lunes, 27 de febrero de 2012
EL TURCO Y EL TUERTO
Hace rato que no gobierna Menem
Por Osvaldo Pepe. SECRETARIO DE REDACCION DE CLARIN
27/02/12
Como siempre que algo puede socavar su imagen, el Gobierno procura evitar que los costos políticos lo alcancen.
Lo hizo Néstor Kirchner en Cromañón, cuando la Casa Rosada no tenía jurisdicción ni competencia en aquella trampa que terminó con 193 vidas jóvenes. Lo repite ahora Cristina, aunque esta vez el Gobierno sí tiene responsabilidad política como controlador de la concesionaria del tren de la tragedia.
La Pre sidenta seguía hasta anoche sin permitirse unas poc as palabras propias de consuelo a los familiares de las víctimas y a toda la sociedad que acompaña ese luto. La cadena nacional, tantas veces malgastada en actos de tinte partidario , hubiese sido un medio idóneo para hacernos conocer su pena y su solidaridad.
Se da por hecho que las tuvo y tiene, aunque no las haya comunicado.
No alcanza con su “pesar” expresado en un comunicado a más de 12 horas del hecho, mucho más parecido a un ritual burocrático que a un compromiso institucional y personal.
No alcanza con haber suspendido el Carnaval “popular, federal y latinoamericano”.
No alcanza con que el Estado se presente como querellante en la causa, un atajo jurídico más que obvio para evitar la imputación por sus controles laxos. Nada de eso alcanza .
El Gobierno y la empresa parecen apostar a una negligencia o a un error humano del motorman. Así, circulan sospechosas versiones y hasta un dudoso audio que parece incriminarlo. La Casa Rosada y el Grupo Cirigliano son “socios” y corresponsables , a partir del vínculo de la concesión de un servicio público como el tren, utilizado por vastos sectores sociales.
El Grupo Cirigliano, operador del ex Sarmiento desde 1995, bien podría ser llamado “la corpo del transporte” . A comienzos de los 90, poseía sólo dos líneas de colectivos urbanas, la 61 y la 62. Su asociación al Estado nació con el menemismo, y alcanzó su mayor expansión con el kirchnerismo . Hoy opera 45 líneas de pasajeros entre trenes y colectivos y es el dueño del entramado de transporte público que vincula Retiro, Constitución y Once. La Auditoría General de la Nación había advertido sobre el estado crítico de la línea en 2003 y en 2008.
Y la Defensoría del Pueblo lo hizo en 2010 .
En ninguno de esos casos gobernaba Carlos Menem.
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