jueves, 27 de agosto de 2009
TOMADA EL TOMADO
La impericia de Tomada deja al Puerto al borde del estallido
El ministro impulsa una lucha personal contra los portuarios del SUPA, al cual busca desbaratar traspasando trabajadores a otro gremio. Ya perdió el apoyo de los empresarios, quienes padecen un conflicto impensado por el que ya perdieron U$S 150 millones: “Tomada nos metió en un quilombo”, repiten. Anoche había acuerdo pero la insistencia de Tomada lo volvió a bajar. Ahora amenaza con intervenirlo y temen caos
..El Puerto de la Ciudad de Buenos Aires lleva una semana paralizado y la cosa no asoma como de resolución simple. De forma impensada, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, se embarcó en una lucha personal contra el gremio de portuarios, al cual buscó desbaratar traspasándole trabajadores a otro gremio desatando un conflicto en el que ya perdió, incluso, el apoyo de los empresarios, con pérdidas calculadas hasta aquí en el orden de los 150 millones de dólares.
La cosa empezó como un reclamo salarial del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) que lidera Juan Corvalán. Pero Tomada metió la cuña y, el viernes, firmó un dictamen en el cual traspasó el 50% de los trabajadores de grúas a otro gremio.
Para la inesperada movida buscó el apoyo de las empresas que negociaban paritarias, confiado de que al sacar esta resolución el SUPA la iba a acatar. Terminales Río de la Plata, el principal operador de las terminales portuarias, apostó a Tomada para voltear a Corvalán. Pero lo subestimaron. Y mucho.
Acuerdo trabado
Esta madrugada –las negociaciones en la sede del Ministerio de Trabajo de Leandro N. Alem al 600 duró hasta pasadas las 2- se había conseguido un importante avance: cerraron un aumento del 23% y, en cuanto al conflicto por el encuadramiento de los trabajadores en disputa, una suspensión de 45 días hasta volver a sentarse a negociar. Pero apareció Tomada y tiró todo para atrás.
Según fuentes portuarias, Corvalán exigía que en ese plazo se de marcha atrás con el dictamen que traspasaba los trabajadores. “Tomada habló de un impasse pero sin suspender el traspaso –confió a La Política Online uno de los que participó en la negociación-. Corvalán pedía que todo vuelva a ser como fue en los últimos 15 años”.
Corvalán, un negociador y dirigente tan duro como hábil, encabezó una asamblea hoy donde se decidió suspender “provisoriamente” la medida de fuerza que lleva 7 días y sigue sin acuerdo “como muestra de buena fe” a los efectos de “avanzar en las negociaciones que se retomarán a las 16 en el Ministerio de Trabajo”. Levantando el bloque busca capitalizar la furia de las empresas que cuentan las pérdidas generadas por la lucha personal de Tomada contra el SUPA de Corvalán.
En la asamblea, Corvalán no ahorró críticas para el ministro Tomada, a quien culpó directamente por el dilatado conflicto. Dijo que “cuando nos encontrábamos negociando paritarias el ministro de Trabajo decidió de manera irresponsable modificar el encuadramiento de nuestros trabajadores en funciones de máquinas con los de grúas móviles”. Por esto, Corvalán exhortó a Tomada a que “revea su actitud y busque una solución que no perjudique a nuestra gremio”.
Lucha de intereses
“El ministro Carlos Tomada dejó de tener toda la credibilidad de los trabajadores portuarios –siguió el dirigente portuario-. Quedó demostrado que el ministro está más cerca de los intereses de otros gremios del sector y empresarios”.
La advertencia no es casual. Son muchos los que entienden que detrás de esto hay una fuerte lucha de intereses del ministro, señalado como ex abogado de otro gremio del sector, el de grúas móviles. Incluso, afirman que por intermedio de otros colegas los sigue representando.
El ministro vive horas críticas. Por teléfono recibe presiones de los mismos que antes lo apoyaban. No entienden cómo, pese a cerrar el aumento pedido por el SUPA, sus terminales siguen paradas y los barcos sin descargar. Los empresarios le soltaron la mano al ministro kirchnerista. “Tomada nos metió en un quilombo. Se para el Puerto, no se llega a un acuerdo y sigue generando clima de enfrentamiento” repiten en las reuniones entre ellos.
Ahora, con el agua mojándole el cuello, Tomada amenaza con intervenir el gremio, una jugada arriesgadísima. Corvalán, por caso, ya advirtió que “cualquier situación administrativa sería profundizar el conflicto. Hoy todos los trabajadores portuarios estamos bajo esta consigna: unidad, solidaridad y lucha”.
“Ni los empresarios ni nadie va a bancar eso”, explicaron a La Política Online, en este caso, fuentes gubernamentales. “Saben que si pasa eso Corvalán se vuelve loco y se transforma en mártir. Van a tener que reprimir. Y ni a Cristina, ni a De Vido, ni a nadie del gobierno se les cruza por la cabeza reprimir a los portuarios. Saben que son muy pesados”, agregó con preocupación.
El conflicto mientras tanto, sigue ante los ojos de un paralizado secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, quién buscó intervenir en el conflicto pero sin las herramientas ni el poder para resolverlo. Mucho menos cuando, detrás, aparecen intereses personales de un funcionario de mayor rango y peso en el gabinete, como es el caso de Tomada.
Hugo Moyano y todo el movimiento obrero en su conjunto, mientras tanto, siguen brillando por su ausencia en la pelea aunque la siguen atentos. Pero el Puerto sigue paralizado y al borde del colapso.
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