domingo, 21 de agosto de 2011

SHOCK


TODAVÍA EN ESTADO DE SHOCK

Por Malú Kikuchi (21/8/11)


Me disculpo de entrada, voy a ser referencial porque el sacudón ha sido demasiado fuerte. Ha pasado una semana y no me puedo reponer.

Mi estado emocional a partir de las 18,01 del domingo 14/8/11, generado por varios canales de noticias, con el: “Cristina ganó por el 48% de los votos”, ha sido de sorpresa, desorientación, estupor, incomprensión, asombro, incredulidad, desconcierto, perplejidad, confusión, descreimiento, y por supuesto, negación.

Reconozcamos que no es fácil superar todo esto junto, con un horizonte a la vista de 4 años más de gobierno K. ¡Un total de 12 años! Sigo sin entender.

¿No era que los medios no podían dar cifras sobre la elección
hasta pasadas las 21hs, en que se conocerían los primeros datos oficiales salidos del correo nacional? En las 2 elecciones de CABA, en Santa Fe y en Córdoba, la regla se cumplió. En estas no. ¿Por qué?

¿Se quería establecer otra vez, de manera contundente, a través de una gigantesca operación de prensa el “Cristina ya ganó”? Bueno, lo consiguieron. Aunque las cifras sean demasiado perfectas, la presidente tiene el 50,7, o sea que una irrefutable mayoría del pueblo argentino está con ella, la quiere, la necesita, apuesta por su gobierno.

Aunque personalmente y a excepción de 2 fuertes y conocidos empresarios que me dijeron el viernes 12/8/11 que la votaban, ningún conocido, ni taxista, ni persona con la que se conversa en la cola del banco, me dijo que la votaría. Evidentemente, vivo en una burbuja.

La oposición, toda junta (sueño irrealizable), no suma. De los 3 candidatos que la siguen, a años luz de distancia, 2 tienen el 12,16 y el 12,17, ¡iguales!, muy curioso; y el 3º, 10 y algo. Puedo admitir, con mucho esfuerzo, la muy mala elección de Duhalde y Alfonsín. ¿Pero tan mala? Intento admitir como genuina la muy buena elección de Binner. Impensable.

Y como todo es muy raro, sigo sin entender. Supongamos que hubo fraude. Probablemente lo hubo. ¿Pero cuantos puntos se le pueden sacar a un candidato para dárselos a otro? No creo que sea posible más de 5 puntos. Supongamos que Cristina sacó el 45% de los votos, no del padrón, sino de los votantes, igual le alcanza y le sobra para ser reelecta.

Con el delirante sistema electoral que nos dejaron Menem y Alfonsín padre, el 45% basta, y de no ser así, el 40%, con una diferencia mayor de 10 puntos sobre el 2º. Cuadruplicó a los segundos. De todas formas, Cristina ya ganó. O eso se nos quiere hacer creer. Lo triste es que lo creo.

Digo triste, no sólo por el resultado que no es el que quiero, es porque eso significa además de un gobierno cuyas ideas no comparto, el hecho que la mayoría de mis compatriotas no se sienten afectados por la corrupción, Jaime, la valija de Antonini Wilson, SKANSKA, desaparecidos dineros de Santa Cruz, los $765 millones estafados por Schocklender ¿y mamá Hebe?, la inseguridad, los ADN compulsivos y humillantes de los Noble Herrera, la tuerta política de DDHH, los prostíbulos de Zaffaroni, la justicia manipulada, los DNU que nunca son ni de necesidad, ni de urgencia. Y tantos otros atentados perpetrados contra la Constitución, la Republica y el Código Penal.

Después de haberle negado el derecho a Fito Páez de juzgar a los votantes de Macri, me niego a juzgar a los votantes de Cristina. Trato de explicármelos. El campo me desconcierta, supongo que a pesar de Moreno, las retenciones, el maíz, el trigo y las vacas, la soja rinde mucho. El campo está bien. Los votos lo demuestran.

Los empresarios, en un país sin códigos ni respeto por las reglas de juego (y no me refiero al “juego”, sus reglas y sus dueños), ya conocen a los actuales funcionarios, se entienden con ellos, cambiar en Argentina siempre es arriesgado, no se sabe cómo termina.

Las clases bajas, gracias a los subsidios, planes de todo tipo, uno para cada necesidad, están mejor. Y no los han educado para pensar que con trabajo genuino obtendrían más dinero y dignidad, en vez de clientelismo. La clase media, la más castigada por la inflación, ¿habrá votado por las cuotas? No sé, no entiendo.

Quizás también pesó el hecho que en un mundo muy convulsionado, donde nada es estable y menos que nada las economías de los países del primer mundo, Argentina parece al margen de las convulsiones. Lo que no es cierto, pero lo parece y los votantes han de haber privilegiado la seudo estabilidad del momento.

También está latente el miedo a la ingobernabilidad, el 2001 está todavía demasiado cercano en la memoria de la gente. Y los K, él y/o ella, gobiernan. De eso no hay dudas. Y finalmente, están los opositores. Ninguno sumó, enamoró, entusiasmó, encantó, convenció, propuso algo distinto. Todos se conformaron, como en un repetitivo coro griego, criticando al gobierno, con eslóganes que ni siquiera fueron creativos. Un lamentable lamento.

Todas las explicaciones anteriores, y muchas otras que desconozco o no se me ocurren, son válidas. La gente votó, la gente eligió. Sigo sin comprender. Lo acepto, pero no entiendo.

Todos los candidatos, oficialistas y opositores, apelaron al “yo creo en vos”. La credulidad campeó por encima de las campañas. Los votantes de Scioli creyeron en él mayoritariamente. Los de Alfonsín y De Narváez, no. Yo quisiera políticamente, volver a creer en alguien. Por el momento no puedo. Todavía estoy en estado de shock.

Decía Fiodor Dostoiewsky, “si podemos formularnos la pregunta: ¿soy o no responsable de mis actos?, significa que lo somos”. Asumiré mi 40 millonésima parte de responsabilidad, por acción o por omisión, en el resultado de estas primarias, en cuanto me reponga del shock. ¿Usted se anima a hacer lo mismo? Por ahí, quien le dice, el 23/10/11, la historia, al menos en el congreso, cambia.

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