martes, 17 de abril de 2012

APESTADO



ARGENTINA: ¿UN PAÍS APESTADO?

Por Roberto C. Neira

Muchos pensaron que no se iba a atrever... pero Cristina se atrevió a expropiarle las acciones a Repsol. Hubo varias razones que la impulsaron a tomar la medida más drástica, pero también pudo haber cambiado la historia dejando el tema stand by. En cierta forma, la Cumbre de Cartagena fue el detonante porque precipitó su decisión final. Pero la realidad es que Cristina fue a buscar leña y volvió trasquilada.

Cuando Obama pidió una reunión bilateral con la presidente argentina aprovechando la Cumbre no fue para hablar de bueyes perdidos ni nada que se le parezca. Era "vox populi" que la política de intervenir el comercio con varios países para frenar las importaciones iba a traer complicaciones. El tema de YPF/Repsol también estaba en la agenda de Obama, a pedido del gobierno español, porque pensaron que una advertencia de Obama podría tener más efecto que las reuniones entre empresarios españoles y funcionarios argentinos, que se parecían bastante a una conversación entre sordos.

Después de la reunión y de la información que brindó la delegación argentina en Cartagena con el acostumbrado: "aquí no pasa nada, solo se trata de una entrevista para reforzar las relaciones entre ambos países", Cristina especuló con un cambio de planes: buscó una salida más sutil que una expropiación y pensó en abrir paulatinamente las importaciones para algunos productos. A pesar de tener armada una estrategia final, quiso demostrar que había entendido el mensaje.

Acudió a las reuniones de La Cumbre y confió en que perdiendo un poco de protagonismo con el caso Repsol, podía obtener una declaración conjunta de todos los países acerca del tema Malvinas, regresando a la Argentina con la certeza de que iba a poner a Gran Bretaña contra la pared, con la abstención de Canadá y EE.UU., pero con la masiva adhesión del resto de los países que participaron del cónclave.

El tiro le salió por la culata, porque la fallida declaración final de la Cumbre no incluyó el reclamo argentino por Malvinas. Fue el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien reveló a la prensa que su colega argentina, le reprochó ayer: “¡Te olvidaste de Malvinas!”. Así, la mandataria aludió a que el colombiano no había mencionado el tema en el discurso inaugural que dio ayer como anfitrión.

Tampoco Santos explicó por qué no aludió a Malvinas en su discurso, pero se detuvo a contar la frase del reproche. Relató que Cristina le dijo “que tenía que volver pronto por problemas en la Argentina”, que se habían despedido “con cariño” y que no veía que se hubiera retirado “por un motivo en particular”.

La Cumbre de las Américas terminó sin acuerdos y sin declaración final. La delegación argentina no logró un apoyo unánime al reclamo por Malvinas. En la delegación argentina ya circulaba desde anoche la información de que la Presidenta regresaría por la mañana, tras posar para la "foto de familia" de la Cumbre junto a los demás mandatarios. Aunque nadie supo explicar por qué, al parecer Cristina quería “estar a las seis de la tarde en Buenos Aires”, evidenciando estar molesta y encolerizada. No podía ocultar lo que ya seguramente pasaba por su cabeza: "¡Van a saber quién soy...!".

Es difícil sopesar en la decisión final de Cristina qué porcentaje se le puede adjudicar al interés publico nacional y a la prioridad de lograr el autoabastecimiento de hidrocarburos, dado que pasarán años hasta que se logre esa posibilidad, mientras tanto habrá una sangría monumental para abastecerse a través de la importación, que obligará a desembolsos millonarios que todavía nadie sabe muy bien de dónde van a salir.

De lo que sí se puede estar seguro, es que la medida logró cambiar el eje de la escena pública en que se desenvuelve el gobierno en las últimas semanas agobiado por las investigaciones que ponen en jaque al vicepresidente y al inminente resultado de la responsabilidad de la tragedia de Once, donde una parte de la carga de la prueba recaerá, sin duda, en funcionarios del gobierno nacional.

El tema Repsol/YPF, le dará un poco más de aire, aunque, nunca se sabe... qué tipo de artillería España puede poner en marcha para precipitar sus amenazantes represalias contra nuestro país.

Como un comienzo de las reacciones internacionales ante la medida tomada por el gobierno argentino, Hillary Clinton, certificó que Argentina deberá "justificar" la expropiación de YPF. "Las decisiones deben tener su justificación y debe convivirse dentro de esos patrones", aseguró la secretaria de Estado norteamericana, durante una visita a Brasil.

Con su decisión, el gobierno de Cristina Kirchner "quiebra el acuerdo verbal al que se llegó en Buenos Aires el 28 de febrero" pasado cuando el ministro de Industria hizo un viaje relámpago para interceder en nombre de Repsol ante los crecientes rumores de estatización de YPF.

Estamos en el baile y hay que bailar: ¡YPF vuelve al Estado Nacional...! Lástima que el proceso se desarrolló de la peor manera, fuera de ámbitos diplomáticos y de posiciones moderadas y serenas.

Y todo esto sucede en un momento dramático para España que atraviesa una crisis sin precedentes.

Es de esperar que aquella escena que nos viene a la memoria, cuando el cazador le tira de la cola al león herido para comprobar si estaba muerto, termine de la mejor manera.

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