La señora habló sin interrupciones. El sólo tenía que escuchar y asentir. ¡Ah! Y escribir. Lo obligó a tomar nota. Yo, feliz, porque gracias a eso (y a los buenos amigos que tengo en la Casa Rosada ) pude enterarme de todo. No demoro más: aquí van las quince órdenes -eso fueron, en realidad- que recibió el vicepresidente.
1) Tu misión, Amado, es clave, crucial, fundamental. Se trata de que no hagas nada. Quiero decir: nada importante. Durante 20 días mostrate activo, aparecé en las fotos (tampoco en muchas, ojo), sonreí, hablá bien de mí, pero tenés terminantemente prohibido tomar decisiones, proponer medidas, cambiar algo. Cero iniciativa, ¿me entendés? Digamos, lo mismo que hacías en Economía.
2) He dejado todo preparado para que un puñadito de personas, que ya sabés quiénes son, se ocupen de las cosas que vayan surgiendo. Vos despreocupate. Ni siquiera tenés que llamarlos. Ya te harán saber si necesitan algo.
3) Guarda con lo que hacés. No quiero avivadas, ¿ok?
4) Si en materia económica tuvieras que pedir un consejo, hacé lo siguiente. Si el tema es importantísimo, consultalo a Moreno. Si es de relativa importancia, no lo molestes a él: llamalo a De Vido; y si se trata de una pavada, podés arreglarte con Lorenzino.
5) Para cuestiones de la Cancillería también hablá con Moreno. Cuidado, porque yo una vez lo consulté a Timerman y casi terminamos en guerra con los Estados Unidos.
6) ¿Dónde tenés pensado ubicarte? En la Casa Rosada , ni pienses. Ya tiene dueña. En el Senado tampoco, porque es otro poder. Sabés lo respetuosa que soy de las instituciones. Lo mejor va a ser que te vayas al Banco Nación, pero ni se te ocurra sacarle el despacho al presidente, Fábrega, porque es un amigo. Andá al del vice, que está vacío. Además, averigüé y se ve la Casa Rosada. ¡Viste cómo pienso en vos!
7) Ojo con tu amiga, la Kämpfer. Que no se la crea. Que no juegue a ser primera dama yendo a los actos, dando entrevistas... No me gustaría prender la televisión en Olivos y verla ocupar espacios que no le corresponden. Finalmente, ¿a ella quién la votó?
8) No sé si te lo dije: guarda con lo que hacés. No quiero avivadas, ¿ok?
9) Nada de discursos. Lo hago para protegerte. La gente va a comparar, viste. Una cosa es tocar la guitarra y otra, guitarrear. Y ni se te ocurra usar la cadena nacional: te corto la lengua.
10) No, Amado, no acepto que tu papel sea sólo decorativo: el Poder Ejecutivo reside en una persona, y durante 20 días esa persona serás vos. ¿No te parece increíble y maravilloso?
11) Bueno, en realidad pienso reasumir antes de los 20 días. Cuando eso pase, poné cara de sorprendido, hablá maravillas de mi increíble recuperación y nada de histeriqueos.
12) Por si no te lo había advertido: guarda con lo que hacés. No quiero avivadas, ¿ok?
13) Voy a pedirte un gran sacrificio: como para que se note la diferencia, tenés que cometer un error importante. Pensá y enseguida se te va a ocurrir algo. La verdad es que quise ayudarte y no pude. Me cuesta horrores equivocarme.
14) Otro favor, también para marcar la diferencia. Da alguna mala noticia. Qué sé yo, un nuevo ajuste. Habrás visto que siempre me preservo. ¡Sólo good news ! Lo increíble es que, con tal de hablar, a mis ministros no les importa nada tirar pálidas. Van y ponen la trucha. Me da mucha ternura verlos así de sometidos.
15) Un último consejo. ¡Confiá en tu capacidad! Tenete fe. Yo confío en vos. Sé que lo vas a hacer muy bien. Organicé las cosas como para que no haya margen de error. Vas a estar cubierto por todos lados. No te vas a sentir solo porque te seguirán por donde vayas. La SIDE te va a acompañar, incluso cuando hables por teléfono, para asistirte; Moreno te va a cuidar, Zannini te llevará de la mano, Máximo será tu ángel de la guarda, los chicos de La Cámpora te marcarán el camino y yo voy a mandarte mensajitos de texto. Mensajitos rutinarios para recordarte: ¡Guarda con lo que hacés!
Boudou se fue de Olivos feliz. Por fin, su gran hora había llegado.
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