martes, 28 de febrero de 2012

ENSALADA DE LA BITCH

Peligrosa ensalada mental de la Presidente Cristina Fernández en Rosario (27/02/2012). por EDGAR MAINHARD CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Cristina Fernández viuda de Kirchner llegó a Rosario a rendir homenaje a Manuel Belgrano, al cumplirse 200 años del izamiento inaugural de la bandera argentina, a orillas del río Paraná. Sin embargo, Cristina Fernández habló más de Néstor Kirchner que de Manuel Belgrano, el homenajeado. Y ella abundó en detalles sobre la obra de gobierno del Frente para la Victoria antes que sobre el significado del pabellón nacional, que lograba diferenciar a los criollos de los españoles monárquicos, y afirmaba su deseo de independencia respecto del Reino de España. Entonces la Presidente reivindicó el reclamo al Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas. Debe recordarse que el Estado argentino todavía no realizó una presentación que prometió ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, y mientras la Presidente habla contra los deseos británicos de mantener su bandera sobre Falkland, Guillermo Moreno está por viajar a Angola a comprar gas que extrae ese país en sociedad con la británica BP. Cristina habló de la muerte, en referencia al accidente ferroviario ocurrido en Plaza Once y prometió que tomará las medidas que correspondan cuando la Justicia se pronuncia, en un plazo que ella estimó de no más de 15 días. Pero ella no explicó porqué en noviembre, hace 3 meses, visitó la línea Sarmiento, donde ocurrió la tragedia que ahora lamenta, y felicitó al modelo ferroviario, a la empresa Trenes de Buenos Aires y a su titular, Claudio Cirigliano. Cristina tampoco explicó si todo el problema es que han muerto 51 personas; es decir que si no hubiese ocurrido el accidente, el modelo ferroviario continuaría sin cambios, cuando en verdad los muertos son la consecuencia de algo que no funciona pero que, con excepción de los muertos, a la Presidente pareciera que le resulta aceptable (ella así lo manifestó en noviembre de 2011). La Presidente, evidentemente, tiene graves problemas de análisis de la realidad, y padece de una frivolidad peligrosa cuando debe demostrar alguna profundidad o una menor subestimación hacia su auditorio no pago. Un problema considerable consistiría en que ella crea que los militantes pagos que llevó al acto en Rosario resultan todo el auditorio, y no solamente una porción pequeña del mismo. Cristina Fernández prometió castigo a los culpables de lo ocurrido en Plaza Once y no explicó porqué se encuentra vigente un modelo de transporte ferroviario oneroso pero ineficiente. Ella dijo que el sistema SUBE estaba destinado a conocer las erogaciones reales cuando es mentira que se precise el SUBE para conocer lo que no funciona porque la cuestión de fondo es el modelo de subsidio a granel, y la ausencia de controles de parte del Estado. Luego, el SUBE no resuelve los déficits de mantenimiento, la fatiga de materiales y la ausencia de inversión apropiada, que sí provocó las 51 muertes. Cristina se quejó que le ha demandado 3 años organizar el SUBE y que justo ahora ocurre todo esto (¿?). En verdad, Cristina se encuentra encerrada en su propio discurso y entonces apela a mezclar temas, consignas y promesas para intentar distraer a la opinión pública enojada. Pero ella no ofreció precisiones. Y de TBA saltó sin pausa a la importación de energía porque no hay producción local suficiente. Tampoco en este tema abordó la cuestión de fondo: el precio, porque desde 2003 funciona una extraordinaria distorsión en la estructura de precios relativos, que en el caso de la energía provocó el desinterés inversor con excepción de la producción en áreas secundarias, donde no hay riesgo o el riesgo es muy bajo. En esta cuestión Cristina continuó con errores conceptuables graves y disparates considerables. Cristina demostró en Rosario que hay crisis, que es un problema profundo, y que ella no parece encontrar cuál es la salida apropiada pese a que su licencia extraordinaria ha durado varios días. Cristina no habló de corrupción, que es el tema que hoy avanza sobre su gestión. Corrupción en los subsidios ferroviarios y en la administración de esos recursos. Corrupción en el Boudougate de parte de su propio vicepresidente de la Nación. Corrupción en torno a la puja por el control societario de YPF. ¿Y Manuel Belgrano qué? Es evidente que si fuese funcionario del gobierno de Cristina, ya lo habrían enviado otra vez al Norte, a disputar batallas para la que no estaba preparado con tal de quitarse de encima a un personaje tan honesto, austero y frontal que el Frente para la Victoria no podría enfrentarlo.

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