lunes, 9 de julio de 2012
CRISTINA Y EL PODER
CRISTINA KIRCHNER Y EL PODER
Para algunos analistas, la Ciencia Política es el estudio de la configuración y reparto del poder. Otros enfoques sostienen que la política es sencillamente la lucha por el Poder. Es un tema puntual sobre el cual se han utilizado ríos de tinta. Desde Max Weber hasta Jouvenel. Desde Gaetano Mosca hasta Wilfredo Pareto. Hay infinidad de autores y libros que han analizado el fenómeno del poder político desde la más remota antigüedad.
Tanto es así que hay una disciplina que estudia el poder en su naturaleza y en todas sus manifestaciones: la cratología.
No pretendo escribir un artículo sobre este fenómeno esencial de la política. Simplemente quiero reflejar una particularidad del poder. El lado oscuro del poder.
Sistemáticamente el poder político que no está restringido, controlado y limitado, el poder se excede.
Rara vez, por no decir nunca, el hombre ha ejercido un poder ilimitado con moderación y comedimiento. Karl Loewenstein, un constitucionalista alemán, afirma que el poder lleva en si mismo un estigma, y solo los santos entre los detentadores de poder, serían capaces de resistir la tentación de abusar del poder. (ref.1)
Hechas estas acotaciones, volvemos al escenario de nuestro país. La presidente Cristina Kirchner después del fallecimiento de su esposo, en el cual radicaba su verdadera fuente de poder, buscó afianzarse en su cargo empleando métodos no precisamente democráticos y dedicó la mayor parte de su tiempo y esfuerzos en incrementar la cuota de su poder.
Después de asumir su segundo mandato con el 54% de los votos y ante la ausencia de una oposición debidamente organizada, la pasividad de gran parte de los argentinos, otros indiferentes, anestesiados por el festival consumista y su personal legión de aduladores, permitieron que la presidente avanzara sobre los demás Poderes previstos por nuestra Constitución.
Los organismos de control republicanos fueron neutralizados o fueron desapareciendo y el poder presidencial se constituyó en hegemónico. Además Cristina, por otros factores concurrentes se fue encerrando en si misma, alejándose de la realidad existente. En su orfandad y soledad, se fue convirtiendo en personalista, autista y autoritaria simultáneamente.
Hoy la mandataria tiene la suma total del poder político, por la ciega obediencia y complacencia del Congreso Nacional y una Corte de Justicia débil y complaciente.
De acuerdo a lo explicado en el quinto párrafo de este artículo, nuestra presidente no es precisamente una santa. Más precisamente, por su notoria falta de virtudes, su mala fe, resentimiento y odios, está más cerca del infierno que del cielo.
Cristina Kirchner está cada vez más, en una situación que la coloca en el limbo de las leyes y la Constitución. Esa suma de poder, en vez de favorecer su gestión gubernamental, la lleva a cometer errores y desatinos cada vez más graves y groseros. No solo su poder avasalla el Derecho, sino en su autismo hace caso omiso de las innumerables críticas que se le formulan. Cristina sin control o límites, se excede y desnaturaliza cada vez más el Poder, en su esencia de instrumento del Derecho necesario para gobernar democráticamente.
Tenemos una enorme cantidad de ejemplos históricos en los cuales el Poder sin control termina irremediablemente en catástrofes y tragedias inconmensurables.
Los ejemplos más conocidos de poderes sin control, son las nefastas dictaduras que sufrió el mundo contemporáneo: Hitler, Mussolini, Stalin, Marcos, Stroessner para citar solamente a algunos.
En nuestro país la dictadura de los dos primeros gobiernos de Perón marcan el comienzo y el afianzamiento de la corrupción pública, la falta de ética y moral y en definitiva la declinación pronunciada de las instituciones y la cultura cívica de los argentinos.
Creo que no hay nada más ilustrativo que el famoso epigrama de Lord Acton, en que refleja acertadamente el elemento patológico inherente a todo el proceso del poder: “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”.
¿Terminará la mandataria como los ejemplos mencionados en uno de los párrafos precedentes? ¿Sabrá Cristina que está caminando en el filo de una navaja?
07-Jul-1205 Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL
alfredo@weinstabl.com.ar
NOTAS:
1. Karl Loewenstein - “TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN” - Ed. Ariel - Barcelona
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