martes, 23 de febrero de 2010

DESTITUCIÓN.......


¿DESTITUCIÓN O FINALIZACIÓN DEL MANDATO EN EL 2011?

Por el Dr. Alfredo Raúl Weinstabl

Todo argentino medianamente informado sabe, y el que no, lo intuye acabadamente, sobre la pronunciada declinación de nuestro país, el incierto rumbo político y económico dado por este gobierno y la ausencia de un liderazgo racional del matrimonio reinante.

Argentina pelea por los primeros puestos en corrupción e inflación en el mundo.

La pareja gobernante y su gestión es objeto de comentarios burlescos y severamente críticos de la prensa internacional que avergüenza al argentino más pintado.

Los conflictos se presentan en casi todos los sectores del quehacer nacional, inclusive en aquellos que en estos años de la gestión de los Kirchner eran sus aliados más firmes.

No hay inversión, la desinversión y la fuga de capitales es constante y el país se aisló del resto del mundo.

Este verdadero descalabro en todo orden, trata de ser ocultado con engaños y falsedades por las informaciones y comunicaciones oficiales. La presidente busca distraer la atención pública con una fuerte presencia en los medios y mediante discursos insubstanciales e inconducentes que solo agravan la situación gubernamental.

Es innegable que el gobierno de los Kirchner, como no podía ser de otra manera en vista de quienes son sus actores protagónicos, está en vías de terminar en un rotundo y gigantesco fracaso.

Esta espantosa e irracional gestión no solo afecta al presente sino compromete fuertemente el futuro del país.

No es necesario abundar en mayores detalles de los permanentes errores y absurdos dislates de la alterada pareja reinante ya que sería demasiado extenso exponerlas y por otro lado son ampliamente conocidos por los ciudadanos que sufren en carne propia las nefastas consecuencias de la gestión presidencial.

Hecha esta breve introducción analizaremos el tema expuesto en el título de esta nota.

Muchos analistas y casi la generalidad de los dirigentes políticos, públicamente, son de opinión que no se debe interrumpir el mandato de los Kirchner dejando que estos terminen su período constitucional.

El argumento de esta postura, es que el descalabro institucional y económico que la gestión de los Kirchner produjo y produce debe ser resuelto por ellos de manera que quede de manifiesto que en caso de no encontrar soluciones adecuadas antes del cambio de gobierno, la responsabilidad del caos imperante recaiga totalmente en el gobierno de los Kirchner.

De ser destituidos antes de la finalización del mandato sería como tirarles un salvavidas y rescatarlos de la enorme responsabilidad histórica que les compete y que la pesada herencia del desgobierno sea asumido por el gobierno entrante.

La situación sería similar a la interrupción del mandato del gobierno de Isabel Martínez de Perón por el gobierno del Proceso de Reorganización Nacional.

Debe quedar en claro que cuando se habla de destitución es empleando los mecanismos legales que prevé nuestra Constitución Nacional.

La otra variante es promover e impulsar el juicio político para destituir a la presidente por su manifiesta descalificación moral y su manifiesta ineptitud para gobernar e impulsar la multitud de causas judiciales en su contra.

El argumento fundamental para ello es evitar que la pareja reinante profundice aún más el grave deterioro, casi sin precedentes en los últimos gobiernos democráticos y lleve al país a una situación límite en la cual no solo se compromete fuertemente al gobierno siguiente, sino también a generaciones futuras y principalmente la integridad y soberanía del país.

Paralelamente, desarmar las posibilidades de un estallido social que nunca se conoce como puede evolucionar y que dimensiones puede tomar.

Pero hay una alternativa más a considerar: el que los Kirchner instrumenten con sus mentalidades perversas, una situación de “auto golpe de Estado”. Montar una situación artificial en la cual ellos se verían obligados a dejar el gobierno, porque la oposición, otros sectores y los medios fomenten “la ingobernabilidad” y una “actitud destituyente”.

Este posibilidad es la más probable y perniciosa ya que pone al demencial matrimonio como víctima ante el país, el mundo y la historia, obligados a dejar el gobierno, por “fuerzas conspirativas” opuestas al “modelo kirchnerista” antes de la finalización de su mandato constitucional.

Esta probable sucia jugarreta, típica del matrimonio presidencial, haría que los enormes y graves desatinos realizados por los Kirchner explotarían en manos de su sucesor, permitiendo simultáneamente salvar en parte, su responsabilidad institucional por los graves errores cometidos por acción o omisión.

Esta situación es diferente a la entrega anticipada del gobierno de Raúl Alfonsin a Menem, ya que en este caso implicó el reconocimiento implícito del fracaso de su política económica, sin endilgarle la responsabilidad a terceros.

El “auto golpe de Estado” es una posibilidad muy presente y probable de la cual hemos visto ya algunos primeros indicios por parte de alocada gestión del gobierno y sus acusaciones e incriminaciones a diferentes sectores del quehacer nacional, en particular a los medios y a la oposición.

Es improbable que Kirchner pueda cambiar, vista su enferma y compleja personalidad, que se adapte a gobernar democráticamente en el nuevo escenario político, razón por la cual los argentinos debemos estar atentos, o para destituirlos o obligarlos a terminar su mandato constitucional y hacerse cargo de sus enormes disparates y errores.

Crónica y Análisis publica el presente artículo por gentileza de su autor, el Dr. Alfredo Raúl Weinstabl.

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