lunes, 11 de febrero de 2013

LA DESAPARICIÓN DEL MAGO

editorial@diariocastellanos.net Que en una función de ilusionismo quede el conejo y desaparezca el mago sería un éxito para algunos, para otros un fracaso. Los primeros alegarían a favor del mago la estrategia de lo inesperado, los segundos dirían – y con razón – que entonces el verdadero mago es el conejo. Por no ser una función de ilusionismo sino el momento histórico de un país, el pueblo venezolano vive hoy uno de los más tristes capítulos de su historia. Un presidente literalmente desaparecido, un pueblo confundido por los distintos órganos de gobierno y un grupo de pseudo políticos que se han puesto al frente de una nación con multitud de problemas y escasas soluciones, son las figuras que se mueven en el escenario venezolano. Todo funciona, todo está bien, dice la azafata por los parlantes, pero el avión – en piloto automático – parece inclinarse y perder altura. No hay por qué preocuparse, señores pasajeros, si no fuera por la inclinación de esta lata, les serviríamos refrescos o algo más espirituoso para festejar… Venezuela rica en recursos materiales y también en gente, se derrumba a pedazos sin una luz al final del túnel. No hay respuestas aunque los reclamos abundan. Maduro, como el Sumo Sacerdote, trae mensajes desde un sancta santorum, al que nadie puede acceder. Chávez habla – tal vez es ventrílocuo y nadie lo sabía – en coma farmacológico, con una sonda y un respirador. Y así, de pronto, la 5ta. devaluación chavista… o quizá sea una devaluación "madura". Otra muestra del éxito de la revolución. Con un barril de petróleo a más de U$S100 durante los 14 años del Gobierno chavista, Venezuela ha recibido más de un billón y medio de dólares (es decir un millón y medio de millones) lo que supera el ingreso total del país en todos sus años anteriores. ¿Cómo explicar entonces esta devaluación sino por el despilfarro, la corrupción, las valijas destinadas a ganar elecciones en otros países, el clientelismo político y electoral, la burocracia inútil y las medidas demagógicas que destruyen el aparato productivo y empobrecen a la población? Porque a no dudar los principales afectados no serán otros que los venezolanos, especialmente – como suele suceder con la inflación disparada – los que menos tengan. Esta devaluación es muestra del estrepitoso fracaso del régimen chavista. Una catástrofe prevista por el gran intelectual venezolano Arturo Uslar Pietri (1906-2001) quien poco antes de morir alertó sobre Chávez como un camino al desastre y se preguntaba: "¿Hasta cuándo podrá durar este festín? Hasta que dure el auge de la explotación petrolera. El día en que ella disminuya o decaiga, si continuamos en las condiciones actuales, habrá sonado para Venezuela el momento de una de las más pavorosas catástrofes económicas y sociales". Uslar Pietri había reclamado utilizar la riqueza petrolera en el desarrollo de Venezuela, en un artículo que publicó, titulado "sembrar el petróleo", exactamente lo contrario a lo realizado por el chavismo que busca perpetuarse en el poder. La devaluación del 46,5% llevó al bolívar de 4,30 a 6,30 por dólar, instalando a Venezuela como el país con la mayor inflación de América Latina, donde en el mercado paralelo el dólar supera los 20 bolívares por dólar. Lejos de lamentarnos por los venezolanos, deberíamos ver nuestra realidad que camina en sentido paralelo. Aunque no tenemos petróleo porque la ineptitud y corrupción de De Vido y del Gobierno nacional nos han instalado en la endemia de la crisis energética, lo nuestro se basa en la soja. La bonanza de los comodities es el único motor de nuestra economía. No se usó para el desarrollo sino para el clientelismo, transformó al subsidio como un arma demagógica y apuntó a dejar de lado a cualquier otro productor. El Gobierno argentino, al igual que el chavismo, niega la inflación. Su interés no está en resolver los problemas de los argentinos ni en mejorar su calidad de vida. El único interés es perpetuarse en el poder y la impunidad a como dé lugar. Ha copiado tantas cosas y errores del chavismo que no sería extraña una sorpresa por el estilo. A no dudar, irán por la reforma constitucional que permita la re reelección y con ella la seguridad de no tener que dar cuentas a la Justicia. Los magos no son buenos para gobernar. Son ilusionistas, mendaces, hacen creer cosas, mienten, y la muerte no todo lo soluciona, porque peores son sus aprendices.

No hay comentarios: