lunes, 16 de enero de 2012
OLOR A PODRIDO KIRCHNERISTA
Garré se venga de Aníbal Fernández
Por Guillermo Cherashny
CASO MARTINS, UNA OFENSIVA MULTIPROPÓSITO
La guerra santa que la ministra de seguridad Nilda Garré declaró contra la red de prostíbulos de Raúl Martins se estaría llevando puestos, hasta ahora, a seis comisarios y quince subcomisarios acusados de recibir sobornos. La denuncia de Lorena Martins les costaría la carrera y el procesamiento a los titulares de las comisarías 38ª, Carlos Grandall, el de la 50ª, Edgardo Bragoni, y el de la 19ª, Gerardo Galli. Al último, aquélla lo nombró en forma directa, mientras que a los otros lo hizo mencionando sólo a la seccional porteña. La hija de Martins detalló la forma en la que se habrían pagado las coimas mensuales a las dependencias de la fuerza para evitar controles y acompañó las planillas que le fueron enviadas por mail por una mujer allegada a su padre, prima de su actual concubina, en las que constan los valores y las seccionales. En los procedimientos realizados bajo la conducción personal de Garré y ordenados por el juez federal Ariel Lijo, que subroga a Oyarbide durante su licencia, se utilizaron 400 efectivos de la Gendarmería y la Prefectura que actuaron en base a las denuncias de la hija del proxeneta. Martins se encuentra actualmente custodiado por la Gendarmería.
Que el expediente haya quedado abierto en la Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos (UFASE), encabezada por el fiscal Marcelo Colombo, que atiende los casos de trata de personas, da una idea de la gravedad que va tomando la causa, cuyas implicancias políticas son múltiples.
Una vieja interna
Parece obvio que estos 400 agentes de Gendarmería y Prefectura, que deberían estar controlando las fronteras, será difícil que consigan resultados importantes en la lucha contra la prostitución en Capital, ya que Martins no maneja ni el 5% de ese gran negocio ilícito. Sin embargo, no por nada Garré está consagrada a este caso. Para empezar, tiene para ella el valor de vengarse de su archienemigo, el ex jefe de gabinete Aníbal Fernández, que no fue su rival en el gabinete sino que en diciembre del 2007 intentó arrebatarle la conducción de la cartera de Defensa. La realidad, entonces, es que la purga policial por el caso Martins se refiere a hechos ocurridos durante el largo período en el que la Policía Federal dependía de Fernández, primero como ministro de interior y luego de justicia. Significativamente, el actual senador nacional por Buenos Aires se esforzó en las últimas horas por intentar que la investigación se oriente hacia la conexión Martins-Macri.
A tres bandas
La ofensiva de Garré contra la prostitución apuntaría entonces políticamente a una carambola a tres bandas: a) El ataque a Aníbal Fernández y a su gestión a cargo de la policía durante 7 años, b) acorralar a Norberto Oyarbide, amigo de Martins y conocido como el juez con mayores vinculaciones en la policía, y c) ensuciar a Mauricio Macri en todo lo que se pueda, a partir de su foto en el cabaret Mix Sky Lounge de Cancún, propiedad de Martins, o de las supuestas contribuciones de éste a su campaña para las elecciones porteñas del año pasado. La relación de la mafia prostibularia con el Gobierno de la Ciudad, según la denuncia penal, llegaría hasta el dirigente de Boca Juniors y ex titular de la Agencia Gubernamental de Control (AGC), Raúl Oscar Ríos, quien -siempre según la denuncia- habría recibido en la sede del CGP N° 7 el pago enviado por Martins para la campaña del PRO.
La denunciante, a su vez, señala que Ríos es la conexión de su padre para frenar inspecciones a los siete prostíbulos de Martins en la Ciudad. Otro de los funcionarios mencionados en la denuncia por coimas de la mafia proxeneta y tratante es José L. Alonso, inspector de Habilitaciones y Permisos de la AGC. Hasta el momento, Lorena Martins no habría aportado pruebas de sus dichos.
¿Le soltaron la mano?
A esta altura, el caso empieza a llenarse de interrogantes. Por ejemplo, es difícil saber si Cristina Fernández aprueba este ataque directo contra el juez Oyarbide, al que le debe no pocos favores. Para citar solo un ejemplo, lo obvio, el polémico magistrado archivó dos años atrás una denuncia por enriquecimiento ilícito que podía tornarse sumamente incómoda para ella y su difunto marido. Sin embargo, una de las diferencias de Cristina con Néstor sería su predisposición a no respaldar a sus seguidores. Los ex senadores nacionales por Santa Cruz y Buenos Aires, Nicolás Fernández y Juan José Pampuro, y el mismo Daniel Scioli pueden dar fe de esto. Hay, en efecto, en CFK una cierta tendencia al desprecio. Claro está que Oyarbide sería un caso especial. Hasta ahora, desde el poder no fue traicionado y dicen que el magistrado es vengativo con quienes le juegan mal. Con este marco, no sería de extrañar que el caso Martins derivara en nuevos pases de facturas políticas y personales. Garré, con o sin instrucciones presidenciales, está abriendo una caja de Pandora con efectos colaterales.
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