LA PATOTA KIRCHNERISTA
¿QUÉ SE ESCONDE DETRÁS DE LOS APRIETES DE LOS PIQUETEROS K?
Por Christian Sanz
Según pudo verse esta semana, existen dos realidades. Por un lado la que pregona el Gobierno -junto a ciertos medios obsecuentes y dirigentes "piqueteros" maleables- y, por el otro, la que el ciudadano común vive día a día.
Prueba de esto son las elocuentes disidencias entre los índices oficiales pregonados por el kirchnerismo -merced a las mentiras del INDEC, otrora prestigioso organismo- y los que muestra la dura realidad cotidiana. La situación es tal que ya ni siquiera es noticia hablar de la manipulación de las estadísticas nacionales.
En ese marco, no ha sido la excepción lo sucedido esta semana cuando Cristina Kirchner pronunció sus dos polémicos discursos sobre las retenciones al campo, uno el martes 25 y el otro el jueves 27. Si bien su segunda exposición fue un poco más conciliadora que la primera, no faltó a su oratoria la arrogancia, la mentira y los lugares comunes que suele utilizar la primera mandataria cada vez que toma la palabra.
Por caso, las palabras pronunciadas el día jueves intentaron justificar el alza de las retenciones al agro con severas falacias y desmentidas a su primer discurso. Un par de botones de muestra:
-Si se quería compensar a los pequeños productores en relación a los más grandes, ¿por qué no se propusieron retenciones diferenciadas?
-Si realmente se quiere "redistribuir" la riqueza para que los que menos poseen tengan más, ¿por qué no se eliminan tributos que sí son regresivos como el Impuesto al Valor Agregado (IVA)? Es una verdad de perogrullo que el aumento propuesto por la Presidente no sirve para redistribuir nada, sólo para abultar la billetera del gobierno nacional. Siempre a costa de las empobrecidas provincias que cada vez reciben menos coparticipación.
-La mención de que los peones que trabajan en el campo lo hacen en "negro" tampoco tuvo sentido en el discurso, ya que el aumento propuesto no estaba pensado para ayudar a esos trabajadores ¿o sí?
Quizás uno de los hechos más insólitos respecto a la falacia del discurso presidencial haya sido la pasividad con la que fue escuchado por parte de los principales funcionarios del gabinete nacional. ¿Nadie se dio cuenta acaso de las contradicciones flagrantes en las palabras de Cristina? De lo contrario, ¿es posible que sí lo supieran y callaran por temor a la ira de la mandataria? En ese caso, ¿adónde está la dignidad de estos?
Se habló largamente sobre la gran experiencia de Martín Lousteau en temas micro y macroeconómicos poco antes de que asumiera como ministro de Economía. Sin embargo, fue él quien propuso esta inédita medida. Es dable destacar que en los pocos países del mundo donde hay retenciones a las exportaciones en el agro estas son de aplicación eventual -y temporal- y jamás se han aproximado ni lejanamente al 44% que impulsó el kirchnerismo.
Por otro lado, ¿no sabía Lousteau que el mecanismo de retenciones móviles que él mismo dispuso lesiona el principio de legalidad en materia tributaria contenido en nuestra Constitución Nacional? Si lo sabía, actuó en contra de la Carta Magna; si no, ha demostrado tener una ineptitud tal que no merece ser funcionario.
El único atenuante a la conducta de Lousteau es la oculta presión que ha sufrido por parte de Néstor Kirchner para que consiga fondos frescos frente a la merma de ingreso de dinero para su caja "cooptadora de voluntades".
Parte de esos "fondos" son los que se destinaron a movilizar a los activistas que aparecieron "espontáneamente" para apoyar a Cristina el mismo día del "cacerolazo".
¿Luis D'elía o Luis Delira?
El martes por la tarde, después de ver las primeras imágenes de los cacerolazos, Néstor Kirchner llamó al enriquecido titular de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV) Luis D'elía para que hiciera su "contramarcha". Prometió -tal cual fue publicado ese mismo día por este medio- dinero "contante y sonante" para cada uno de los que fuera a apoyar a su esposa. Paradójicamente, el dinero prometido a D'elía y sus muchachos tiene como procedencia la misma "caja" que intenta incrementar en estos días el kirchnerismo, merced a la rentabilidad del campo.
Huelgan los comentarios acerca de los aprietes cometidos por el "piquetero" y sus muchachos, parte de los cuales han sido verificados en persona por parte de algunos redactores de Tribuna de periodistas. No hay desmentida posible que alcance para esconder algo que fue totalmente público.
La rentada conducta mafiosa de D'elía fue acompañada por oportunos comentarios acerca de su odio a la "oligarquía", "los blancos" y aquellos que poseen vehículos 4x4. ¿Ignoraba el "piquetero" que los "compañeros" Néstor y Cristina, no sólo poseen su pertinente 4x4, sino que gran parte de las propiedades que han adquirido a lo largo de años de "aprietes" financieros se encuentran en los lugares más oligarcas del país? ¿Desconoce acaso que ambos son "blancos"?
Evidentemente, frente a la billetera oficial lo mejor es callar y mentir. Por caso, fue el propio D'elía quien aseguró en canal C5N -conocido en los medios como "Cristina 5 Néstor"- que en Nueva Zelanda se cobraba el 60% de retenciones a las exportaciones del agro, algo totalmente irreal, ya que en ese país no se retiene un solo centavo.
Antes de poder actuar o siquiera hablar en nombre del "pueblo", D'elía tendría que explicar cómo ha hecho para tener el nivel de vida que hoy ostenta (1) y por qué ha vendido terrenos que oportunamente le fueron donados por el gobierno nacional.
Lo mismo cabe para Hugo Moyano, quien nunca ha probado de dónde han surgido los fondos que compraron su enorme mansión, sus automóviles y los abultados gastos de sus hijos (2). Debiera Moyano preocuparse más por la imputación que les cabe a él y a su hijo en la causa judicial por la muerte del dirigente de su propio gremio, Abel Beroiz, que por defender causas ajenas.
No debe pasarse por alto la responsabilidad de Emilio Pérsico, otro ex "piquetero" enriquecido que sólo se mueve cuando la billetera kirchnerista se muestra generosa. Pérsico, titular del camaleónico movimiento Evita, aún no ha explicado como es debido su responsabilidad en el armado de la falsa desaparición de Luis Geréz, uno de los escándalos más vergonzosos de la era K (3).
¿Era esperable que tuviera éxito semejante "apoyo" de la mano de personajes como los descriptos? Tal vez parte de la respuesta podamos encontrarla en el "paralizante temor" que provocaron los cacerolazos en el ánimo de Cristina Kirchner, tal cual ha asegurado a este medio una importante fuente de la Jefatura de Gabinete de Ministros.
"Cristina se quedó dura cuando vio a la gente movilizarse. Su temor fue tal que cuando le aconsejaron irse en el helicóptero presidencial se negó por la asociación que le provocaba al último día de (Fernando) de la Rúa (sic)", agregó el informante.
Cabe insistir en la pregunta: ¿habrá sido la impronta de tal temor lo que motivó el improvisado operativo?
Concluyendo
Difícilmente alguien le perdone al kirchnerismo el haberse manejado con semejante soberbia a la hora de aplicar su política contra el campo. Menos aún el haber apelado a tantas falacias para imponer su loca propuesta.
No se han ahorrado mentiras a la hora de defender lo indefendible: se dijo que la rentabilidad del campo en la Argentina era mayor que la de Brasil, se aseguró que el tipo de cambio elevado favorece al agro y hasta se juró que hay un "gasoil subsidiado" para la actividad rural. Todas mentiras... simples manotazos de ahogado para intentar llevar agua para el molino del kirchnerismo.
En medio de tantas falacias, hubo una pregunta que nadie aún respondió: si es real que el país está creciendo a pasos agigantados y que la balanza comercial se inclina a favor de la Argentina, ¿para qué hacía falta este aumento a las retenciones?
Parte de la respuesta seguramente la encontraremos en el mendaz INDEC y sus números, ya que las impresionantes cifras de crecimiento nacen de sus insólitas mediciones.
La triste realidad es que a pesar de tanto esfuerzo -y dinero- oficial no se solucionó nada. Luego de una semana agitada, el Gobierno y los ruralistas no llegaron al esperado acuerdo, siquiera tras la tensa negociación que se extendió por más de cinco horas el viernes 28 pasado.
¿Hay alguna lectura de lo sucedido? Por supuesto... hay más de una lectura. Por lo pronto, el enojo popular debería ser una lección paradigmática para la prepotencia kirchnerista.
Por otro lado, Cristina ha mostrado su talón de Aquiles: el inmanejable miedo que tiene al "fantasma delarruista", esto es, terminar sus días como el eyectado ex presidente de la Rúa. Sabe la mandataria que ha quedado dañada y expuesta frente a los "buitres" que suelen merodear incesantemente hasta encontrar la manera de atacar sin dejar huella.
Sea como fuere, la debilidad demostrada por la Presidente puede terminar siendo, mal que le pese, el principio de su propio fin.
Christian Sanz
domingo, 30 de marzo de 2008
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