sábado, 29 de agosto de 2009
LA FALTA DE CLASE DE LA CLASE POLÍTICA
Por Julio Doello
Esta suerte de Armada Brancaleone que es la oposición resulta claramente funcional a la hegemonía kirchnerista. Las peleas de conventillo que celebran mediáticamente “La Lilita” y “La Margarita”, por cuestiones de cartel, en las cuales de vez en cuando interviene la Patricia Bulrich en su papel de intrigante, le hacen un flaco favor a la propuesta alternativa que dicen sostener quienes aspiran a exorcizar a los demonios santacruceños.
Mientras tanto Cristina, una modelito audaz y algo veterana, a la que algunos le atribuyeron probidad intelectual seducidos por su voz impostada, su oratoria presuntuosa y su buen manejo escénico, sigue cargándose todos los símbolos sagrados de las luchas históricas de los argentinos con tal de constituirse en una suerte de Evita Montonera Light, preparando el terreno para el regreso de su Pigmalión, en el 2011. Así, no vacila en utilizar a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo (las cuales ya no tienen pañuelo, o el que tienen carece de potencia simbólica, degradadas por alguna pócima adictiva), que aportan su presencia en cada acto público en el cual la Presidenta improvisa un discurso. Cristina no vacila en compararse con Dorrego- quien seguramente hubiera sido con ella mucho más insultante que lo que lo fue con Belgrano, si pudiera escuchar sus artificios dialécticos- para declararse mediáticamente fusilada, y compara goles desaparecidos con personas que perdieron su vida y en algunos casos su identidad en las mazmorras del régimen más oprobioso que ha padecido la Nación, régimen culpable, no de desaparecer goles por televisión, sino de la aniquilación de miles de personas de las cuales no quedan vestigios.
Es su juego. Todos sabemos que los Kirchner son hábiles manejadores del inconciente colectivo y de las debilidades ajenas. Son capaces de apelar a la madre, a la patria, a la gesta de Malvinas y a todo lo que resulte conmocionante para sostenerse en el poder. Saltean gobernadores díscolos y arreglan obras públicas con intendentes que cuidan su quintita, seducen a alguna legisladora santafecina, nos sorprenden de pronto con algún anuncio profundamente popular que después no se cumple, como las heladeras baratas o las inversiones chinas, y confían sobre todo en que la oposición está compuesta por seres mucho más ególatras y moralmente deficientes que ellos mismos. Y lo peor es que si uno se atiene a lo que aparece en los diarios, no se equivocan. Porque no sólo “La Margarita” y “La Lilita” celebran un duelo criollo a punta de grisines. Sino que Cobos, devenido en héroe agrícola con su eufemístico “voto no positivo”, quien no puede ser caratulado de otro modo que como una suerte de afortunado Forrest Gump mendocino que parece dedicarse con fruición a las maratones interminables, siente, desde una vice presidencia opositora que puede tener oportunidad. Pero tranquilicémonos: Lilita ya dijo que no lo va a votar.
El cibernético Reutemann, mientras tanto, se queja de la traición de una compañera previsiblemente permeable, que lo ha dejado mal colocado y anuncia, en un ataque de ira insospechable para un organismo programado como el suyo, que los Kirchner se pueden meter su propia candidatura allí donde no les da el sol (circunloquio del autor para evitar la soez palabra culo). Reutemann nunca explica, pero siempre ocurre que demonios sospechosos conspiran para impedirle su llegada al podio.
El modosito Solá se ha animado de pronto a lanzar su candidatura presidencial, convencido de que en toda crisis hay una oportunidad y que eventualmente puede ser un buen candidato a vicepresidente. Detrás de él, está la sombra de alguien al que impropiamente le han dedicado el apelativo “Cabezón”, cuando debería habérselo apodado “Cerebro”, que lo bendice desde su púlpito de Ayatollah y jefe supremo del fundamentalismo peronista.
Cómo será de desolador el panorama nacional que hasta Hugo Moyano, una suerte de Homo neanderthalensis milagrosamente resucitado les viene a oponer a los homo sapiens de la política argentina su propia candidatura a Presidente; si Lula pudo en Brasil y Evo en Bolivia ¿por qué él no?
Es tal el panorama de invalidez de estirpe (y no hablo de la estirpe como una cuestión de sangre azul, sino de calidades intelectuales y espirituales profundas de una clase que aspira a gobernar el país) que Néstor Kirchner, equipado únicamente de astucia -virtud que es sólo una hermana prostituida de la inteligencia- quizás tenga una nueva oportunidad de erigirse como Presidente en 2011. Todo esto gracias a la falta de clase de la clase política argentina
CYA
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