sábado, 17 de octubre de 2009
LA JUEZA IDEALISTA
Rosa Elsa Parrilli: La jueza que no le gustan las “morochas”
Según se informó el 6 octubre por la mañana, a través de radio Cadena 3 Argentina, la jueza Rosa Elsa Parrilli, actualmente cuestionada por negarse a aceptar una multa de su auto y faltar el respeto a dos empleadas, será acusada por la Fiscalía de falsear el nacimiento de uno de sus hijos en la ESMA para cobrar una jugosa indemnización, según difundió Miguel Clariá, de Cadena 3 Argentina – FM 99. 1
En el video que difundió C5N se puede ver la actitud inaceptable de Rosa Elsa Parrilli. Al ser su auto remolcado, fue a retirarlo y discriminó por no ser rubias a quienes le pedían la documentación. “No te das cuenta tontita que acá mando yo“, gritó una vez que consiguió le sacaran la multa
El 15 de septiembre pasado, una grúa remolcó un Volkswagen Gol perteneciente a la titular del juzgado 28, Rosa Elsa Parrilli, el cual estaba estacionado casi en la ochava de Rodríguez Peña al 400.
El vehículo fue derivado hacia la playa de infractores del Obelisco, en el subsuelo de 9 de Julio y Sarmiento. Hasta allí fue la jueza, quien agredió verbalmente y discriminó a las dos agentes de tránsito del gobierno de la Ciudad que hacen el trámite de verificación de la documentación.
Las agredidas en cuestión son María Itatí Albe y la responsable operativa del área, Rocío Marlene Gómez. Hacia ellas se dirigió la Parrilli a los gritos y con amenazas, según se puede verificar por las cámaras de seguridad que la empresa de grúas SEC instaló en el lugar ante las agresiones de los automovilistas.
La jueza llegó al lugar y, pese al buen comportamiento y a la buena predisposición de las jóvenes para ayudarla a solucionar el problema, las trató de “tontitas” y, dirigiéndose a Albe, aclaró que ella no debe pagar por el cargo que posee.
“Señorita, venga acá, la que mando acá soy yo, no tengo que pagar como no pago nunca en la vida“, dijo la magistrada.
Luego, como vio que debía abonar la multa de todas formas, se dirigió al edificio municipal ubicado en Carlos Pellegrini al 200 para ver a un controlador de faltas, que le perdonó la sanción y el acarreo, un total de 190 pesos.
Finalmente, volvió al lugar donde estaban las jóvenes y, a los gritos, disparó: “Ganan $1.200 para joder a la gente para hacer esta mierda. Todas morochas, ni una rubia contratan (…) Te hubiera metido un cachetazo por hacerme perder el tiempo, no te das cuenta tontita que te dije que acá mando yo“.
«¡No sabés con quien te estás metiendo!»; «¡yo no tengo que ir a ningún tribunal de faltas ya que a ellos también los mando yo!».
Cabe destacar que esta jueza, que además amenazó a Gómez con meterla presa ocho meses si llega a caer en su jurisdicción, es responsable del tribunal donde se apelan contravenciones o infracciones de tránsito graves y leves, y tiene en su legajo 29 faltas de todo tipo.
La jueza va a juicio
La titular del Juzgado Contravencional Nº 28 de la Ciudad de Buenos Aires, Rosa Elsa Parrilli, registrada por una cámara de video mientras agredía, insultaba, discriminaba y amenazaba a las empleadas de la Dirección de Tránsito, irá a juicio político. El gobierno porteño la denunció y pidió su juicio político, al mismo tiempo que suspendió y le inició sumario administrativo a una funcionaria que le había perdonado las infracciones de tránsito a la magistrada.
“La situación fue bastante difícil, porque tratábamos de tranquilizarla en todo momento, pero no captaba nuestra intención”, explicó María Itatí Alve, una de las agentes de control de tránsito maltratada por la magistrada.
“El momento fue tenso, la amenaza, la violencia con la que se manejó la jueza, el maltrato, los abusos, estuvo todo el tiempo haciendo alarde del cargo que ocupa”, agregó Rocío Gómez, la otra empleada que participó del incidente. “Todos tenemos que saber que somos iguales ante la ley. Nadie se esperaba algo así, y menos de una magistrada. Es una desubicada”, dijo.
El gobierno de Macri tiene esas cosas. Ligado estrechamente con Néstor Kirchner por negocios en común no es raro que el futuro presidente en el 2011 le imponga nombramientos de personal en su jurisdicción, como sucedió como el Ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, y en el caso sub examine, el de Rosa Elsa Parrilli, ambos conectados por una ideología común.
Ella es una jueza “kirchnerista”, cuyo pasado, en realidad, no delata un cambio de su personalidad, pero sí lo peligrosa que es en la función pública. En fin: es un ejemplo en pequeño de lo que nos sucede como Nación. Cuando la misma está en manos de psicópatas el resultado es inevitablemente el avasallamiento y la prepotencia.
Radiografía de una «joven idealista»
A Rosa Elsa Parrilla de chica le decían «Lali» en Caballito. Vivía en Río de Janeiro y Lezica durante su adolescencia, en la década del ´60, cuando festejaba las victorias de Fidel Castro en Sierra Maestra y pronosticaba la liberación de la Argentina por parte del Che Guevara, según recuerda uno de sus noviecitos de entonces. Pero también relata sus «reacciones histéricas cuando la contradecían en algo».
“Zurda hasta la médula”, en los años de plomo no era más Lali, ya que cambió de ambiente. Ahora su nombre de guerra era “Kati”, cuando militaba en la izquierda en los ´70, destacándose por panfletera, a saber de los testimonios de sus viejos conocidos del barrio.
Se inscribió en la Facultad de Derecho y se recibió en tiempo récord de abogada cuando el decano de la Facultad era Mario Kestelboim. Pero “realmente sabía poco tanto de la Ley como de su profesión”, según rememora la gente que alguna vez la consultó en aquella época.
La joven idealista se exilió en Holanda con su esposo Emiliano Ernesto y sus dos hijos, regresando al país hacia mediados de los ´80, donde empezó a tramitar la consabida indemnización de 220.000 dólares por “desaparecida”.
Entonces, gracias a sus contactos con el sindicalista Armando Cavalieri, empezó a trabajar como abogada de CASFEC, la Federación de Empleados de Comercio, entre 1988 y 1991, cuando consiguió otro conchabo mejor mediante sus contactos justicialistas. Cavalieri, consultado estos días, sólo la recuerda muy vagamente como “una persona mediocre”.
Desde que la echó el dirigente sindical trabajó en la Secretaría de Seguridad del Estado (ex SIDE), cuando la Secretaría dependía del Ministerio del Interior, donde todavía figura en los padrones de 25 de Mayo 101 de la Ciudad de Buenos Aires.
Percibía sus haberes desde el 21 de julio del 2001, que la agente (empezó como nivel 7 y se retiró con nivel 2), con número de CUIT 30546662361 en los recibos.
En su legajo figura que prestaba servicios en San Carlos de Bariloche, aunque nadie recuerda su paso por la localidad turística (salvo cuando iba a pasear), dándosele baja tras cinco años de «servicios» el 30 de abril de 2006.
Rosa Elsa Parrilli tiene 63 años (D.N.I. 5.300.859) hoy es una persona mayor, nacida el 25 de febrero de 1946 y ya no tiene más marido.
Vive sola, o con alguna pareja incidental con quien comparte sus broncas (y una botella de whisky, al que es muy afecta) en un amplio departamento a la calle de «Palermo Soho», su semipiso de Charcas 4312, esquina Serrano, aunque posee otras propiedades, porque como ella dice “invierte en ladrillos” los excedentes de sus ahorros.
Se jacta de ser prima de Oscar Parrilli, el ex montonero que oficia de secretario General de la Presidencia de la Nación y de haber dictado clases en la cátedra de Eugenio Raúl Zaffaroni.
Pero cuando necesitó trabajo (hay demasiados abogados en el país) recurrió a Aníbal Fernández, quien la ubicó como Jueza Correccional de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Entonces cambió su CUIL a 3446671471, comenzando a estar en las nóminas del incipiente Consejo de la Magistratura de la Ciudad, en Sarmiento 877 Piso 10º en un principio hasta su designación a cargo de los estrados del Juzgado Penal y Correccional Nº 28.
«Dura para pagar»
Hace poco más de dos años, la magistrada correccional del Gobierno Autónomo de Buenos Aires, Rosa Elsa Parrilli, había insultado a los gritos pelados a un oficial en la vía pública que, cumpliendo con su deber, le había labrado una multa por violar la luz roja del semáforo.
El acta de la infracción indica que el 1º de junio de 2007, a las 21:00, la abogada que estaba a cargo del Juzgado Contravencional Nº 28 de la Ciudad cruzó un semáforo en rojo en Rivadavia y Gascón generando “un peligro para los terceros” y para sí misma.
El informe del oficial que labró el acta número B 08127255 indicó que “el infractor dice ser jueza de la Nación y que no pagará ninguna multa”. “Asimismo, al requerirle los papeles del vehículo, con malas palabras e insultos hacia mi persona, negó a presentarlos”, informó un Oficial de la Comisaría 11ª.
En una escena similar a la que se viviría en las últimas horas en una oficina administrativa, Parrilli amenazó al policía asegurándole que lo iba a hacer echar, le profirió una catarata de palabrotas [“milico de mierda”, entre ellas] y rompió la copia del acta de comprobación que se le entregó, tal como indican las normas de tránsito. “Se retiró del lugar increpándome con insultos y con su auto a gran velocidad”, cerró el integrante de la Policía Federal. Ese altercado violento del año 2007, no es apenas un renglón más en la larga lista de incidentes de tránsito que tiene la jueza dentro de sus antecedentes.
Los efectos nocivos del vino blanco
Pero sucedió lo que era previsible para una persona que se despierta con café y a media mañana bebe media botella de Chardonnay bien helado: el 24 de septiembre pasado cuando la grúa retiró de la vía pública por mal estacionamiento el Volkswagen Gol patente FGC571 modelo 2005, propiedad de la titular del juzgado Nº 28 en lo Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad, la Dra. Parrilli que generó la ira de la Kati.
La pobre mujer dirigió su violencia contra dos inocentes empleadas del Cuerpo de Agentes de Tránsito, a las que insultó con una inusitada agresividad verbal, amenazas y hasta manifestaciones de discriminación por ser “morochas”.
El doctor Alberto Ferriols, el célebre y costoso cirujano plástico que se separó de la vedette Beatriz Salomón, famosa partinaire de Olmedo operó un par de veces a la irascible jueza, pero rechazó sus reclamos tras la última intervención estética de la Dra. Parrilli ya que le manifestó que «por más que le retoque los ojos, los efectos etílicos se reflejan tanto en la cara como en el desarrollo del abdomen, aunque su contextura haya sido delgada».
La jueza Parrilli no sólo estuvo insatisfecha con la explicación y se retiró ofendida del consultorio del médico dando un sonoro portazo porque le negó la «garantía».
Posiblemente tal sea la acitud psicológica que la lleve a menospreciar la firmeza física de las mujeres jóvenes de saludables rasgos mediterráneos, que todavía mantienen rostros lozanos que no reflejan historias de naufragios, turbaciones o manías.
El hecho de que una persona patotee y agreda verbalmente a otros mediante insultos y, sobre todo mediante manifestaciones discriminatorias, es siempre lamentable e inexcusable bajo cualquier circunstancia.
Pero que lo haga una jueza de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ~quien además se jacta de no haber pagado jamás las multas que le han sido impuestas~ es más que inadmisible, porque en realidad está blasonando su impunidad.
Además, que esa magistrada amenace con hacer uso de sus potestades para enviar a prisión a una persona como modo de venganza personal, es aún doblemente aterrador.
Supongo que ahora tendrá que vivir de sus ahorros como “desaparecida” hasta que consiga un nuevo trabajo afín a su temperamento. Según informa el Banco Central, sus inversiones en efectivo las mantiene en el Banco HSBC, así como también en el Banco Patagonia, sin perjuicio de su caja de ahorros en el Banco Ciudad, por donde cobra actualmente sus abultados emolumentos como magistrada.
Por increíble que parezca, las chicas trabajadoras mostraron una educación intachable y trataron de tranquilizarla después de haber sido ferozmente maltratadas, amenazadas y discriminadas por no ser blondas y bellas ¿será que la jueza las prefiere rubias como un gusto personal y lesbico? Pero lo trágico de esto es que la libertad de los ciudadanos no puede estar en manos semejantes.
http://saleconfritas.blogdiario.com/1255700757/
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