miércoles, 26 de agosto de 2009
OLOR A ESTALLIDO
Los gobernadores cercados por la crisis y posibles estallidos sociales
La crisis financiera internacional y el estancamiento de la economía nacional han llevado a varias provincias a un rojo en sus arcas que anuncia posibles estallidos sociales en sus territorios. Las provincias más perjudicadas por una situación angustiante, y la asfixia de los distritos que amenaza con hacer volar la situación social por los aires
“La provincia está en una situación gravísima”, son las palabras más escuchadas hoy en día de parte de la boca de la mayoría de los mandatarios provinciales, que ven como sin la ayuda que les brinda el gobierno central, no podrían hacer frente a sus obligaciones.
La Argentina es un país que tiene un alto tono centralista, por lo que se ha dejado a un lado los intereses provinciales, que en muchos casos están prácticamente al borde del estallido, y si no son por las migajas que les da el gobierno nacional, sería imposible que cierren sus númer os. A pesar de eso, vemos que las protestas sociales por reclamos salariales, mejores condiciones de trabajo, seguridad, salud, entre otras cosas, se repiten día a día en todo el territorio nacional, sin que surjan posibles soluciones al corto o mediano plazo.
La frágil condición económica de las provincias, ha llevado a que los ministros de Economía y Secretarios de Hacienda de todos los distritos, se hayan reunido la semana pasada para tratar posibles salidas a la crisis que viven. Entre las soluciones propuestas, están que los mandatarios provinciales realicen en forma conjunta un reclamo a la Nación para efectuar una reprogramación de los vencimientos de deuda garantizada hasta fin de año incluyendo los servicios de intereses, la coparticipaci ón total del Impuesto al Cheque y hasta la modificación de la Ley de Responsabilidad Fiscal.
La debacle financiera internacional, sumado a la escasa visión de los gobernantes argentinos, hizo que la situación de millones de argentinos se fuera deteriorando, y la centralización de la economía en el gobierno nacional, ha perjudicado a las provincias que ven como sus números están cada día más en rojo y la escasez de moneda hace pensar en un cansancio de la población ante esta situación y los lejanos estallidos sociales del 2001 no sean un recuerdo lejano, sino algo más que cercano para muchas de las administraciones locales.
Provincias al rojo vivo
El panorama que asola hoy a la Argentina es por demás complejo, con realidades muy parecidas en casi todos los distritos que la componen, a pesar de los diferentes escenarios que se analicen. La mayoría de las provincias de nuestro país están con las finanzas más que en rojo y los problemas se multiplican por cientos en su interior.
El Gobierno nacional durante el 2008 sólo repartió 31 ,7% de los ingresos, cuando por ley debe asignar 34%, lo que representa 4.932 millones de pesos, lo que muestra la situación de deterioro en la organización fiscal y los efectos de la actual coyuntura económica han generado el reclamo de algunas provincias que, incluso, podrían encauzarlo por vía judicial. Si en 2008 la Nación hubiera cumplido con esta garantía prevista en la ley, y con el reparto efectivo de Aportes al Tesoro Nacional (ATN) acumulados, las provincias habrían recibido 6.850 millones de pesos extras. Buenos Aires, 1.500 millones de pesos; Córdoba, 600 millones; y Santa Fe, una cantidad similar.
En lo que va de este año, la situación no ha variado en demasía, ya que a los magros ingresos que reciben las arcas provinciales en materia de coparticipación, se ha sumado una extensa sequía en buena parte de nuestro país que ha llevado a la producción agrícola ganadera a niveles mínimos, incrementando fuertemente la crisis en uno de los sectores más predominantes de la economía nacional.
La situación de agobio y de rojo en las arcas provinciales, es algo que se vive en todo el país, lo que ha llevado a que la gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos, admita ante los micrófonos de la prensa que “si el gobierno central no nos adelanta unos 20 millones de pesos de coparticipación, no podremos pagar los sueldos". Tierra del Fuego es uno de los distritos donde la crisis pega fuerte, y la crisis institucional que se vive en el territorio más sureño del mundo, amen aza con quebrar la institucionalidad y el gobierno de la primera mandataria mujer en la historia argentina.
Ser amigos o no de la administración central, lleva a que las provincias reciban fondos extras para solucionar graves problemas, como por ejemplo el pago de salarios de los empleados públicos. Por ejemplo, la provincia de Corrientes, gobernada por el cobista Arturo Colombi, recibió durante el mes de julio por coparticipación federal neta nominal, es decir sin tomar en cuenta los fondos específicos, un 0,7 por ciento menos con respecto al mismo mes del año pasado. En tanto, la coparticipación total, es decir, todas las partidas incluidas los fondos especiales, fueron apenas un 0,6 por ciento más que las rem esas que llegaron un año atrás.
El santafesino Hermes Binner, opositor al gobierno nacional y uno de los nombres que circulan con mucha fuerza para acompañar al vicepresidente Julio Cobos en una supuesta fórmula presidencial del Acuerdo Cívico y Social, aseguró hace unos días atrás, que las remesas de coparticipación de julio al distrito cayeron un 14%, en relación en este caso con el mes pasado.
La provincia de Mendoza, conducida por el ultrakirchnerista, Celso Jaque, muestra una situación muy complicada en sus finanzas, lo que ha llevado a que los 18 municipios hayan pedido al gobierno de Jaque unos 100 millones de pesos para intentar llegar a salvo a fin de año, y de esa manera evitar caer con sus números en rojo. El mandatario provincial, el peor visto por sus conciudadanos según todas las encuestas nacionales, ha tenido que salir a pedir ayuda inmediata a la Nación para evitar un descalabro político y económico en la provincia, de la cual la administración central estaría dispuesta a solventar gran parte de los pedidos de los intendentes.
En Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, Misiones y Entre R íos, los rumores sobre una posible vuelta a las denominadas cuasimonedas, llámese patacón, Lecor o Lecop, etc, son cada día más crecientes, lo que levanta todo tipo de señales negativas tanto para el interior de nuestro país como para la Argentina. El estancamiento económico que vive la Argentina , con una enorme fuga de capitales, la reducción en la emisión monetaria y el déficit que se está teniendo en las cuentas públicas, lleva al país al borde del abismo financiero y de la vuelta de las mal conocidas “cuasi monedas”.
Es normal escuchar a economistas y dirigentes polít icos del oficialismo y de la oposición, admitir por lo bajo que en nuestro país, dentro de muy poco tiempo se van a empezar a usar alguna cuasi moneda otra vez para poder pagar los sueldos, porque las arcas provinciales están virtualmente vacías y no hay cómo nutrirse de dinero en el corto y mediano plazo. Los más duros, no se cansan de echarle toda la culpa de esta situación a la clase dirigente nacional, que durante todo el lustro de bonanza (2003-2007), se gastaron todo y fueron sumamente irresponsables a la hora de gastar.
Justamente, un funcionario de la provincia de Entre Ríos, hace algunas semanas atrás, se encogió de hombros ante la realidad, y aseveraba a quien quisiera escucharlo que “el panorama que vemos de cara al futuro es preocupante. Nos cuesta mucho explicarle a la sociedad concienzudamente qué es lo que pasa y por qué hacemos estas medidas que llevamos adelante, cuando la verdad más palpable es que en poco tiempo más tengamos que volver a emitir algo parecido a los Federales, de pasado nefasto para la historia de la provincia”.
Un informe efectuado por la Consultora Economía & Regiones, muestra que las remesas copar ticipables a las provincias durante el mes de julio, mostraron un incremento interanual de sólo el 3,3% en términos nominales. En valores absolutos, las transferencias automáticas fueron de 6.080 millones de pesos, un 8,4% por debajo de lo presupuestado para el mismo período (6.638 millones de pesos).
Según esta consultora privada, el Gobierno nacional se quedó en julio con el 73,5% de la torta coparticipable, y las provincias sólo se llevaron el 25,8%. El flojo desempeño de la recaudación nacional, que el mes pasado subió sólo un 10,2%, lo que terminó privando a las provincias de recib ir en lo que va del 2009 alrededor de 3.800 millones de pesos en materia de coparticipación federal, en relación con el incremento por el Presupuesto Nacional en este concepto, que es de $ 6.674 millones.
Esta situación que viven las provincias no hace más que mostrar una realidad por demás complicada por la que pasa la economía nacional. La enorme fuga de capitales, que en los últimos 18 meses ha superado los 30.000 millones de dólares, la falta de crédito internacional, una emisión monetaria cercana a la del 2001, la baja en las reservas del BCRA, son algunos de los datos que hacen dar un panorama por demás negro para la economía argenti na.
Si quienes tienen la responsabilidad de gobernar el país se sumergen en una burbuja y se niegan a aceptar lo que sucede a su alrededor, más allá de los datos incontrastables de la realidad que le acercan muchos de sus colaboradores, la oportunidad de salir poco lastimados y fortalecidos de la peor crisis financiera mundial en los últimos 80 años, serán pocas, y las consecuencias la terminarán pagando los habitantes de la Argentina , que reclaman actitud y capacidad de sus políticos para resolver las mismas.
Los datos brindados con anterioridad muestran cómo la enorme mayoría de las provincias de nuestro país sufren una delicada situación económica e institucional, que puede llevar la situación a ribetes impredecibles, y que sin la ayuda indispensable de la administración central, le resultaría por demás complicado llegar a fin de año.
Como en el peor momento de la gestión de De la Rúa , los economistas coinciden en que el mundo atraviesa una debacle económica más profu nda que la que se registró en 1930, y que la Argentina está igual que en el 2001. La Argentina, está inmersa en un proceso de desaceleración, con pronósticos recesivos por parte de todos los especialistas, el panorama resulta cargado de incertidumbre, sin saber para que lado acomodarse y cuál será la situación que tenga que vivir en el corto y mediano plazo. De ello depende que la situación de más de 40 millones de argentinos deje de ser tan grave como la que se vive hoy en día, así como también que la incertidumbre deje de reinar en el mercado argentino, para dejar paso al optimismo y aun futuro más próspero y productivo para nuestro país.
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