lunes, 24 de agosto de 2009

LA EXCEPCIONALIDAD ES LEY


La Caja de Pandora - 24-Ago-09 - Editorial

http://www.lacajadepandoraonline.com/Editoriales2/72.html

por Malú Kikuchi

"Conservar la Constitución es el secreto de tener Constitución" (J. B. Alberdi).
De acuerdo a los hechos, Argentina no la conserva.

Jueves 20 de agosto 2009, fecha para recordar.

Finalmente, después de la media sanción en diputados, el senado aprobó por 38 votos a favor y 30 en contra, la delegación de facultades. Poco después aprobó por 38 votos a favor y 24 en contra, los superpoderes.

Unas pocas horas de debate, y una vez más, la excepcionalidad se convirtió en norma.

Las facultades delegadas, que no son un invento de este gobierno y vienen desde lejos en la historia, no deben existir. Los superpoderes, menos. Pero ambos se prolongarán un año más, con el voto de las dos cámaras.

Es evidente que el actual gobierno, y por gobierno se entiende no sólo al ejecutivo sino también al legislativo, creen que es imposible gobernar dentro de los límites que establece la Constitución Nacional.

El ejecutivo requiere de más poder y el legislativo se lo otorga. Pero el artículo 29 de la Constitución dice claramente que aquellos legisladores que delegaran sus facultades en el ejecutivo, serán considerados "infames traidores a la patria". ¿A alguno de ellos le importará?

Si diputados y senadores delegan facultades que les son propias y las dejan en manos del ejecutivo nacional, ¿para qué están en el congreso? ¿Por qué hay que pagarles un sueldo generoso (que se acaban de aumentar en un 15%), además de asesores, pasajes y etcéteras, si no trabajan?

El congreso se niega a si mismo y le entrega sus obligaciones a otro.

Los diputados, según la Constitución, representan a los ciudadanos. Una vez más y por un largo año, no los van a representar. Los senadores, siempre de acuerdo a la Constitución, representan a sus respectivas provincias. Una vez más, y por un largo año, nos las van a representar.

Ciudadanos y provincias, una vez más han sido estafados por sus seudo representantes. Diputados y senadores que juraron cumplir con la Constitución permiten que ésta pase a formar parte de alguna olvidada biblioteca, donde junta polvo desde hace años.

En vez de artículos de la Constitución, el congreso decide adoptar la excepcionalidad como forma de gobierno y permite, con cómodas mayorías, hacer de lo extraordinario una forma ordinaria de vida.

¿Qué pasó? ¿No se enteraron los miembros del congreso que en las elecciones del 28/6/09, hubo una clara victoria de los opositores sobre los K, y una indiscutible derrota de los K?

¿O el golpe de efecto de la estatización del futbol, la obscenidad de los millones prometidos a los clubes mientras la pobreza alcanza al 40% de los argentinos, y la injuriosa comparación entre goles y desaparecidos, borra todo lo demás?

¿Cómo es posible que el 17/7/08, cuando el poder de los K estaba todavía intacto, el histórico "voto no positivo" le infligió una paliza legislativa al ejecutivo? Porque para llegar al desempate de Cobos, 36 senadores tuvieron primero que votar por el no. ¿Qué pasó con los senadores? ¿Qué les pasó a los diputados?

Se sabe de presiones y de miedos. Se presiona a las provincias con la asfixia económica, que ya es una realidad. Se aterroriza a la izquierda con una posible recuperación de la derecha. Se asusta a los partidos del centro con la falta de gobernabilidad. Todos ceden. Kirchner avanza. La Constitución se desvanece.

¿Y la gente? La gente que votó, que se ilusionó con el cambio, que esperó algo diferente, ¿qué pasa con la gente? La gente mira por televisión, con apatía, mansa y tranquila, cómo desvirtúan su voluntad.

Presiones + miedo + apatía = "esto". Una pésima ecuación. Porque "esto" es simplemente lo que queda de una Argentina que supo ser. Una Argentina que se "levantó a la faz de la tierra como una nueva y gloriosa Nación"; una Nación que adoptó "como forma de gobierno, el representativo, republicano y federal". Hoy, nada de eso existe.

La representatividad no es tal, los diputados no representan a los ciudadanos; los senadores no representan a sus provincias. La república desapareció, se borró la división de poderes maniatando al poder judicial a través del consejo de la magistratura, mientras el poder legislativo le otorga superpoderes y le delega sus facultados al todopoderoso ejecutivo.

El federalismo es una utopía por la que ya ni siquiera pelean las provincias.

Acaban de sancionar la excepcionalidad como ley, y a través de la misma ley, el congreso se anula a si mismo. El país está cada vez más cerca de una monarquía absoluta donde lo único que cuenta el "la graciosa voluntad" del presidente. Pero, ¿los Kirchner lo hicieron?

No. Nunca una sola persona puede causar tanto daño. Tampoco lo puede una pareja. Ni siquiera un grupo reducido de personas. Para causar tamaño desbarajuste institucional se necesita gente, masa, número.

Esto es sólo un ejemplo, no una comparación. Hitler estaba loco. Un loco no tiene importancia. Si se lo detecta, se lo hospitaliza. El pequeño grupo de personas que siguió en un principio al loco, también estaba loco y no era un peligro. Se los podía detener por insanos. La capacidad de daño estaba acotada.

Pero el pueblo alemán apoyando a su loco líder y a sus seguidores, llevó al mundo a la 2ª guerra mundial. Argentina no es tan trágica, simplemente, por voluntad propia y apatía generalizada, ha dejado de ser una república y está dejando de ser una nación.

Es desolador. Asistimos al suicidio de la patria y lo permitimos.

Lo estamos haciendo entre todos.

*Recordando al Coronel Argentino del Valle Larrabure , a 34 años de su impune asesinato.

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