domingo, 30 de agosto de 2009

MI MADRE Y KIRCHNER



Mi madre y Kirchner
escribe: Pepe Eliaschev
25 de Agosto del 2009
La calculadora me ha demostrado que Néstor Carlos Kirchner equivale 32 veces a mi madre. Dicho de otra manera, que ella vale 32 veces menos que Kirchner. En una palabra, que tiene el espacio equivalente al 3% de Néstor Kirchner. Mi mamá es una señora de 92 años. Nació en 1917.
¿Cómo puedo yo llegar a decir que el esposo de la presidenta argentina es como 32 madres mías? ¿De dónde puedo yo deducir que mi mamá, la que me dio a luz, es el 3% del señor Kirchner?.
El 20 de agosto se supo exactamente el monto de la jubilación que cobra ese vigoroso luchador de la justicia social que es el doctor Kirchner. Según el Registro Único de Beneficiarios de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS), este mes de agosto, el Banco Patagonia S.A. acreditó en el bolsillo de Kirchner 24.762,17 pesos, por haberes jubilatorios.
Kirchner tiene un haber mensual jubilatorio de $17.325,81, a los que hay que agregarle $4.024,92 que recibe por antigüedad, y además una curiosa cifra –curioso concepto- de $2.000, que recibe como “complemento Presidente”, y una compensación jerárquica que dibuja la bonita cifra de $2.839,75. Hay que descontarle $1.428,31 de obra social.
Luego de haber recibido el alta del trámite jubilatorio en febrero de 2008, pocas semanas después de haber asumido la presidencia su esposa Cristina Fernández de Kirchner, él cobra ahora $24.762,17 por mes.
¿Y qué tiene que ver mi mamá con esto? A los 92 años mi madre cobra $770,66. ¿Cuántas veces son 770,66 pesos de la jubilación de mi vieja, comparados con la jubilación de este paladín de la justicia social, que cobra de jubilación $24.762,17? Kirchner cobra 32 jubilaciones de mi madre. Como jubilada, ella recibe a los 92 años, el 3,11% de lo que le dan a Kirchner.
Es un derecho periodístico elemental darle a las informaciones carnadura humana, salir de las abstracciones, poniendo en escena el discurso verdadero del progresismo, sin cuentos, y compararlo con la retórica hipócrita, mentirosa y fraudulenta que con el pretexto de una transformación social ha encaramado en el poder a un matrimonio de híper millonarios.
En este sentido es bueno recordar que un hombre que murió el 31 de marzo de este año, Raúl Ricardo Alfonsín, cobraba naturalmente su jubilación presidencial -porque fue presidente primer mandatario de la Argentina, como lo fue Kirchner-, pero donó desde su primer día tras salir del poder, la mitad de esos ingresos a una entidad benemérita de su terruño natal, Chascomús.
No se conoce que Kirchner done nada. Durante los largos años de la dictadura militar, y hasta que se metió en política en 1991 -momento desde el cual ha sido empleado público, hasta 2007- se dedicó a hacer dinero, montando un estudio jurídico en la Patagonia, especializado en la ejecución de hipotecas de bienes inmuebles.
Estos $24.762,17 de jubilación -32 jubilaciones de lo que cobra mi madre todos los meses, a los 92 años-, son la más cruda fotografía ante la que deberían exponerse los caraduras y sinvergüenzas que, con cartas abiertas o cerradas, siguen imaginando que la Argentina está asistiendo a una transformación social impulsada por verdaderos paladines de la justicia social.

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