sábado, 29 de agosto de 2009

KRETINA SIGUE DERRAPANDO


La Nueva Provincia - 29-Ago-09 - El país

PUERTAS ADENTRO
Ley de Medios: Cristina lo hizo de nuevo

por Eugenio Paillet


La existencia misma de la democracia estará en juego si por algún acaso el Congreso no llega a aprobar este año y según la letra textual enviada por la Casa Rosada, el proyecto de nueva ley de Radiodifusión. No es la afiebrada conclusión a la que hubiese llegado algún despistado de esos que abundan, llevado por un exceso de pesimismo. Es el nuevo exabrupto que nos ha entregado la presidenta Cristina Fernández, que si es por lo que sus asesores en materia de comunicación le aconsejan, o si es pura impronta propia, la verdad que en los últimos tiempos no se anda con chiquitas a la hora de lanzar frases al voleo con intenciones de un pretendido impacto mediático.

Ocurrió el jueves al mediodía durante la ceremonia de lanzamiento del proyecto que propicia el gobierno para reemplazar al decreto-ley de Radiodifusión que rige desde los tiempos del último gobierno militar, pero que todos saben, oficialistas y opositores, tiene todo el perfil de ser un instrumento que le sirva a los Kirchner para buscar por ese costado doblegar al multimedios que ha sido causante de varios de sus peores dolores de cabeza en los últimos tiempos.

Al fin y al cabo, la pegatina de afiches en las calles porteñas de los últimos días saludando el envío al Congreso de la futura nueva ley, se mezcló con ataques y chanzas hacia ese grupo periodístico, del que también se mofan por haberle sacado el monopolio del fútbol por televisión.

Cristina ya había derrapado feo cuando días atrás no tuvo mejor idea que emparentar el fusilamiento del general Manuel Dorrego con el "fusilamiento mediático" al que ella y su esposo estarían siendo sometidos por cierta prensa que no escribe lo que a ellos les gusta.

Un puñado de horas después la embarró todavía más cuando trazó un paralelo entre los desaparecidos y secuestrados durante los años setenta y los "goles secuestrados" por el famoso multimedios, que por contrato prohibía emitir esa jugada cumbre de un partido de fútbol antes que lo hiciera su propia señal abierta. En este caso se ganó el repudio de buena parte de la oposición, y también de casi todo el arco de organizaciones defensoras de los derechos humanos, entre ellas el Servicio Paz y Justicia del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.

La presidenta buscó nuevamente darle otra vez un tono épico, fundacional, a su discurso, a la par que envió algunos mensajes subliminales a diputados y senadores, al señalarles que la ley que acaba de enviar debe ser tratada "este año". "Con este proyecto, se pondrá a prueba la democracia", lanzó Cristina, ante el aplauso festivo de la misma tropa que se amontona en cuanto acto organice la Casa Rosada. Son casi sin ausencias los mismos que aplaudieron hace diez días el acuerdo con la AFA, en el que según Aníbal Fernández el gobierno no iba a poner un peso.

Lamentablemente casi no se han escuchado voces de la oposición o de las organizaciones sociales y hasta de derechos humanos que salieran a calmar a Cristina Fernández, y a hacerle saber que en verdad lo que acaba de enviar al Parlamento es una ley más. No "la" ley que ella pretende hacer ver que es. Y que la democracia por suerte no correrá ningún peligro si acaso los diputados y senadores del oficialismo, en un rapto de autonomía supina, expresen desde sus bancas las mismas críticas al proyecto que desgranan en privado delante de los periodistas.

Sería saludable para desmontar una vez más, tal como ocurrió el 28 de junio, cuando la ciudadanía se expresó masivamente en las urnas, aquel nefasto mensaje de "yo o el caos" que transmite la pareja presidencial, cuando pretende ubicar simples elecciones parlmentarias, o el envío de una ley al Congreso, en términos de todo o nada. De ellos o el diluvio.

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