jueves, 12 de enero de 2012
MARICA RELAJADO
Martins le habría regalado
el anillo a Oyarbide
Por Guillermo Cherashny
PROXENETISMO DE ALTO NIVEL, JUSTICIA Y POLÍTICA
Lorena Cristina Martins, hija del célebre dueño de prostíbulos Raúl Martins Coggiola, denunció a éste ante el Juzgado Federal de Norberto Oyarbide por “construir una estructura perfectamente desarrollada con el solo fin de cometer delitos indeterminados, para sostenerse y ampliar su imperio en la promoción y facilitación de la prostitución y trata de personas”. En la misma presentación judicial, Lorena Martins asegura que su padre aportó dinero en forma “de coimas” a la última campaña política del jefe de Gobierno Porteño, Mauricio Macri. No se puede dejar de señalar lo extrañas que resultan las denuncias de la hija de Martins tanto tiempo después sobre hechos que son archiconocidos. Ya en 1998, la red de prostitución gerenciada por Martins fue investigada por el fiscal José María Campagnoli. Por entonces también trascendió que este empresario de la prostitución fue durante trece años agente de bajo rango de la SIDE y que luego, mediante sus contactos con la Policía Federal, montó la red más grande de prostíbulos en la Capital Federal, con extensiones a la República Federal de México. Hacia allí Martins habría realizado una importante exportación de “carne argentina”. México tiene el peso sobrevaluado y se pagan entonces como 5 ó 6 veces -o a veces más- los servicios de prostitución. En numerosas oportunidades aquél fue denunciado desde hace quince años por sus actividades, que por otra parte sigue explotando tranquilamente. El caso es que su hija, que dice conocer la doble salida que tienen todos los locales de la red en la Capital, según una versión, se habría peleado con su padre por una suma millonaria. Éste se encuentra casado en segundas nupcias con Estela Percival, quien tendría a su nombre la mayor parte de los prostíbulos.
Hacia el sobreseimiento
Así las cosas, la denuncia de Lorena Martins cayó sorteada, como suele ocurrir con la mayor parte de las causas de alto voltaje económico y político, en el juzgado del honorable juez Oyarbide. Éste es un viejo conocido de Martins, situación que lo obligaba a apartarse de la causa. Según publica el periodista Daniel Santoro en su libro “Sr. Juez”, cuando Oyarbide era secretario de juzgado de instrucción, de acuerdo a los dichos de un empresario, Martins le daba dinero “a cambio de una alfombra y un cuadro”. Luego, por un error procesal, se anuló la causa más grande por proxenetismo contra Martins.
Pese a estos antecedentes, Oyarbide no se apartó ahora de la nueva denuncia. El magistrado se abocó al expediente y en esas circunstancias es que habría recibido de parte de Martins, y según señalan fuentes tribunalicias, el ya célebre anillo de diamantes valuado en un cuarto de millón de dólares. El misterioso anillo, ya provocó la reacción de opositores, como por ejemplo los diputados Ricardo Gil Lavedra y Patricia Bullrich, que reclaman que el juez explique ante el Consejo de la Magistratura la supuesta compra de la joya. Siempre de acuerdo a las mismas fuentes, Oyarbide se habría abocado a la denuncia contra Martins con la intención final de cajonearla largamente o bien directamente dictar el sobreseimiento del empresario de la noche. La trama de complicidades en torno al caso Martins podría entonces implicar a altos niveles del cristinismo y en particular a la ministra de seguridad Nilda Garré, Oyarbide, la prostitución vip y un sector de la Policía Federal.
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