lunes, 29 de agosto de 2011
BATACLANA
Mina que fue en otro tiempo
http://www.inforafaela.com/2011/08/29/mina-que-fue-en-otro-tiempo/
Hace cinco años la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires instituyó, por unanimidad, el Día de la Libertad Religiosa. Parece que cinco años dan para mucho, ahora se prepara a analizar un proyecto de ley por el cual se prohibiría la exhibición de imágenes religiosas en los edificios públicos de la ciudad de Buenos Aires.
María José Lubertino, ex titular del Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi), diputada por el bloque Encuentro Popular para la Victoria, es la generadora de la propuesta.
Para Lubertino “la libertad religiosa implica la protección del derecho a no creer ni pertenecer a ninguna religión“.
En esencia ella apunta a cualquier medida que pueda incordiar a la religión católica, cita como antecedente la sentencia de la Corte Europea de Derechos Humanos que, en noviembre de 2009, ordenó a Italia el retiro de los crucifijos de las aulas, aunque “olvidando” que en fallo posterior la Gran Sala de la misma Corte, se revocó el pronunciamiento dictaminando por unanimidad que la presencia del crucifijo en las escuelas públicas italianas no vulnera ningún derecho de los ciudadanos ni se contrapone con la Convención Europea de los Derechos del Hombre.
Lubertino es la misma a la que hace poco tiempo atrás nos referíamos cuando lanzó su errado proyecto para distribuir preservativos gratuitamente en las escuelas públicas porteñas, para los dos últimos años del nivel primario y en todo el nivel secundario.
Parece haber descubierto que en lugar de prevenir conductas erróneas es más provechoso dedicarse a promoverlas, y no duda en apuntar a los sentimientos religiosos de la gente.
Aunque ella no prueba que las imágenes religiosas produzcan daño, las considera una amenaza y pone su obstinación en silenciarlas por simples dudas. No es la suya la jugada de los integristas islámicos franceses que por una parte se niegan a la ley anti “burqa” y por otra pretenden la eliminación de todo vestigio cristiano, comenzando -como Lubertino- por los símbolos que puedan encontrar en los establecimientos educacionales y luego en cualquier otro edificio público.
Cierto es que los edificios públicos no están concebidos para manifestaciones religiosas, pero también lo es que la presencia de símbolos de esa naturaleza en nada condicionan su funcionamiento y han sido promovidos por el sentido de protección que dan a muchos que se desempeñan en ellos.
Aparecida como starlet política en la época de Raúl Alfonsín, Lubertino jugaba con su imagen de rubia sexy logrando adhesiones a otro tipo de objetivos.
Como en “pobre paica”, el tango de Cobián y Contursi se puede ver que “Ya no tienen sus ojazos / esos fuertes resplandores / y en su cara los colores /se le ven palidecer”.
Por eso, a ella, no le importan tanto los resultados como la posibilidad de escandalizar, ese es su rédito.
Hace tiempo ya que las frustraciones de esta mujer nos salen caras.
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