domingo, 22 de abril de 2012

CONFISCACIÓN

UNA CÍNICA CONFISCACIÓN ADORNADA DE RETÓRICA INSUSTANCIAL por Carlos Berro Madero carlosberro24@gmail.com En los términos del epígrafe se debate la intempestiva "confiscación" de Repsol YPF, ejecutada mediante un acto de disposición amparado... ¡por un decreto de "necesidad y urgencia"! Parecería de tal manera que muchos argentinos soñaran siempre despiertos, concentrados en la espera ilusionada de que sus tormentos terminen algún día por obra y gracia de la Divina Providencia. Los políticos que llegan al poder, dignos representantes de nuestra idiosincrasia, exhiben el impacto devastador que tienen los trastornos emocionales "voluntaristas" sobre la claridad mental de las personas. Muy pronto comprenderemos -ellos y nosotros-, que el zarpazo "nacionalista" dado a Repsol no solucionará ningún problema de fondo de los que decimos "tutelar", al ser absolutamente improvisado en sus aspectos técnicos y "patoteril" en sus formas. Cuando esto ocurra, será demasiado tarde una vez más. "La maldad espiritualiza", sostiene Nietzsche, "y el juicio y la condena morales son una especie de compensación buscada a veces por el hecho de haber sido mal dotados por la naturaleza". Como si hubiéramos sido efectivamente "mal dotados", no conseguimos retornar del idilio que mantenemos desde hace años con una falta de sustancia que le da a los contratos que celebramos el mismo valor de una hoja de papel higiénico. Muchas de las cosas que atraviesan normalmente el interés de los espíritus más exigentes no nos parecen importantes, en la medida en que no sean percibidas por nuestro afán de "seducción mística". Así se comporta al respecto el radicalismo -aludiendo "inflamado" a los años de tradición de su partido-, queriendo desinteresarse de una realidad oprobiosa por un mero cálculo electoral de cara al futuro, en lugar de defender la verdad desnuda. Así lo hacen también otros opositores al gobierno como Proyecto Sur y el Frente Amplio Progresista, con el modesto bagaje de un pasado menos ilustre y un lenguaje esencialmente retórico. "A las morales hay que forzarlas a que se inclinen sobre todo ante la jerarquía", agrega Nietzsche. ¿Y qué constituye la jerarquía en los actos de un gobierno? Sencillamente y en pocas palabras: respetar la letra de las leyes y la Constitución sin usar subterfugios; no tomar disposiciones que puedan dañar la vida y hacienda de los ciudadanos; honrar la seguridad jurídica; establecer una conducta que se sostenga sobre diálogos civilizados; brindar igualdad de oportunidades para todos de acuerdo con su capacidad; desempeñar con honestidad las funciones para quienes resulten designados para ellas; mantener un sistema de elecciones libres y finalmente, hacer un culto del buen funcionamiento de las instituciones de la república. Cualquiera que se preguntara cuántos ó cuáles de estos aspectos fundamentales han sido respetados por los gobiernos de los últimos treinta años, se sorprendería al comprobar, "blanco sobre negro", que ninguno o casi ninguno de estos requisitos han sido cumplidos en forma efectiva. Mientras tanto, la sociedad ha exhibido al mismo tiempo un absoluto desprecio por la "res publica", como si los argentinos viviéramos en nuestro país como turistas. La clase política es quien mejor representa esa falta de aptitudes y dedicación para promover los valores que hemos expresado. Muy orondos al exhibir su propia intrascendencia, nos abruman hablándonos del sentido de sus "profundas convicciones". Unas convicciones muy maleables que consisten en capturar nuestra atención, para que todos terminemos resultando "presas de curiosidad sumisa" como animales amaestrados. La moderación se les ha vuelto extraña, y asistimos a la práctica de una desmesura que parece apuntar a lo infinito, pensando que los errores que cometen serán pagados por otros en alguna galaxia desconocida. Con seguridad, el Senado de la Nación -cuya mayoría se regodea con la declamada "soberanía popular"-, hará honor en pocos días al "ser argentino" en el tema Repsol YPF. Cada bancada "opositora", cree que se diferenciará de los "bárbaros" kirchneristas apoyando la expropiación de la empresa y proponiendo solamente proyectos "alternativos" que, por supuesto, no tendrán ninguna incidencia en la votación final. A todos ellos, habría que dedicarles un dicho de la era Clinton, adaptado a este caso: "son las formas estúpidos".

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