sábado, 7 de abril de 2012
ASSEFF - EDUCACIÓN
LA CÁMARA DE DIPUTADOS DE LA NACIÓN
RESOLUCIÖN
PEDIDO DE INFORMES
Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que informe acerca de los siguientes puntos, todos atinentes al desenvolvimiento institucional del sistema educativo y a la calidad y cantidad de la enseñanza-aprendizaje logrados:
1.- La evaluación de los resultados obtenidos por el sistema educativo en los últimos cinco años, luego del incremento del presupuesto asignado a la educación, comparados con la situación de los cinco años últimos, cuando la inversión pública era porcentualmente menor que la actual;
2.- Evaluación de la rotación de directivos y docentes y promedio de permanencia en el establecimiento educativo;
3.- Niveles de ausentismo de docentes e implicancia presupuestaria de las suplencias;
4.- Promedio de horas libres semanales en los establecimientos de enseñanza primaria y secundaria y se prevén actividades para desarrollar en dichas horas;
5.- Niveles de ausentismo del alumnado, tanto primario como secundario; y
6.- Si se prevén incentivos para el presentismo tanto de docentes como alumnos.
FUNDAMENTOS
La educación es la primera estrategia de una Nación que aspira a un buen presente y a un gran futuro. Esto es indubitable y es un aserto en el dicen coincidir todos los sectores y actores socio-políticos.
Hace unos años el presupuesto educativo aumentó sensiblemente, pero según todos los indicios y la realidad cotidiana, los argentinos no parecemos más y mejor educados.
Se cuestiona la calidad de la educación y también la efectiva cantidad de horas de enseñanza. Aquella resulta notoriamente afectada por variopintos factores, desde una realidad cotidiana para nada ejemplificadora – donde ciertos medios de comunicación social tienen alta irresponsabilidad - hasta el ausentismo alarmantemente grande de docentes y también de educandos.
El Observatorio de la Educación Básica Argentina del Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP) y la Universidad de Buenos Aires realizaron un estudio basado en una encuesta a cerca de 600 directores, 1000 docentes y 300 preceptores. Ese estudio brinda resultados preocupantes:
El 61 por ciento de los directores primarios y el 62 por cientos de los del nivel secundario ocupan sus puestos menos de cinco años; el 56 por ciento de los docentes primarios también se desempeña durante menos de cinco años en el mismo establecimiento; en el secundario el porcentaje mejora algo: sólo el 36% permanece menos de dichos cinco años.
La rotación afecta cualquier plan que se intente ejecutar. Para obtener logros se requiere continuidad. Nuestra idiosincrasia, lastimosamente, no es institucionalista, es decir que los planes trascienden a las personas llamadas a ejecutarlos. La tendencia es, en contraste, que viene un nuevo director y cambia el plan que regía. Por eso, la permanencia de los directores y docentes durante un lapso mayor asegura la perseverancia en lo planeado y con ello se podrían lograr mejores resultados.
En cuanto al ausentismo docente, es bien sabido el alto costo que tiene para los erarios provinciales – y en definitiva para todo el país. Pagar dos veces o tres veces por el mismo servicio es el efecto práctico del ausentismo, sin omitir la discontinuidad de la enseñanza y las mutaciones de las modalidades que suelen experimentarse entre el docente titular ausente y su suplente temporario.
En el sector de la enseñanza pública el ausentismo docente determinó que existieran sólo un 21,4 por ciento sin horas libres. En la enseñanza privada ese porcentaje sube al 47,3 por ciento. En todo el sistema hay casi 3 horas libres por semana. Demasiadas y lesivas para la buena enseñanza.
El 66 por ciento de los alumnos primarios y el 64 por ciento de los secundarios tienen un promedio de tres faltas mensuales.
Es notorio que las evaluaciones marcan que existe una creciente asimetría entre la enseñanza privada y la pública. En detrimento de la estatal.
La Argentina subió al podio de las naciones principales por las virtudes de su escuela pública, un motivo de más que sano orgullo para nuestra Nación. Hoy esa escuela se halla en franca declinación.
Es posible revertir esa malsana tendencia. Se lo puede hacer con planes que incluyan incentivos para el presentismo y premios para los resultados. Por caso, mejorar los salarios de directores y docentes en correlación con los resultados obtenidos en la escuela. A menos ausentismos – docentes y alumnados – y a mayor perfeccionamiento de maestros y profesores y más trabajos y labores de educandos, más ingresos personales y, para los estudiantes, un sistema de medio-becas o algún otro estímulo.
La monótona uniformidad de los salarios y del sistema de ascensos debe transformarse en un sistema moderno que sea conmocionado virtuosamente por los incentivos, los premios y castigos.
Lo cierto es que debemos concurrir en auxilio de nuestra educación, de toda, pero especialmente de la pública, que nuestro primer desvelo.
Por todo lo expresado, pido que sea aprobado este Pedido de Informes.
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