¡QUE ESCANDALOSA HIPOCRESÍA!
En esencia, el segundo discurso de la presidente referido al conflicto del campo esconde y agrega más falacias y mentiras al tema en cuestión. Es similar al primero, pero con una levísima diferencia que expondremos al final de esta nota.
Por empezar para muchísimos argentinos, su sola presencia y su crispada verba siempre a punto de estallar, propia de una persona que esconde síntomas de histeria y esquizofrenia, resulta siempre chocante y predispone a un inmediato e instintivo rechazo.
Tanto es así que un conocido conductor radial manifestó “...parece que Cristina se olvidó la medicación...”
Lamentablemente la personalidad de la presidente no trasunta la tranquilidad, equilibrio y mesura que debería ser atributo de un conductor.
Y menos de alguien que debe buscar la armonía y la convivencia de los diferentes sectores de las ciudadanía. Y mucho menos aún, alguien que desató por sus gruesos errores e ineptitud en la politica relacionada al sector agropecuario, uno de los mayores conflictos en nuestra historia, con paros masivos y movilización popular en todo el territorio del país.
Con el andamiaje circense clásico que ya nos tiene acostumbrados, rodeados de los ministros (¿será la primera vez que se reúne el gabinete?), gobernadores e intendentes comprados seguramente con el dinero de las retenciones, obsecuentes y genuflexos, sindicalistas adictos y los jefes piqueteros de sus grupos de choque, la escena en Parque Norte no podía ser más grotesca y patética.
En el discurso de referencia adoptó la postura de una maestrita de escuela rural, enseñando que a su juicio los dirigentes deben poseer fundamentalmente cuatro atributos esenciales: la racionalidad, la sensibilidad, la sinceridad y la responsabilidad No sabemos de donde Cristina habrá sacado esa enumeración de atributos, entre tantos otros que son absolutamente necesarios para poder liderar grupos humanos.
Pero esa selección fue absolutamente desafortunada.
Desafortunada, porque justamente esos cuatros atributos son, entre muchos otros, los que adolece precisamente este gobierno y muy particularmente el matrimonio real.
La mayoría de las decisiones gubernamentales no responden a la racionalidad sino a su propia conveniencia política y a solucionar problemas coyunturales, que poco y nada tiene que ver con el desarrollo y crecimiento del país. Muy pocas medidas son adecuadamente analizadas y estudiadas en profundidad por especialistas idóneos, en cuanto a su proyección, efectos y consecuencias.
Pensamos que los Kirchner no tuvieron demasiada sensibilidad cuando ejecutaban sin conmiseración las hipotecas en la provincia de Santa Cruz, a la gente que no podía pagar sus cuotas por la famosa circular 1050 y se enriquecieron en pocos años en esa actividad.
No son sinceros y muy por el contrario, en todo su gestión mintieron a los argentinos como si estos fueran infradotados incapaces de darse cuenta de sus permanentes engaños y embustes
Y finalmente una absoluta falta de responsabilidad política ya que todas sus decisiones están encaminadas a lograr el poder absoluto y perdurar en el mismo, sin considerar las leyes vigentes, atropellando la Constitución y despreciando las normas elementales de un sistema democrático.
Como siempre en su discurso mezcló cosas que no tenían nada que ver con la protesta del campo.
Su reiterada insistencia en todos sus discursos de lo difícil que es ser mujer en un mundo supuestamente dominado por los hombres es una cantinela pasada de moda ya hace más de cincuenta años y realmente cansa por ser demasiada reiterativa. .
Su referencia a los nostálgicos de Videla, su apelación a los “Derechos Humanos”, a la paquetona señora. de la calle Juncal” y a la gestión de Macri, tampoco tenían nada que ver con el tema en cuestión. Su afirmación que la protesta del martes en Plaza de Mayo y en el resto del país no fue espontánea sencillamente ofende la inteligencia de la gente. Todo se puede interpretar como una postura agresiva y de confrontación.
Los porcentajes de desempleo y crecimiento de la industria y otras variables económicas simplemente entran dentro de la dialéctica envolvente que frecuentemente utiliza y que en este contexto de índices adulterados a medida de los gobernantes, son muy poco creíbles.
También mueve a risa sino no fuera tan patético, que el gobierno no quiere negociar bajo presión.¿Pero quien fue el que puso la presión en este conflicto? ¿Quién utiliza el sistema autoritario y patoteril.? ¿Para quién trabaja el Sr. Moreno que negocia con los empresarios con una pistola sobre la mesa? ¿Para quién trabaja el Sr. D´Elia? ¿Quién pone el contexto de violencia en casi todos sus actos?
¿Podrá la Sra. de Kirchner responder a estas preguntas?
Otra pregunta que hace al fondo de la cuestión: ¿Porque habló en Parque Norte frente a un público adicto y partidario? ¿Porque no lo hizo desde la Casa Rosada y habló a todo el pueblo argentino? ¿Tal vez pensó que hablando ante unos miles de personas de su partido, iba a hacer una demostración de fuerza para amedrentar y asustar al pueblo argentino?
¡Cuantos errores Sra. Fernández! Uno tras otro.¿Hasta cuando aguantará el país estos tremendos dislates?
No obstante, hubo realmente un acto positivo. Pidió con humildad, por favor, que se levanten los cortes de ruta y se empiecen los negociaciones. Ello significa en su esencia, que la presidente tuvo que ceder en su postura. “No me van a doblegar” había dicho en dos o tres ocasiones en su discurso anterior. Parece que el campo si la doblegó. ¡Afortunadamente!
27-Mar-08
ALFREDO RAÚL WEINSTABL
alfredo@weinstabl. com.ar
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