lunes, 31 de agosto de 2009

TAPANDO CARTELES


Scioli mandó a tapar los carteles "Sigamos Haciendo", buscando autonomía de los Kirchner

POR RAM

Daniel Scioli no puede romper públicamente con Néstor y Cristina Kirchner porque le provocaría un inmediato ahogo financiero de la provincia de Buenos Aires, pero él sigue intentando gestos que difundan su búsqueda de autonomía. Por ejemplo, mandó a tapar todas las gigantografías como la determinal de ómnibus de larga distancia de la Ciudad de Buenos Aires.



CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Muy pocos días después de la derrota electoral del 28/06, y luego que Néstor Kirchner “le arrojara por la cabeza” la conducción del PJ -2do. salvavidas de plomo, el 1ro. fue obligarlo a la candidatura testimonial), Daniel Scioli comprendió que debía alejarse del matrimonio presidencial, huyendo del fantasma de Carlos Ruckauf, quien en 2002 renunció a la Gobernación de la provincia de Buenos Aires cuando tenía mandato hasta 2003.

En las horas iniciales de julio de 2009, Scioli decidió refugiarse en Eduardo Duhalde, primero por teléfono, y luego personalmente, tal como había anticipado Urgente24.

Más tarde, Hilda González de Duhalde hizo pública la entrevista.

Se dice que Duhalde no lo aconsejó, sino que le ofreció su opinión respecto de lo que, tal vez, le conviniera más: dedicarse a gobernar la provincia de la mejor manera posible y refugiarse en los intendentes peronistas del conurbano. Buenos Aires tiene serios problemas financieros y requiere de una incesante gestión administrativa. A la vez, Duhalde cree que Scioli debería alejarse cuanto antes del matrimonio presidencial.

Luego, Scioli lanzó su propia ronda de diálogo con la oposición. Pero , a diferencia de la versión nacional, la convocatoria sciolista incluyó al campo, el mayor adversario del kirchnerismo y que le propinó la derrota de 2008.

"Entendimos que el resultado electoral abrió otro escenario. Por eso estamos construyendo una nueva alianza de gobierno junto a los 134 intendentes de la Provincia", explicó, tras admitir que el esquema que le sirvió para triunfar con comodidad en 2007 -y gobernar un territorio ajeno a su trayectoria-, se extinguió el 28 de junio.

"Antes, Kirchner era el líder indiscutido y los intendentes peregrinaban a Olivos para conseguir beneficios para sus distritos. Eso se acabó. Ahora lo necesitan a Daniel, y Daniel a ellos. Es beneficio mutuo", sintetizó quien conoce de cerca los volantazos oportunos con los que Scioli pavimentó su carrera.

En las últimas semanas, el propio gobernador, su hermano y secretario general, José; el jefe de Gabinete, Alberto Pérez; y el ministro de Gobierno, Eduardo Camaño, se encargaron de ir tejiendo esta nueva malla de sostén para el Gobierno provincial.

Scioli conoce que la única opción que le queda para su sobrevida política es a través de una ruptura política pública con Néstor Kirchner. Pero esa posición redundaría en un inmediato ahogo financiero de la provincia de Buenos Aires, provocando un caos que podría terminar eyectándolo de la gobernación.

Luego de la derrota del 28/06, en la Quinta de Olivos han arribado a la conclusión de que ya no hay más jugo para sacar de esa naranja. En consecuencia, es descartable.

Sabe que ya no aporta el grueso de los votos a la causa kirchnerista, como hizo en el 2003 y el 2007 y por lo tanto no hay motivos para tolerar sus pretensiones de autonomía.

“De la boca de Scioli no saldrá ninguna crítica a Kirchner. No es su estilo. Pero reconstruirá su poder sin él (Kirchner)”, aseguran sus colaboradores, que confían en la capacidad del jefe de recuperarse del golpe en las urnas y volverse a poner carrera para 2011 confirmando la leyenda del traje de amianto.

Sin romper con los K, Scioli busca enviar señales de autonomía viendo 2011 en el horizonte.

El gobernador promete profundizar su veta 'dialoguista' con todos los sectores políticos, las entidades del campo y la Iglesia. Por ahora, no incorporará figuras del peronismo disidente al Gobierno.

Él podría brindar un gesto definitivo de su estilo aperturista ofreciendo un cargo de control de gestión a la principal fuerza de oposición en la Legislatura, la Coalición Cívica.

Pero el compromiso más importante que asumió Scioli con los intendentes municipales fue defender los recursos para obras, si la Nación amenaza con recortes. "Me voy a plantar ante Cristina, si hace falta", prometió.

Por ahora, mandó a tapar los carteles.



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