jueves, 4 de febrero de 2010

PÁNICO


Por Guillermo Cherashny


La sorpresiva designación en el Banco Central de Mercedes Marcó del Pont causó nerviosismo en los mercados, para ser un poco suaves. La designación realizada en comisión está prevista por el artículo séptimo de la Carta Orgánica del Banco Central “durante el tiempo que insuma el otorgamiento del acuerdo del Senado de la Nación”. A esta altura no caben dudas acerca de que las denominadas reservas excedentes -por una totalidad de U$S 16.000 millones- serán utilizadas como mecanismo de pago a los holdouts, es decir, los bonistas que quedaron fuera del canje, y para obras de infraestructura sobrefacturadas. Un mes atrás informamos que Benigno Vélez, entonces Secretario Legal y Técnico del Ministerio de Economía, lo fue a visitar a Martín Redrado entre la navidad y fin de año, para que apurara la aprobación del Fondo del Bicentenario, porque se debían U$S 4.000 millones para pagar certificados de obra pública atrasados. Los mismos eran reclamados por la asociación ilícita que funciona en la Cámara Argentina de la Construcción, que desde el comienzo de este gobierno viene saqueando las arcas públicas.


Ahora el plan está más claro, con las designaciones de Vélez como gerente general del Central y de Sergio Chodos, el delegado de la Cámara de la Construcción, en el directorio de la entidad, ahora nombrado además como vice superintendente de entidades financieras.

Esto demuestra que se produjo un asalto al BCRA en favor de la obra pública, que es la matriz de la corrupción del kirchnerato.

Ir por todo

También es evidente que el gobierno usó a Miguel Ángel Pesce como un profiláctico y lo mismo le puede ocurrir a los sectores financieros, especialmente a la Asociación de Bancos Argentinos presidida por Jorge Brito. ADEBA apoyó al gobierno durante esta crisis y pidió la renuncia de Redrado. Pero ahora la necesidad manda. El gobierno está necesitado de fondos, va por ellos y se queda sólo con el apoyo de la citada “mafia de la obra pública”, que utilizó facturas truchas de empresas fantasmas para evadir el impuesto a las ganancias y el IVA, estafando al Estado. El avance actual es un paso más, poniendo la reservas internacionales, que pertenecen al pueblo argentino, para rematarlas y seguir alimentado la obra pública sobrefacturada.


Hoy la reacción de los mercados fue negativa. El anuncio fue un poco antes del cierre de los mercados. Es previsible que la reacción contraria sea muy fuerte, ya que se teme por la salud de los bancos privados, especialmente por los 7.800 millones de dólares que están como encaje de los depósitos en dólares de los argentinos en los bancos y que el Central cuenta como reservas. Si las gasta, los depositantes se quedarán sin nada, repitiendo la historia de fin del 2001.


Otro peligro es la inminente pérdida de la autarquía del Central. Si se aprueba el Fondo del Bicentenario en el Senado con la denominada sanción ficta, los fondos buitres, alegando la teoría del “alter ego”, embargarán seguramente la cuenta del Central en Nueva York, paralizando las operaciones de cambio de la Argentina. Como diría Winston Churchill: “Se cierne la tormenta”.

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