domingo, 26 de febrero de 2012

MUERTE ANUNCIADA

*”CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA” Por Malú Kikuchi (26/2/2012) Los trenes fueron en buena parte los artífices del fenomenal desarrollo argentino de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Es triste hablar en pasado, pero fueron. Ya no son. En 1857 se inauguró la 1° línea ferroviaria privada, 10 km. desde Buenos Aires hacia los suburbios. En 1870 existían 722 km de vías. Aparecieron el FC del Oeste, el FC del Sud, el FC Central, de capitales ingleses, franceses y argentinos. Entre 1870 y 1914, 47.000 km de vías férreas cubrían todo el territorio nacional. La historia de los trenes es larga, en 1946 se nacionalizaron y el deterioro ferroviario acompañó la involución del país. Después de la hiperinflación de 1989, los trenes no parecían viables. Se concesionaron, con subsidio. A cargo del estado quedaron la propiedad material rodante, la infraestructura, las instalaciones fijas y se cedió a los operadores la comercialización y venta de boletos. El Estado definía las tarifas y las frecuencias. Si el operador alcanzaba los estándares de calidad en el servicio, el Estado podía aumentar las tarifas como premio. No cumplir los estándares implicaba multas. Esto se firmó cuando un $1 era un US$1. En 2002 el dólar pasó a valer 3 pesos. El negocio no le cerraba a las empresas. Había que renegociar las concesiones en 2003, dado el cambio de circunstancias económicas. Sólo se subieron los subsidios, y todo quedó igual. Material viejo y sin mantenimiento, exceso de pasajeros y escasas formaciones. Ningún respeto por las normas. Los vagones circulan con las puertas abiertas y las personas colgando de las mismas. Con la inevitabilidad de la tragedia griega, tenía que suceder, y sucedió. Hay una diferencia significativa, las tragedias griegas suceden una sola vez, nosotros las repetimos una y otra, y otra, y otra vez. Hechos. 16/2/2011. Una formación de Ferrobaires dirigiéndose a Junín, chocó con tren de la empresa San Martín, detenido cerca de San Miguel. Cuatro muertos, más de cien heridos. Hechos. 4/4/2011.Choque entre una locomotora y un tren de Ferrobaires cerca de Lezama, provincia de Buenos Aires. Setenta heridos. Hechos. 18/8/2011.Un tren de la línea Roca chocó un colectivo de pasajeros en Lomas de Zamora. Ocho heridos. Hechos. 2/11/2011. En San Luis chocó un tren con un colectivo que transportaba chicos de colegio. Ocho muertos. Hechos. 13/12/2011. Choque de dos trenes y un colectivo en la estación de Flores. Once muertos y doscientos veintiocho heridos. Hechos. 23/2/2012. A las 8,33 hs., la unidad 3772, de la línea Sarmiento de TBA, no frenó a tiempo y chocó contra el andén 2, en la estación del Once. Cincuenta y un muertos, setecientos tres heridos. Hechos. Una condolencia especial a la familia de Lucas Menghini Rey. Su cuerpo fue encontrado en el 4° vagón, 58 horas después de ocurrido el accidente. Lucas tenía 20 años. Hechos. En un año, setenta y cuatro muertos y mil ciento nueve heridos. En 2011, los trenes recibieron $ 3.041 millones. FFCC emplean 11.615 personas, con un sueldo promedio bruto de $ 8.415. Hechos. Oscar Cirigliano, Responsable del Material Rodante de la Empresa de Trenes de Buenos Aires, TBA, en el lugar del accidente, dijo: “el tren estaba en buenas condiciones”, “fue una falla humana” y “el servicio del Sarmiento es aceptable” 22/2/12. Hechos. Juan Pablo Schiavi, Secretario de Transporte de la Nación, dijo del accidente de Once: “Si hubiera sucedido ayer (feriado por carnaval) hubiera sido menos grave”. “Hay una costumbre argentina de ir a los primeros vagones para bajar antes, eso hizo que el choque tuviera ribetes de tragedia” (¿ribetes?) 22/2/12. Se bajan antes para llegar puntuales al trabajo. Hechos. Existen 4 informes de la Auditoría General de la Nación, AGN, dirigida por Leandro Despouy, en 2002/3/5/8, en todos informa que: “TBA no cumple los requisitos básicos de seguridad operativa. Ausencia de inversión y mantenimiento”. El 8/3/2008 concluye: “el sistema de gestión, es ineficaz”. Hoy podría agregar: mortal. Hechos. Existe la Secretaría de Transportes de la Nación, dependiente del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios (Juan Pablo Schiavi/ Julio De Vido). Hechos. Existe un ente estatal, la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, CNRT, que debe controlar el funcionamiento del transporte. Hechos. Existe una Comisión de Transporte en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Existe una Comisión de Infraestructura, Vivienda y Transporte de la Honorable Cámara de Senadores de la Nación. Los nombres de los miembros no están disponibles. Hechos. En esta tragedia del Once, el Estado se presenta como ¡particular querellante! Las razones que esgrimen son: “para defender el interés público” (después de 51 muertos y 703 heridos), y “aplicar las sanciones que pudieran corresponder en el momento correspondiente”. ¿El juez será capaz de aceptarlo? ¿No existe la figura de partícipe necesario? Esa sería la correcto. El ministerio de Planificación, la Secretaría de Transporte, la CNRT, las Comisiones de Transporte de ambas Cámaras, ¿alguna vez controlaron en qué invertían los millonarios subsidios donados por el gobierno a los concesionarios amigos que comercian con los trenes, y de paso con la vida de las personas? A estos obligados controladores, que no controlan, se les paga un gran sueldo para que hagan su trabajo. Parte de ese trabajo es controlar que los subsidios vayan a mantenimiento y buen funcionamiento de los transportes. Todos ellos han sido inoperantes e ineficientes, indiferentes al bien común; han desperdiciado los impuestos altísimos que pagamos los argentinos, han abusado de nuestra buena fe, han despreciado la vida de sus compatriotas. No han cumplido con sus deberes de funcionarios públicos. Si tienen un mínimo de dignidad, deben renunciar. Millones de pesos entregados por el estado nacional (nuestro dinero) a concesionarios amigos, sin ningún control sobre el destino de esos subsidios: el resultado está a la vista. Se beneficiaron los concesionarios y probablemente algún funcionario. Los pasajeros, no. El modelo K está dejando al país sin instituciones, sin energía, sin gas, sin petróleo, sin transporte, sin divisas, sin exportaciones, sin importaciones y sin FFAA; en contrapartida deja corrupción, inseguridad, impunidad, droga y muertos. Muchos, demasiados muertos que no debieran haber muerto. Los cementerios, agradecidos. Paren el tren, me quiero bajar. *Crónica de una muerte anunciada, novela de Gabriel García Márquez, 1981.

No hay comentarios: